A la salida del Encuentro por la Verdad, con la participación central de Carlos Mario Jiménez, alias Macaco, el canciller Álvaro Leyva no solo se refirió a la importancia del testimonio del excomandante del Bloque Central Bolívar de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), sino a los mecanismos que deben adoptarse para escuchar su versión del conflicto armado.
En ese sentido, planteó la opción de revivir la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad (CEV), instancia creada en el Acuerdo Final de Paz con las antiguas Farc y cuyo mandato finalizó el 28 de agosto de 2022, dejando como principal insumo el Informe Final, que recogió buena parte de la historia del conflicto entre guerrillas, grupos paramilitares y el Estado.
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El objetivo, según lo manifestado por el funcionario, es recoger el testimonio de este y otros exjefes paramilitares —como Salvatore Mancuso— sobre los crímenes cometidos bajo sus mandos y las alianzas con sectores empresariales y políticos. De paso, insistió en que el actual Gobierno escuchará los testimonios de diferentes actores del conflicto interno.
“El que quiera contar la verdad, que venga y la cuente”, sostuvo en una breve rueda de medios posterior al evento realizado en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación (centro de Bogotá). A finales de agosto de 2022 había propuesto revivir esta entidad dentro de lo que se llegue a acordar en los diálogos de paz con el ELN.
En ese entonces dijo que, si bien había terminado el mandato del organismo presidido por Francisco de Roux, estaba “haciendo fuerza para que en la nueva negociación se reviva una Comisión de la Verdad”.
Por otra parte, durante su intervención en el encuentro llevado a cabo el jueves 17 de agosto, sostuvo que Macaco quiso presentarse a la CEV para revelar su testimonio del actuar paramilitar y los nexos que hubo con funcionarios y agentes estatales.
“Conocí las cartas que mandó en aquella época, se le dijo que sí —pero— por alguna razón no se dio ese evento. Él ha insistido”, sostuvo Leyva Durán. Incluso, mencionó que al interior de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) existieron “coladeras” que impiden a la magistratura tener pleno conocimiento de la verdad.
Algunas de las revelaciones de “Macaco”
El exjefe paramilitar fue trasladado a Bogotá desde la cárcel de Itagüí —donde está recluido desde 2009— únicamente para estar presente en el encuentro. Inició su intervención pidiendo perdón a las víctimas “por el daño ocasionado a la sociedad, a las comunidades donde operó el extinto Bloque Central Bolívar, la estructura más grande en expansión territorial del país, del cual fui su máximo comandante”.
Ofreció excusas a familiares como hijos, nietos y sus padres, a quienes “vi fallecer tras las rejas en que me encuentro” y reafirmó su compromiso por acatar el componente de verdad plasmado en el Acuerdo Final, pero señalado también en el mecanismo de Justicia y Paz.
También denunció una “persecución sistemática a nivel personal” por parte de actores que, según su declaración, no quieren que se sepa su verdad del conflicto y el actuar de la estructura paramilitar que comandó. Reconoció su error al hacer parte de las Autodefensas y dijo que no se arrepentía de dejar las armas.
Jiménez también reiteró su petición de ingresar a la JEP al igual que Salvatore Mancuso (otrora comandante del Bloque Catatumbo de las AUC) tras comprobarse que desde cárcel donde se encuentra pagando su condena no cometió delitos después de la firma del Acuerdo Final de Paz. Esto tras denuncias sobre posibles nexos con la estructura La Cordillera con incidencia en Pereira.
También solicitó a este tribunal que escuche a más excomandantes de las AUC dentro de la política de Paz Total del Gobierno nacional.