El trágico destino de Edwin Arrieta Arteaga, un médico cirujano oriundo de Lorica, Córdoba, se convirtió en una devastadora noticia para su familia cuando fue asesinado en la isla de Koh Phangan, en Tailandia.
El principal sospechoso del terrible crimen es un amigo con quien compartió un par de noches en el hotel donde se hospedaba.
Los hechos comenzaron el 31 de julio, cuando Edwin llegó a la isla tailandesa para disfrutar de unos días junto a su amigo español, Daniel Sancho Bronchalo, de 29 años.
Ambos compartieron momentos en restaurantes y atracciones turísticas de Koh Phangan. Sin embargo, la tragedia se desató cuando el colombiano desapareció misteriosamente, siendo su propio amigo quien reportó la desaparición a las autoridades.
Las autoridades iniciaron la búsqueda de Edwin, pero en un giro macabro, recolectores de basura encontraron una bolsa negra en un basurero de la isla que contenía intestinos y una pelvis humana.
Esto llevó a la policía a un segundo hallazgo, otra bolsa con piernas humanas. Tras una inspección forense, se confirmó que los restos pertenecían al médico colombiano de 44 años.
La Policía centró su atención en Daniel Sancho Bronchalo, ya que fue la última persona conocida que estuvo con Edwin antes de su desaparición.
Aunque el español trató de negar cualquier implicación, las pruebas recopiladas por las autoridades lo incriminaron en el asesinato.
Cámaras de seguridad grabaron a Daniel comprando elementos sospechosos, como un cuchillo y bolsas de plástico, guantes de goma, esponjas y líquido de limpieza, que no serían comunes para un turista. Además, la habitación donde ambos se alojaban fue examinada, y se encontraron manchas de sangre, tejido, grasa y cabello en la alcantarilla.
La noticia de la muerte de Edwin ha conmovido a familiares, amigos y conocidos, quienes expresan su dolor en las redes sociales. Deiby Palomino, un amigo cercano del cirujano, dejó un emotivo mensaje en Facebook lamentando su partida y destacando su prestigio y profesionalismo intachable.
Edwin Arrieta Arteaga vivía en el barrio El Recreo de Montería, la capital de Córdoba, desde hacía décadas. Era reconocido por su destreza en realizar procedimientos estéticos y cirugías plásticas en su ciudad de residencia.
Colombiano murió en hechos confusos en EE. UU.; su familia pide ayuda para repatriar su cuerpo
La vida de los familiares de Sebastián Rico cambió por completo luego de que por medio de redes sociales un amigo del joven, que se encontraba en Estados Unidos, los contactó para informarles que había muerto en Nueva York; por lo que ahora, no solo el perder a un ser querido es la preocupación, sino también conseguir más de 30 millones para poder repatriar su cuerpo.
Eliana Rico afirmó que su hijo era una persona noble y trabajadora, que se encontraba desde hace un año en Estados Unidos en búsqueda de mejores oportunidades de trabajo que le permitieran darle un mejor estilo de vida a su hija de dos años. Sin embargo, el joven perdió la vida en hechos confusos.
“Él pensaba en darnos lo mejor para que no pasáramos por situaciones difíciles, tenía muchos planes conmigo, con su hermano y su familia, amaba y se esforzaba mucho por su hija”.
Lo último que supo de su hijo es que se encontraba departiendo unos tragos en compañía de algunos amigos, y unos días más adelante fue contactada por uno de los compañeros de Sebastián, el cual le reveló que este había muerto tras haber sido internado en una clínica de Brooklyn.
De acuerdo con el testimonio, Sebastián Rico iba en compañía de otras personas en un vehículo, cuando uno de ellos percató que el colombiano estaba, aparentemente, convulsionando, por lo que tuvieron que trasladar a Rico hasta un centro médico cercano en el que falleció dos horas después de su ingreso.
Una de las hipótesis que manejan los familiares, es que Sebastián pudo haber sido drogado con la intención de robarlo, sin embargo, esto está siendo investigado por las autoridades en Estados Unidos, por lo que el cuerpo del colombiano debe permanecer en ese país hasta el 7 de agosto.
Sin embargo, allí no terminan las malas noticias para los familiares de Sebastián Rico, ya que luego de esa fecha deberán hacerse cargo de lo que cuesta repatriar el cuerpo de su familiar a Colombia, en donde esperan pueda ser despedido por sus seres queridos de una manera correcta, pero no cuentan con el dinero para hacerlo.
La mamá de Sebastián afirma que no son una familia con dinero, mismas razones por las que Sebastián emigró a Estados Unidos, allí trabajo como albañil, barrendero y en los últimos meses se estaba desempeñando como conductor de aplicaciones, por lo que la suma que les piden para tener el cuerpo del joven en Colombia es imposible de pagar para ellos.
Desde el 23 de julio los familiares de Sebastián se encuentran buscando recursos para poder traer de vuelta a Colombia el cuerpo del joven, razón por la que contactaron a la Cancillería con la intención de recibir algún tipo de ayuda, pero el tiempo de respuesta es de un mes.
“Desde el día martes, mediante un correo electrónico, se solicitó apoyo y el día de hoy me dieron respuesta indicándome unos pasos para diligenciar un formulario y nos dan respuesta nuevamente en un mes”.