Varios habitantes de la vereda Canangucho, en el municipio de Villagarzón (Putumayo) reportaron a través de redes sociales una fuerte explosión en el oleoducto en zona rural de ese municipio, ocurrida en la madrugada del viernes 4 de agosto.
Por ahora se reporta un gran incendio debido líquido derramado. El oleoducto transporta crudo a la batería Costayaco, metros adelante del aeropuerto.
En redes sociales, internautas compartieron imágenes de una columna de humo que se desprende de las llamas que al parecer dejaron las explosiones. “Que susto, nosotros íbamos pasando”, comenta una mujer en uno de los videos.
El Ejército hizo presencia en el lugar con personal especializado para determinar las causas de la ruptura del tubo, y aunque aún no hay un diagnóstico oficial, no descartan que se haya tratado de un atentado de parte de alguna de las disidencias de las Farc que se disputan el control entre el centro y el oriente del departamento. Autoridades investigan lo sucedido.
Atentados a oleoductos en el Putumayo
Los atentados contra oleoductos no se habían registrado en el Putumayo desde 2019. En esa ocasión presuntos disidentes del frente primero de las Farc atacaron con explosivos dos tramos de los oleoductos Masoya, Costayaco, lo que provocó incendios de mediano nivel y derrame de crudo.
El primer hecho se registró en la vereda Santa Helena, jurisdicción del municipio de Puerto Asís, en el oleoducto Mansoya-Orito. El segundo atentado se registró en el oleoducto Costayaco, en zona rural del municipio de Villagarzón a la altura de la vereda Canangucho.
Ataques a oleoductos en 2023
En lo corrido de 2023 ya se habían presentado ocho ataques a infraestructuras esta cifra representa el 44,4% de los ataques totales registrados en 2022, según lo indicó El Colombiano.
De estos ocho eventos que se han registrado en los tres primeros meses del año, siete que han sido en este tubo, mientras que uno fue reportado en el sistema Trasandino, en comparación con los 19 atentados al sistema de transporte de crudo en el territorio nacional reportados el año pasado.
Y como consecuencia del estos atentados al oleoducto Caño Limón Coveñas, Ecopetrol ha suspendió las entregas de gas natural del campo Gibraltar a regiones con demanda importante en los departamentos de Antioquia, Santander y Norte de Santander.
Pero no solo la infraestructura de transporte ha sido blanco de los ataques subversivos, también ha sido blanco las instalaciones petroleras, ya que por esos mismos días otro atentado se registró en el campo La Cira Infantas en Barrancabermeja. Las infraestructuras de Ecopetrol han sufrido ya dos atentados este año en la zona del Magdalena Medio.
El mismo diario informó que además de los atentados contra la infraestructura de transporte y las instalaciones de producción, se han registrado conexiones ilícitas. De acuerdo a reportes de Cenit, filial de Ecopetrol para el transporte de crudo entre el 1 de enero y el 31 de marzo se han registrado 146 hechos, la mayoría en el sistema Trasandino.
Así, la cifra de conexiones ilícitas representan un 20,8% del total registrado, si se tiene en cuenta que fueron reportadas 715 conexiones con válvulas.
Del mismo modo, la Asociación Colombiana de Petróleos (ACP) advirtió sobre el incremento en la conflictividad social en las regiones donde operan sus empresas asociadas lo que incluye actuaciones como bloqueos en los campos petroleros.
“En Colombia la conflictividad se ha incrementado cuatro veces entre 2016 y 2022″.Los municipios donde hay más operaciones petroleras y mineras son Santander, Meta, Casanare y Putumayo, por ende, son los reseñados en el informe presentado por la ACP.
En ellos, se ha visto el 67% del total de los bloqueos, explica la agremación. De acuerdo con la asociación en 2022 hubo 2,9 bloqueos al día en las operaciones. En departamentos como Santander y Meta la situación fue particularmente compleja.