José Félix Lafaurie apoyó las negociaciones paz de Petro con el ELN, pero hizo reclamos: ¿qué dijo?

En la instalación del Comité Nacional de Participación, el presidente de Fedegán respaldó al jefe de Estado en la implementación de la Reforma Rural Integral y dijo que espera “creer” en el cese del ELN

El presidente de Fedegán también reiteró su compromiso de seguir aportando a la implementación de la Reforma Rural Integral desde el gremio ganadero. Foto: Instalación del Comité Nacional de Participación/ Presidencia de la República

“Para llegar hasta aquí hemos firmado 11 acuerdos y nueve protocolos de cese al fuego, pero la paz no se mide por firmas, sino por resultados. La paz será el silencio de las armas y sobre todo, las transformaciones que emprendamos cuando callen los fusiles”. Así inició José Félix Lafaurie su intervención durante la instalación del Comité Nacional de Participación perteneciente a los diálogos de paz entre el Gobierno y el ELN.

Durante cerca de 20 minutos, el presidente de Fedegán e integrante de la delegación oficial en la mesa de diálogos se refirió a los avances alcanzados entre las partes durante los tres ciclos de conversación adelantados en Caracas, México y La Habana, respectivamente.

En primera instancia, advirtió que podrán firmarse “mil acuerdos más”, pero la paz real con esta y otras estructuras debe construirse sobre la marcha y con la mayor cantidad de actores sociales y civiles posible.

La verdadera paz no se firma ni se negocia, se construye a diario, entre todos, porque es asunto de todos”, sostuvo Lafaurie. De paso, el líder del gremio ganadero, más ligado a la oposición por cercanía familiar que a Petro y a su administración, entregó un discurso cargado de espaldarazos a los acuerdos con la guerrilla activa, pero con llamados de atención para reforzar la presencia estatal en territorios como Catatumbo.

Dijo que los que actualmente negocian un acuerdo de fin del conflicto con el Ejército de Liberación no corresponden a solamente una delegación conformada por representantes de un Gobierno, sino que esos integrantes, incluyendo él mismo, transmiten la opinión de los que apoyan el proceso.

Mencionó que la sociedad está “fracturada por el poder corruptor del narcotráfico, la violencia en campos y ciudades, por la desesperanza frente a una paz tantas veces prometida y tantas veces frustrada” y que ante ese escenario, las partes tienen una responsabilidad sobre la concreción del fin del conflicto.

Ante cientos de representantes de organizaciones sociales, resguardos indígenas y colectivos étnicos, raciales y de mujeres, Lafaurie dijo que se mostraba optimista sobre el proceso de paz a pesar de la situación de violencia que se vive en buena parte de los territorios.

“Tengo fe en el futuro de Colombia, más no en la fe de carbonero, sino en la que exige el compromiso de todos para que sea un día histórico y no el comienzo de otra frustración”. Acto seguido, hizo una mención de confianza a lo mencionado por la delegación del ELN sobre el cumplimiento del cese bilateral y los otros acuerdos logrados en México.

“Quiero creer en el compromiso del Ejército de Liberación Nacional con el cese al fuego porque nunca había firmado acuerdo alguno y ha manifestado que cumplirá lo firmado. Quiero creer en el compromiso del cese de hostilidades contra la población civil que hacen parte del derecho internacional humanitario”, agregó el integrante del equipo negociador del Gobierno.

Finalmente, reiteró su compromiso y el del gremio que preside con la implementación de la Reforma Rural Integral —primer punto del Acuerdo Final de Paz con las extintas Farc— a fin de que Colombia sea “una potencia agroalimentaria” y para que el jefe de Estado pueda cumplir la promesa de campaña de cumplir con este mandado acordado en La Habana.

Pidió hacer un “gran piloto” de inversión social y presencia del Estado en Catatumbo (Norte de Santander), una de las regiones con mayor presencia del ELN y afectadas por esa guerrilla; “¡Pero hagámoslo ya! No sigamos aplazando las decisiones de futuro”.

“Concentremos allí la presencia y los recursos del Estado, y en un entorno de cese al fuego, llevemos seguridad, bienes públicos e inversión privada con incentivos tributarios, que la calamidad pública del abandono de esos territorios bien lo merece”, concluyó en medio de aplausos y varias rechiflas rechazadas por Pablo Beltrán, jefe negociador del grupo insurgente.