Momentos de dolor vive la familia de Katherine Sandoval, una colombiana de 30 años que viajó a Australia hace cinco meses para perfeccionar sus conocimientos de inglés, y que perdió la vida el pasado 30 de julio por cuenta de una ola monstruo en Cronulla, un suburbio al sur de Sídney. Según contaron sus familiares, la trabajadora social visitaba una zona rocosa en la costa, cuando fue sorprendida, junto a otros amigos, por el fenómeno natural que es poco común en ese país.
Katherine habló con su familia minutos antes de emprender un paseo con tres de sus amigos de la iglesia a la que asistía en Sídney. En una videollamada, les contó que no tendría señal pero que visitarían la costa de Cronulla, que es un destino muy usual para los extranjeros que llegan hasta ese país. Cuentan los testigos del hecho que llegaron hasta unas piedras que son muy atractivas para tomarse fotos, pero nunca se percataron de lo que sucedía detrás de ellos.
Ahora puede seguirnos en nuestro Whatsapp Channel y en Google News.
De repente, en el mar se empezó a formar una ola de gran tamaño que rápidamente llegó hasta la orilla y tumbó a la colombiana junto a otro amigo. La fuerza del agua tumbó a Katherine contra las rocas, generando un trauma en su cabeza que la dejó inconsciente, por lo que fue arrastrada por la ola hasta una zona más profunda.
Aunque los amigos reaccionaron pronto y solicitaron la ayuda de unos pescadores para sacarla del agua, cuando llegaron los organismos de emergencia locales, confirmaron que el cuerpo de la colombiana ya estaba sin vida. Pronto, la noticia fue entregada a sus familiares por el pastor de la iglesia donde se congregaba Katherine.
Desde entonces, amigos cercanos en Australia y su familia desde Bogotá, iniciaron los trámites pertinentes para darle el último adiós y sepultarla en su país, pero fue en ese momento que empezó el drama. Allegados se acercaron a la embajada de Colombia en Sídney para solicitar información y apoyo con el cuerpo, después de muchos intentos infructuosos por contactarlos a través de Internet y vía telefónica, pero fueron atendidos de forma tajante y sin mayor interés.
A pesar de los inconvenientes, lograron obtener la información para repatriar el cuerpo de Katherine: una infinidad de documentos y la suma de 12 mil dólares australianos, algo más de $31.000.000. El pastor de la comunidad religiosa a la que asistía, Ezequiel Medina, emprendió una campaña en internet para recolectar los recursos que la familia no podía costear.
“Katherine tenía una visa de estudiante y estamos tratando de recaudar dinero para poder enviar el cuerpo a Colombia para que este junto a su familia. Katherine era una persona amable y encantadora, siempre con una palabra de aliento para levantarte el ánimo”, escribió el pastor en una plataforma de donaciones por internet.
El amor que sentían amigos y allegados en Colombia y Australia por Katherine, hizo que en 9 horas se recolectara la suma solicitada, más unos cuantos millones. De hecho, algunos miembros de su círculo más cercano describieron cómo era la mujer.
“Katherine era una persona risueña, amable, que llevaba en su corazón el ayudar a otros. Fue voluntaria social en Colombia acompañando comunidades marginadas de Bogotá y también siendo voluntaria de un food bank en Sydney. Nos quedamos cortos en poder describir el gran espíritu que tenía cuando de ayudar a otros se trataba”, publicó Jhonatan Alejandro León en su cuenta de Facebook.
Pero el drama de la familia colombiana aún no termina. Según relató una de sus hermanas, al consulado de Colombia en Sídney no ha llegado el certificado de defunción que debe proveer la funeraria para iniciar con la repatriación, lo que no ha permitido que se le pueda dar el último adiós en su ciudad natal: Bogotá.
La familia de Katherine reconoce que este es un momento de mucho dolor, porque es el segundo caso en menos de 6 meses que enluta a los Sandoval. Hace 4 meses, cuando la colombiana apenas llevaba un mes de residencia en el Australia, uno de sus hermanos tuvo un accidente de tránsito en el que perdió la vida.