El jueves 3 de agosto, el médico cirujano oriundo de Córdoba Edwin Arrieta Arteaga, de 44 años, fue encontrado desmembrado en bolsas de basura en la isla de Koh Phangan, al sur de Tailandia. El culpable del asesinato es Daniel Sancho, hijo del actor Rodolfo Sancho. Los últimos detalles que se conocieron del crimen tienen que ver con el teléfono celular del chef español de 29 años, en el que habría mensajes de amenaza de muerte por parte del cirujano si Sancho terminaban su relación.
De acuerdo con información del corresponsal Adrián Foncillas, del medio español Antena 3, publicada en el programa Espejo público, el confeso asesino recibió la advertencia si decidía no estar más con el colombiano, y las pruebas de las amenazas estarían en su celular.
Según Daniel Sancho, Edwin Arrieta lo tenía retenido y lo acosaba, pero afirmaba que no tenían una relación sentimental. “Estaba obsesionado conmigo. Me engañó, me hizo creer que lo que quería era hacer negocios conmigo, meter dinero en la empresa de la que soy socio. Que hiciéramos cosas juntos, que fuéramos a México, Chile, Colombia, a abrir un restaurante. Pero era todo mentira. Lo único que quería era a mí, que fuera su novio”, dijo el homicida a EFE.
El joven español aceptó ante las autoridades la responsabilidad por el homicidio que ocurrió el 3 de agosto. “Soy culpable, pero yo era el rehén de Edwin. Me tenía como rehén. Era una jaula de cristal, pero era una jaula. Me hizo destruir la relación con mi novia, me ha obligado a hacer cosas que nunca hubiera hecho”, indicó Sancho negando las hipótesis de un posible romance y crimen pasional.
Sin embargo, fuentes allegadas a la familia del cirujano colombiano le informaron a Infobae que entre ambos sí existía una relación, que llevaban más de un año juntos, que la familia del colombiano sabía de eso y que incluso el español habría estado en Montería (Córdoba) realizándose un procedimiento estético en uno de los consultorios de Edwin Arrieta.
Daniel Sancho habría mantenido una relación sentimental esporádica desde hace un año con Edwin Arrieta y que, según él, este lo habría chantajeado con publicar en redes sociales imágenes explícitas íntimas de ambos para hundir la reputación de su familia si el cocinero rompía con él. Esta versión se confirmaría con las amenazas que habría encontrado la policía en el teléfono de Daniel.
En esa misma línea, un amigo de Daniel Sancho le contó al programa español Yas verano, que Edwin Arrieta y Daniel Sancho tenían una relación difícil. “La de ellos era una relación que jugaba con mucho sentimiento, porque un día estaban bien y un día estaban mal, por lo que fue una catástrofe. Discutían, eran dos tíos (hombres), el carácter de una persona indiferentemente de la relación te puede estallar en cualquier momento”, dijo la fuente, que decidió mantener su identidad resguardada.
¿Podría evitar la pena de muerte Daniel Sancho, el confeso asesino del médico colombiano Edwin Arrieta?
De acuerdo con el código penal de Tailandia, quitarle la vida a una persona en esa nación asiática contempla entre 15 a 20 años de prisión, cadena perpetua o la ejecución, dependiendo de la gravedad de las circunstancias en que haya ocurrido el crimen, explicó en la agencia española de noticias EFE el experto en Derecho Penal Álvaro Bernad.
Agregó que esta pena está reservada a los homicidios agravados y, entre los supuestos, se recogen los que han sido cometidos con premeditación, entre los que se podría encontrar el caso de Sancho, luego de su relato ante la Policía tailandesa.
Desde que aceptó su responsabilidad en el hecho, otra de las posibilidades que surgieron era la de lograr el traslado del confeso homicida a España, para que allí cumpla su condena, pero no existe un tratado de extradición entre los dos países, por lo que el proceso penal se tendría que llevar primero en Tailandia.
Bernad señala que lo que sí existe es un acuerdo en materia de ejecución de sentencias penales firmado por ambos Estados en 1983 y por el que podrían solicitar la entrega de un ciudadano español una vez sea condenado, para el cumplimiento de parte de la pena que se le haya impuesto.