Considerado durante años como un estudioso de la tradición musical caribeña, Vicente García se estableció en el panorama musical latinoamericano proponiendo una mezcla de estilos que incluyen entre otros la bachata, el merengue y el reggae, a los que les añade ideas y técnicas de producción propias del panorama alternativo.
En los tres de larga duración publicados hasta la fecha: Melodrama (2011), A La Mar (2016) y Candela (2019) se aprecian los vaivenes de una trayectoria donde las inquietudes sonoras, los cambios de sello y hasta de residencia (vive en Bogotá desde hace 10 años) han marcado su carrera musical.
Durante la pandemia de Covid-19, García reorientó sus lanzamientos que ahora eran más cortos para abordar esa situación de aislamiento con el EP Camino Al Sol (2022). En mayo de 2023 publicó un segundo EP, Desde Otro Malecón, con el cual se mantiene en movimiento mientras prepara su cuarto larga duración, acompañado de Eduardo Cabra, reconocido por su trabajo previo en Calle 13 bajo el nombre de Visitante, y con quien ya trabajó en A La Mar y Candela.
Ese marco es el que trae al dominicano a la segunda edición del Festival Cordillera, que tendrá lugar en el Parque Simón Bolívar de Bogotá los días 23 y 24 de septiembre. Vicente se presentará el segundo día. El artista habló con Infobae Colombia sobre su residencia en nuestro país durante los últimos diez años, la grabación de sus dos EPs, y el estado de las grabaciones de su cuarto álbum de estudio.
Lleva viviendo más de 10 años en Colombia ¿Por qué lo atrajo tanto nuestro país?
Yo vine la primera vez abriendo una gira de Juan Luis Guerra hace como 15 años. Luego comencé a dar conciertos solo. Eran sitios pequeños y poco a poco comencé a ganar público con cada visita. Luego me acuerdo que fui al Circulart, el mercado musical que hacen en Medellín, y ahí aproveché para venir a Bogotá un par de días. En ese momento conocí una escena musical que estaba en desarrollo con Manuel Medrano, Juan Pablo Vega, Monsieur Periné… Esteman todavía vivía aquí.
Me fuí adentrando en esa escena. Duré un mes o dos meses y luego me fui a dominicana para buscar mis cosas y vine a probar un tiempo. La verdad no pensé que me fuera a quedar mucho, y bueno… me terminó yendo muy bien, Tuve mucha aceptación en Bogotá, Medellín y en ciudades más pequeñas. Así fui desarrollándome y sin darme cuenta ya llevo 10 años aquí en Colombia.
Ya es colombiana por adopción, básicamente
Tal cual (risas)
En septiembre volverá a Colombia, esta vez para presentarse en el Festival Cordillera, al lado de figuras como Juanes, Residente, Andrés Calamaro o Café Tacvba, Damian Marley entre un larguísimo etcétera. ¿Cambia mucho el hecho de presentarse solo que en un festival? ¿Cambia el enfoque de las presentaciones?
Realmente yo en mi repertorio tengo canciones que son más bailables y otras más suaves. Entonces en esos contextos (de festival) los sets son más cortos, y trato de escoger entre las canciones más movidas y las más conocidas. Ese es el único criterio, realmente. No tiene nada que ver con el hecho de que estén determinados artistas.
Fucking Frenesí del EP Desde Otro Malecón es muy atractiva porque el resultado contradice el título. Por ahí se espera una canción más frenética y movida, pero en cambio nos deja una pieza muy atmosférica, con bastante aire y ese sintetizador suave al fondo para dejarle el protagonismo a la voz. ¿Cómo surgió esa canción, en particular?
A pesar del nombre, Fucking Frenesí es lenta porque está pensada desde algo que ya sucedió, desde un punto de vista más reflexivo. Por eso no acude directamente al título de la canción, sino que está en otra perspectiva. Surgió porque un día me levanté a pensar y preguntarme por qué el frenesí me llevaba a hacer ciertas cosas.
¿Es una especie de reflexión “post guayabo”?
Podría ser, es una manera de interpretarlo.
Luego de Candela en 2019, hemos visto a un Vicente García más concentrado en esta clase de lanzamientos, por así decirlo, más inmediatos. En vez de hacer un larga duración apuesta por EPs de unos cuatro o cinco temas máximos y de una vez sale de gira. ¿A qué se debe ese nuevo enfoque?
Realmente no hay un enfoque. Son más bien circunstancias. Fueron dos EP los que hice. El primero fue uno donde traté de canalizar lo vivido en la pandemia y que tenía ese marco donde se explicaba lo que ese momento quería contar sobre la vida, la muerte, la existencia, hacía dónde vamos… Para mi son más fotos del momento, y esa fue la foto de ese momento.
De hecho, ese disco ni lo giré, ni sé si lo voy a girar porque responde como a una dinámica muy específica. Entonces no salgo a girar con los EPs que hago. Luego comencé a hacer un disco un poco más moderno, donde sentí que había marcado el tema de la bachata con el reggae, pero no quería ahondar más en ese aspecto ni quería tampoco urbanizar tanto mi repertorio. Desde antes de este EP vengo trabajando en un disco de salsa de larga duración producido por mí y por Eduardo Cabra de Calle 13. Esto si, más orientado a un trabajo más largo como lo venía haciendo en el pasado.
¿Si estos EPs son momentos y no enfoques, que momento representa Desde Otro Malecón?
Refleja la música, las ganas de representar una fusión de géneros en un tiempo determinado. Sabía que podía salir para el verano, y me pareció divertido. No siempre hay que ser profundo.
¿Cómo va el álbum con Eduardo Cabra? ¿En qué parte del proceso se encuentra?
Es algo bastante orgánico. Ya he ido dos veces a Puerto Rico, Eduardo ya vino una vez. No tenemos prisa. Lo vamos desenvolviendo, y es un disco que si bien es de salsa realmente no es de salsa. Se nutre de todo lo que sucedió antes de que la salsa se llamara así. Hay son montuno, la bomba, la plena puertorriqueña, la salsa de Venezuela, lo poco que vino de Aruba. Es similar a Candela, donde intenté hacer un disco de merengue, pero al final es una síntesis mía de lo que voy investigando. Eso mismo creo que está pasando con este disco de salsa.