La intolerancia entre vecinos y la cultura de tomar justicia por mano propia se entrelazan en la historia de ‘Chico’, un perro ‘gallinero’, amenazado de muerte en la vereda El Congal, del municipio de Filandia (en el norte del Quindío).
Sus dueños actuales lo describen como un perro tranquilo, amoroso y dócil, que se lleva bien con las personas y otros animales, como perros y gatos. Sin embargo, Chico tiene una debilidad por perseguir y cazar gallinas que, en la comunidad de El Congal, no ha caído del todo bien.
De hecho, con su corta edad y estatura, el criollito de manchas negras es blanco de amenazas de muerte por parte de agricultores de la región que aseguran haber sido víctimas de sus instintos “salvajes”.
Y es que cada vez que se encuentra con aves de corral –dígase gallos, gallinas o pollitos– no puede evitar perseguirlos y llevárselos a la boca. Un comportamiento que le habría ganado problemas menores hasta que, en los primeros días de agosto, entró en una granja aledaña y atacó a un gallo de pelea que tiene un valor en el mercado cercano a los cuatro millones de pesos.
“Nos comentaron que se metió con un gallo fino, entonces el dueño debe estar furioso, y de por sí los vecinos están molestos porque él siempre ataca a estos animales. Él es un perro pequeño, muy tranquilo, el problema es que no puede convivir con gallinas”, dijo en entrevista para RCN radio la líder animalista Leidy Johana Posada.
Desde entonces, el pequeño ‘Chico’ no solo ha sido amenazado frente a su familia, sino también fue envenenado. Aunque, por suerte, logró sobrevivir.
Sin embargo, su suerte podría terminar debido a que sus propietarios –asustados de que alguien pueda hacerle daño– han pensado en aplicarle la eutanasia, para evitarle una muerte horrible a manos de habitantes de El Congal.
Lejos de ser una solución, animalistas han decidido intervenir y, a sabiendas de que es un peligro que Chico continúe en la región, empezaron a buscarle un nuevo hogar a través de redes sociales.
Necesita una familia que pueda cuidar de él, preferiblemente en un lugar amplio y con zonas verdes, aunque alejado de las gallinas, para evitar problemas futuros. Una invitación a la que puede aplicar, contactándose con el 312 552 6456.
Es impredecible cuándo puedan volver a atacar los vecinos de Chico. Encontrarle un nuevo hogar es una carrera contra el tiempo, a pesar de que las autoridades ya se encuentran al tanto de lo que estaría ocurriendo: “Una travesura de un animal no es motivo para condenarlo a morir. En el municipio existe un refugio en el que los animales desamparados pueden recibir ayuda en casos de maltrato o abandono”, manifestó el alcalde de Filandia, Franco Alzate, en entrevista para el medio citado.
Sin embargo, entre más lejos se encuentre de las fincas de agricultores y sus gallinas, más probabilidades hay de que se encuentre a salvo.
La ley del campo: perro gallinero a cambio de gallina
El de Chico puede parecer un caso único, pero en el campo colombiano la vida de un perro cazador a cambio de la vida de una gallina suele parecer un trato justo.
Infobae Colombia conoció la historia de un habitante del campo, vecino a Bogotá, quien desaprueba esta práctica, pero ha estado de los dos lados de la moneda: en una ocasión, dos perros acabaron con la vida de 95 de sus gallinas. Mientras, en otra ocasión, su perro (un pastor alemán de poco más de un año) fue asesinado por perseguir y matar aves de corral del vecindario. Una tradición que ha sufrido en carne propia, así como muchos otros propietarios de granjas.