La noticia de la separación de Rosalía y Rauw Alejandro causó un tremendo furor a nivel internacional y no pasó mucho tiempo hasta que comenzaron a surgir especulaciones sobre los motivos de la ruptura cuando estaban recientemente comprometidos.
Unas horas después de conocerse la noticia, comenzó a circular en redes sociales (particularmente Twitter) un hilo en el que una mujer suministraba información en la que señalaba a una modelo antioqueña identificada como Venita de provocar la ruptura.
En este relato, dicha mujer contó que la modelo viajó a México para ver a Rauw Alejandro en mayo y que ambos pasaron la noche juntos luego de su presentación. Aunque se refirió a ella y una amiga cercana como Lalita y nunca dio nombres propios, varias personas que leyeron la publicación y atando cabos apuntaron hacia Valeria Duque y Laura Sánchez, dando inicio a una serie de comentarios acusándola de acabar con la relación entre el puertorriqueño y la española.
Al respecto, Duque negó los señalamientos y anunció que iba a tomar acciones legales, asegurando que conocía a la persona que difundió los rumores. En entrevista con W Radio, confirmó que tendría la representación de De La Espriella Lawyers, la firma de abogados de Abelardo de la Espriella.
Aunque no faltaron los memes y las burlas para la modelo por elegir ser representada por el licenciado cordobés de 45 años, lo cierto es que no es el primer caso de esta naturaleza que asume su firma. De hecho, buena parte de la reputación que tiene De La Espriella surgió inicialmente por ser el representante legal de David Murcia Guzmán y su empresa DMG, tras ser intervenida por el Gobierno nacional luego de concluir que se trataba de una pirámide. En ese tiempo, De La Espriella era el apoderado de la firma, y aunque al principio señaló la intervención del Gobierno como anticonstitucional, decidió abandonar la defensa de Murcia tras surgir evidencias de una doble contabilidad al interior de dicha empresa.
A partir de entonces se hizo cargo de representar a celebridades nacionales (por ejemplo, es el abogado personal de, entre otros, el futbolista James Rodríguez, el cantante Silvestre Dangond, y el expresidente Álvaro Uribe Vélez), y continuó tomando casos de interés nacional, como el del feminicidio de Rosa Elvira Cely en 2012.
A continuación, estos son algunos de los casos más importantes que tomó el abogado en el ámbito de la farándula:
Natalia París
Uno de los primeros casos de interés nacional en los que participó Abelardo De La Espriella fue en el bando acusador. En 2007, la modelo Natalia París decidió entablar una demanda en contra de la editorial Oveja Negra por la publicación del libro ¿Las prepago? en el que el periodista Alfredo Serrano y una mujer conocida bajo el seudónimo de Madame Rochy señalaron a distintas mujeres involucradas en el mundo del espectáculo de haberse dedicado a la prostitución para distintos capos del narcotráfico, paramilitares o miembros de la clase política.
Aunque París no fue la única que demandó (otras como Aura Cristina Geithner, Andrea López, Carolina Cruz y Rosemary Bohórquez también tomaron medidas judiciales en su día), el caso de la antioqueña fue el que más relevancia adquirió. El caso lo ganó de la Espriella y por decisión de un juez el libro fue retirado del mercado, luego de que se considerara que “de la forma como se expusieron los pasajes donde se hace referencia a la tutelante, se desprende una invasión a su privacidad, intimidad y buen nombre”.
Sara Corrales
En 2009 la actriz Sara Corrales inició con el apoyo de De La Espriella una acción judicial contra la también artista Marcela Mar. Esto se debió a que la bogotana, durante una entrevista en El Lavadero del Canal RCN, se mofó de la belleza de la antioqueña en un momento donde todavía estaba presente tras la infidelidad que Robinson Diaz protagonizó con ella. Al respecto, Mar afirmó que el aspecto de Corrales le parecía “de quinta, una estética de la mujer del narcotráfico”. Debido a este último comentario, Sara interpuso una demanda por injuria agravada y directa.
El pleito se resolvió al año siguiente cuando Marcela, en W Radio, hizo una retractación pública, lo que dio cierre al debate. No sería el primer caso de injuria en el que De La Espriella ganara.
Dania Londoño
Durante la Cumbre de las Américas de 2012 celebrada en Cartagena, se produjo uno de los escándalos más sonados en la historia reciente del país, en el que se vieron involucrados agentes del servicio secreto de los Estados Unidos que pagaron servicios de escort durante su estancia en la ciudad.
Una de las mujeres, Dania Londoño, se convirtió en la figura más sonada cuando se le acusó de obligar a dos menores de edad a pesar la noche con los agentes, algo que negó rotundamente y llevó a que, con la representación legal de De La Espriella, diera su versión de los hechos en la embajada norteamericana en Madrid, España. Londoño se terminó radicando en el país ibérico con su familia y su hijo, donde reside hasta hoy.
Lina Tejeiro
Cuando Graciela Torres (más conocida como La Negra Candela) informó que el papá de la actriz era el narcotraficante propietario de una tonelada de cocaína que fue incautada en Buenaventura en 2021 (identificado bajo el alias de El Consejero Negro por las autoridades), Tejeiro acudió a De La Espriella para exigir una retractación a los medios de comunicación, y en particular a La Negra. Esto terminó ocurriendo en diciembre de ese año (un mes después del escándalo) ante los micrófonos de Olímpica Estéreo.
Alejandra Azcárate
El 9 de diciembre de 2022, Abelardo de la Espriella confirmó que sería el representante legal de la humorista, involucrada en una controversia tras el hallazgo de un cargamento de cocaína en una aeronave a nombre de su esposo, Miguel Jaramillo. Luego de que las autoridades descartaran su participación en el delito de narcotráfico, decidió emprender acciones legales por difamación ante los medios de comunicación.
Posteriormente, en una entrevista en Noticias RCN, Jaramillo señaló a un antiguo socio, Fernando Escobar, como el dueño de la droga incautada, asegurando que nunca asumió su responsabilidad “ni en público ni en privado”.