Líos con el Soat: evasión no se reduce ante desesperada medida del Gobierno de Gustavo Petro

El presidente de Fasecolda, Gustavo Morales, recomendó revisar el Plan Nacional de Desarrollo en la medida de las facultades extraordinarias que se le da al Ejecutivo frente al dicho seguro

Según el Runt el 47% de los vehículos de Colombia no tienen Soat. Foto: Colprensa - Álvaro Tavera.

El Gobierno de Gustavo Petro expidió el 16 de diciembre del 2022 el Decreto 2497 de 2022 con el cual se establecieron los rangos diferenciales por riesgo del Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (Soat).

La norma trajo un descuento de 50% para algunos vehículos, principalmente para las motos, con el objetivo de reducir los índices de accidentalidad, prevenir el fraude en las reclamaciones y enfrentar la evasión en la compra de dicho seguro. Sin embargo, parece que no hay resultados favorables tras ocho meses de vigencia.

A esto se refirió el presidente de la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda), Gustavo Morales, en el inicio de la Convención Internacional de Seguros 2023 “La protección de los colombianos en tiempos de cambio”.

En este, aseguró que el Plan Nacional de Desarrollo (PND) tendría que ser revisado en la medida de las facultades extraordinarias que se le da al Ejecutivo frente al Soat.

“No tiene sentido que si las motos son las que más se accidentan, sigan pagando menos que los vehículos que tienen una tasa menor de accidentalidad. Y no lo tiene porque los que están pagando menos son los que más dinero están sacando de esa ‘bolsa común’, algo que no pasa en ningún otro sistema sostenible”, agregó.

Sobre el Soat, Morales afirmó que “todos nos equivocamos con la medida de reducir el costo de la póliza en 50%, ya que la evasión no varió y actualmente se mantiene en cerca de 60% en motos, que son las que más se accidentan”. Además, que “tenemos que revisar el diseño del Soat desde cero, y queremos hacer parte de ese proceso”.

El dirigente también habló de la reforma tributaria del Gobierno de Gustavo Petro y expresó que se cometió el error de imponer una sobretasa a la renta de sectores que no se beneficiaron de ninguna bonanza en particular y reiteró la solicitud de su eliminación para la industria, además de revisar a la baja el impuesto de renta corporativo.

Gustavo Morales, presidente de Fasecolda. Foto: Fasecolda.

Al Soat lo mata el fraude

Es de anotar que en la Convención Internacional de Seguros 2022 el anterior presidente de Fasecolda, Miguel Gómez Martínez, alertó que al Soat lo está matando el fraude, debido a que, como las compañías de seguros son las mejores pagadoras del sistema de salud, algunos prestadores inflan las atenciones de heridos hasta los topes permitidos por coberturas. También indicó que a julio de 2022 la industria aseguradora tuvo una producción de $23,4 billones en primas, lo que representó una variación del 20% con relación a julio de 2021.

“El flagelo del fraude también afecta a la industria aseguradora. Trabajamos junto a Fiscalía General de la Nación, la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria)y la Superintendencia Financiera porque el fraude y la estafa están a la orden del día. Por eso, le recomendamos siempre acudir a canales autorizados de las aseguradoras”, anotó el dirigente.

Además, dijo que la evasión es un gran problema, pues de los 17,6 millones de vehículos que hay en el país, el 47 % no tienen Soat. De igual forma, que hay 10,4 millones de motos en Colombia, de las cuales el 61 % no tiene Soat.

“La accidentalidad vive una explosión. En este sentido las cifras son preocupantes, pues en julio eran 440.000 heridos en las calles y carreteras del país y todo indica que terminaremos el año en 900.000 heridos. Antes de la pandemia eran 700.000 heridos por año. Mientras tanto, a julio eran 4.400 muertos y todo indica que cerraremos el 2022 en 9.000 muertos”, lamentó al señalar que el 87 % de los muertos y heridos están relacionados con accidentes donde está vinculada una moto.

Dijo que la moto es una herramienta de transporte de millones de personas que no encuentran un servicio público eficiente y digno, realidad que no fue acompañada por el Estado, ya que este no le enseñó al motociclista a conducir su vehículo y a comportarse como actor vial prudente y responsable.