Aferrado a una cobija y comiendo tímidamente una fruta, se ve a un pequeño mono capuchino cabeciblanco en un video compartido en redes sociales por el alcalde de Envigado, Braulio Espinosa. El ejemplar fue rescatado de sus captores por las autoridades del municipio en una casa del barrio Chingüí.
El funcionario dio a conocer que el animal exótico fue arrebatado a su madre con el objetivo de ser domesticado viviendo en una jaula. “Fui separado de mi familia siendo apenas un bebé. No aprendí a treparme a los árboles. Y tampoco a conseguir alimento por mis propios medios”, se lee en el texto que acompaña el video.
De allí que el ejemplar quedara con evidentes secuelas en su comportamiento a raíz de su cautiverio: se ve flaco, con miedo y apegado a una cobija, un acto reflejo al haber sido separado de su mamá con quien esta especie teje vínculos fuertes en sus primeros años de vida.
La pérdida de habilidades que son indispensables para su desarrollo natural y el cambio de la dieta a la que estaba acostumbrado le impiden retornar a un estado silvestre. Debido a esto, lo más probable es que deba continuar en cautiverio bajo responsabilidad de un equipo capacitado en fauna durante el resto de su vida. De todos modos, el animal rescatado ya se encuentra en proceso de rehabilitación.
Por el momento, no se dado a conocer la posible sanción que deberán enfrentar las personas sorprendidas sometiendo a cautiverio al animal. De otro lado y según la reciente ley de delitos ambientales, aquellos que trafiquen con fauna podrían pagar penas de hasta 11 años de cárcel y multas que superan los $50′000.000.
Sobre el mono capuchino cabeciblanco
De acuerdo con la Fundación Zoológico Santacruz, estos ejemplares son nativos de los bosques de América Central y de la parte más noroeste de Sudamérica y es conocido por cumplir un papel fundamental como dispersor de semillas y polen. Asimismo, este mono “se caracteriza por tener un sobresaliente potencial reproductivo, por tener flexibilidad al escoger su hábitat y más capacidad de recuperarse que las poblaciones de monos más grandes”.
Es un animal de tamaño mediano, que alcanza en peso hasta 3.9 kg (1500 - 4000 g). En cuanto a su aspecto, son casi completamente negros, pero tienen cara rosada y pelo blanco en gran parte del frente de su cuerpo, por eso se les llama comúnmente “monos cariblancos”.
Los monos cabeciblanco se encuentran fuertemente amenazados por la deforestación y el tráfico ilegal.
Cuando son tenidos como mascotas, les quedan secuelas graves en su cuerpo, pues producto de la mala alimentación puede tener deformidades y huesos débiles y quebradizos; también presentar lesiones en la piel, causadas al amarrarlos o vestirlos, algo que hacen comúnmente sus tenedores.
Adicionalmente, estos animales expresan comportamientos agresivos, movimientos repetitivos, autolesiones, estrés y depresión, consecuencia de crecer lejos de los de su misma especie e interactuar con los seres humanos y animales domésticos.
Esto, en muchas ocasiones, imposibilita que puedan integrarse en un grupo, porque pierden su identidad y su capacidad para socializar, que en los primates es una de las bases de su vida silvestre.
¿Por qué no debe tener animales silvestres como mascotas?
- La tenencia de fauna silvestre es un delito, contemplado por la ley 1333 de 2009. Su reglamentación determina sanciones económicas para quienes incurran en esta práctica, además del decomiso del animal. Cuando se hace con fines de explotación, la persona infractora podría ir a la cárcel.
- Los animales silvestres hacen parte de complejos ecosistemas en los que tienen funciones importantes para su conservación. Interferir en el ecosistema para sacar individuos puede afectar a su especie, generar transformaciones en la población y causar daños al ecosistema.
- Biológicamente, la fauna silvestre está adaptada a unas dinámicas de alimentación, desarrollo y reproducción específicas. Al tener a una especie en cautiverio se afectan directamente sus hábitos de vida, por lo que se le está sometiendo a un trato cruel y estresante.
- Las especies exóticas son aquellas que se introducen, por medio del tráfico ilegal, a un ecosistema al que no pertenecen. Al no ser animales domésticos, significan un peligro potencial para la vida de las personas con las que convivan.