Las denuncias por robo a deportistas que en horas de la mañana recorren la vía Bogotá-La Calera van en aumento; así como también el nivel de violencia utilizada por los delincuentes para despojar a grupos de hasta tres personas de sus bicicletas y demás objetos de valor.
El caso de hurto más reciente se habría registrado en el sector conocido como Arboretto, frecuentado en su mayoría por ciclistas que, según la denuncia, estarían siendo abordados por grupos de hasta cinco hombres, que aparecen en distintos puntos de la vía, con armas de fuego y cuchillos en mano.
Los obligan a entregar todo, incluyendo zapatos, cascos y chaquetas. Algunas de las víctimas deben regresar descalzos y a pie hasta Bogotá.
Una víctima reciente describió el modus operandi que utilizan los delincuentes ‘roba bicis’, en entrevista para el matutino de Arriba Bogotá: “Yo iba cerca de las 10:00 de la mañana por el sector de Arboretto y, al llegar a una de las partes más altas, me apareció una persona de frente. Inicialmente trate de saludar, normalmente (en la vía) uno saluda, pero no devolvió el saludo”.
Sin más, decidió continuar pedaleando hasta que, de un momento a otro, el hombre con el que recién se había cruzado se dio la vuelta y lo agarró de la bicicleta, mientras lo intimidaba con un arma cortopunzante.
En medio del caos logró zafarse, pero unos metros más adelante se encontró con otros dos delincuentes que, en vista de lo que había sucedido, se aseguraron de no dejarlo escapar nuevamente.
“Dos de ellos tenía arma blanca y uno de ellos tenía pistola. Me agarraron entre los tres, afortunadamente no me alcanzaron a golpear, ni nada. Solo tengo los raspones de la caída. Pero me quitaron todo: casco, chaquetas, morrales, teléfonos, todo lo que llevas encima y, obviamente, la bici”, detalló.
Tan solo la bicicleta costaba cinco millones de pesos. Los delincuentes, además, lo sentaron en el camino, desde donde alcanzó a ver a otros ciclistas pasando por una situación similar: “Me sientan y me doy cuenta de que adelante hay tres personas más, entre los 35 y 50 años, solo en jersey y pantaloneta. Dos de ellos no tenían zapatos, ni cascos. Nada”. Ya se los habían quitado, pero aún faltaba lo peor.
Los amordazaron y, enseñándoles nuevamente sus armas, les pidieron las claves de sus celulares y cuentas bancarias: “En ese momento nos empiezan a amarrar, uno por uno. Y uno por uno también empiezan a esculcar las aplicaciones móviles, bancarias, billeteras virtuales, todo. Obviamente, con las armas blancas ahí a un lado toca soltar claves”, explicó.
Se dieron a la huida con las bicicletas y demás elementos de valor de los cuatro, mientras ellos luchaban por soltarse para dar aviso a las autoridades.
“Se van en las bicis de vuelta como un ciclista más. Logramos hacer el reporte 15 minutos después, en la montaña, en una finca en la que nos prestaron ayuda. Llegaron (los policías) media hora después y más tarde llegó personal del cuerpo de bomberos para revisarnos, porque, a pesar de que no se registraron heridos de gravedad, estábamos un poco golpeados”.
Temen volver a practicar deporte por la vía Bogotá-La Calera sin que la Policía tome acciones concretas contra la delincuencia. Una lástima; ya que, muchas personas viven del comercio y de reparar bicicletas en la zona.
Pero, probablemente, cada vez menos personas suban la montaña, ya que si bien no han sido víctimas de esta modalidad de hurto, han escuchado varios casos de personas que subieron en busca de reconectarse con la naturaleza y bajaron directo a poner una denuncia por robo, en la estación de Policía más cercana.