Varias fuentes, entre ellas de inteligencia militar, le informaron a la Fiscalía sobre un atentado contra el fiscal general Francisco Barbosa, fraguado desde Venezuela por cinco peligrosos guerrilleros del ELN: alias Ariel, nuevo líder económico y militar del grupo guerrillero; alias el Rolo, cabecilla del grupo guerrillero que reemplazó al abatido Uriel; Eduardo Galvis Rivera, condenado por el secuestro de un avión Fokker de Avianca y alias Gonzalo Satélite, responsable de varios ataques a convoyes militares. La identidad del quinto guerrillero de la reunión se desconoce.
Ariel, el comandante en las sombras
Jaime Galvis Rivera es alias Ariel, considerado como el comandante en la sombra del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Según desmovilizados de esa guerrilla, el poder de Ariel dentro del grupo armado es superior al de alias Pablito, señalado de ser el autor intelectual del atentado contra la Escuela de Cadetes de la Policía General Santander en 2019.
Galvis Rivera ha optado por mantener un perfil bajo con respecto a otros líderes del ELN; con el proceso de paz que adelanta esa guerrilla con el Gobierno nacional, Ariel ha ocupado el puesto de los cabecillas negociadores, ganando poder económico, militar y escalando en la cúpula del grupo armado, posicionándose como uno de los máximos líderes de la subestructura Comando Central.
Según informes de inteligencia citados por el diario colombiano El Tiempo, Ariel está asentado en el estado de Apure, en Venezuela, y le habría jurado lealtad al régimen de Nicolás Maduro. La alianza entre el Gobierno de Maduro con el líder guerrillero se dio en medio de la desconfianza generada por la rebelión de algunos militares convencidos por líderes de la oposición, como Juan Guaidó y Henrique Capriles.
“Esa desconfianza del presidente Maduro hacia los militares –que lo llevó a renovar su cúpula– también los obligó a explorar la alternativa irregular para la ‘defensa de la revolución’, y el Eln y las disidencias de las Farc tienen un rol clave”, precisó una fuente oficial al medio citado.
La información militar establece que el cabecilla de la guerrilla opera en la frontera colombo-venezolana, específicamente en la población El Nula, donde vive en una finca con tres anillos de seguridad. “Es el gran financista del Frente de Guerra Oriental y maneja desde rentas ilegales de coca, pescado, leche hasta el oro que sacan del llamado Arco Minero venezolano”, cita el informe.
El Rolo: Comandante urbano y reemplazo de Uriel
Según la información que entregó la Fiscalía, José Benigno Guzmán Mora, alias el Rolo o Julián, fue quien lideró la reunión de los cabecillas guerrilleros y sería el autor intelectual del plan para atentar contra la vida de Francisco Barbosa, a quien atacarían con francotiradores.
El Rolo es uno de los miembros más antiguos de la renovada cúpula guerrillera, lleva cerca de 26 años al servicio del grupo armado e informes de inteligencia indican que pasó de ser el comandante del frente urbano Carlos Germán Velasco Villamizar, a reemplazar a alias Uriel en las filas del Frente de Guerra Occidental, luego de que el cabecilla fuera abatido por un francotirador del Ejército en 2020.
Julián, como también es conocido Guzmán Mora, es uno de los hombres de confianza de Eliécer Herlinto Chamorro, alias Antonio García, segundo al mando del Ejército de Liberación Nacional, encargado de la estrategia militar y compras de armas del grupo.
El comandante urbano tiene experiencia en varios atentados contra la Fuerza Pública, entre esos el perpetrado el 7 de enero de 2022 en Cali, cuando activaron una carga explosiva al paso de un camión con integrantes del Esmad, dejando como saldo 13 uniformados heridos. Por ese acto terrorista fueron ofrecidos 1.000 millones de pesos para dar con la captura de alias el Rolo.
Según reveló El Tiempo, Guzmán Mora tenía la misión de organizar diez frentes urbanos del ELN en Bogotá, Neiva, Cúcuta, Cali, Medellín, Barranquilla, Barrancabermeja, Bucaramanga, Cartagena y Popayán. En el nuevo atentado que planeaba el Rolo, se habrían movido cerca de 3.000 millones de pesos para comprar armamento y capacitar a los terroristas que iban a agredir al fiscal general Francisco Barbosa.
Gonzalo Satélite: estratega, líder financiero y cerebro de otros atentados
El tercer señalado de planear el atentado contra Francisco Barbosa es Leonel Salazar Roa, alias Gonzalo Satélite, comandante del frente Juan Fernando Porras Martínez, en el que lleva las finanzas y planea atentados contra las Fuerzas Armadas, como el del 27 de febrero del 2018, cuando ordenó activar dos cargas explosivas al paso de cuatro camiones militares que se movilizaban en la vía Tibú-Cúcuta, en Norte de Santander. El atentado dejó cinco militares muertos y nueve más heridos.
Leonel Salazar Roa también es señalado de orquestar el ataque sistemático contra 68 CAI en Bogotá durante el estallido social del 2020. El entonces Comisionado de Paz, Miguel Ceballos, también señaló a alias Ariel como otro de los cerebros de los ataques contra la Policía.
El Ejército estableció que Gonzalo Satélite tiene influencia en el Zulia (Venezuela), Catatumbo y sur del municipio de Tibú, donde comanda a más de 100 subversivos en su círculo más cercano y lidera una ‘red de apoyo’ del ELN que tiene presencia en la frontera colombo-venezolana, donde ejerce control territorial y económico sobre las actividades ilícitas.
Leonel Salazar no solo comanda atentados contra militares y policías, también es señalado de atacar a Ecopetrol y sería uno de los guerrilleros que colaboraba en el millonario desfalco de la empresa revelado recientemente. Según el Ejército, Gonzalo Satélite llegó a robar más de 2.000 barriles de petróleo a través de la instalación de 100 válvulas en el oleoducto Caño Limón–Coveñas para procesarlo artesanalmente y tuvo bajo su control por lo menos 12 refinerías clandestinas.
Eduardo Galvis, responsable del secuestro de un avión
El cuarto guerrillero señalado de planear el atentado contra Francisco Barbosa es Eduardo Galvis Rivera, quien fue condenado por el secuestro del avión Fokker de Avianca, ocurrido el 12 de abril de 1999 en Bucaramanga (Santander).
Es poca la información que se tiene de este guerrillero, pues es un experto en cambiar de identidades, incluso en el juicio por el secuestro de la aeronave se presentó como Eduardo Galvis Rivera y Diego Alonso Pérez, retrasando el proceso en su contra debido a que sus registros dactilares habían desaparecido de la Registraduría. El guerrillero también usaba los alias de Joselito, Arturo Cano y Ricaurte.
Sin embargo, en 2002 fue condenado a 37 años de cárcel por secuestro extorsivo agravado, apoderamiento y desvío de aeronaves, falsedad material en documento público y destrucción, supresión y ocultamiento de documento público.
Galvis Rivera fue uno de los ocho guerrilleros que secuestraron un vuelo de Avianca diez minutos después de haber despegado del aeropuerto de Bucaramanga con destino a Bogotá. Los subversivos salieron de entre los pasajeros, se presentaron como integrantes de las autodefensas, desenfundaron sus armas y amenazaron a la tripulación de la aeronave.
El avión aterrizó en una pista abandonada llamada Los Sábalos, ubicada en la vereda El Piñal, del corregimiento Vijagual, en el sur de Bolívar. Allí supuestamente iban a dejar a un poderoso paramilitar; sin embargo, otro grupo de subversivos del ELN llegó hasta el lugar y los pasajeros se dieron cuenta que no eran integrantes de las AUC, sino del ELN y que estaban siendo secuestrados.
Los secuestrados fueron llevados hasta el río Magdalena, donde abordaron unas chalupas y navegaron por minutos hasta llegar a tierra, donde los recibieron varias camionetas y los llevaron hasta el campamento guerrillero.
Entre los secuestrados estaba una monja, un bebé de 3 meses, el presidente de la empresa Ecogás, el alcalde del municipio El Zulia, un asesor del Congreso y Carlos Gustavo González González, quien falleció en cautiverio. Un grupo de los retenidos fue liberado 25 días después del hecho y el resto entre junio de 1999 y el 22 de noviembre de 2000.