Luego del escándalo que desató el asesinato de Pancho y Chita, los primates que escaparon del bioparque Ukumarí, Yoko se convirtió en el último gran simio que se mantiene en cautiverio en Colombia. Este chimpancé quedó solo en el parque de Pereira y activistas ahora luchan por conseguir que sea trasladado hasta un santuario, donde podrá convivir con más animales de su especie.
Para Juan Pablo Olmos, activista y uno de los promotores de la operación “Libertad para Yoko”, su traslado es un acto de justicia con un animal de alrededor de 36 años que lleva toda su vida en cautiverio y que ahora se encuentra solo, lo que precariza aún más su situación y bienestar al ser este un animal gregario y que debe convivir en comunidad.
“Lo que queremos es que disfrute sus últimos años en un santuario y no en un zoológico, ya que en el primero se privilegia su bienestar, al no estar sometido a altas cargas de estrés por la interacción con humanos, por espacios reducidos y por otras condiciones propias de un uso con fines económicos”, señaló el activista.
Aunque los promotores de la iniciativa son conscientes de la complejidad que requiere un traslado de este tipo, y que puede tomar varios meses antes de que se pueda efectuar, desde ya advirtieron que adelantarán todas las acciones necesarias para lograr la liberación de Yoko.
“Este es un animal que necesita construir lazos de amistad con los de su misma especie, cosa que puede garantizarse de mejor manera en un santuario, donde valga a decir, estará en una condición de semilibertad, bajo la atención de veterinarios expertos en chimpancés que velarán por su protección”, resaltó Olmos.
Según conoció el equipo de Infobae Colombia, luego de que Chita y Pancho fallecieran, Yoko fue aislado dentro de las instalaciones del bioparque Ukumarí, y las directivas no han permitido que animalistas puedan ver las condiciones en las que se encuentra el chimpancé. Sin embargo, señalaron que el animal se encuentra deprimido y requiere de una socialización pronta con otros ejemplares de su especie.
A la iniciativa se ha unido fundaciones animalistas como Animal Voices y Mentes Verdes, que han liderado procesos de liberación y reasentamiento de grandes felinos y grandes simios a nivel mundial, además de la senadora animalista Esmeralda Hernández, que también se ha sumado a la causa.
“Estamos haciendo todas las gestiones pertinentes, ya hemos hecho el contacto con las organizaciones internacionales y las entidades competentes para llevarlo a un santuario donde pueda pasar sus últimos años con dignidad”, señaló la congresista.
La senadora también hizo presencia en el bioparque y, después de una conversación con las directivas de Ukimarí, resaltó que mostraron disposición para efectuar el traslado, aunque espera que su compromiso sea mayor. “Esperamos que el parque tome en cuenta el reclamo de la sociedad y dé una oportunidad a Yoko para ir a un santuario”, indicó.
Aunque la iniciativa de los activistas y miembros del Gobierno apenas comienza, ya se confirmó que existe el interés de dos santuarios, en Brasil y Estados Unidos, para recibir a Yoko. Incluso, un tercer recinto en Inglaterra también estaría dispuesto a adoptar al primate que, por su soledad, se encuentra en peligro físico y emocional.
La senadora Hernández indicó que, de lograrse el traslado de este animal, se fijaría el punto de partida para un eventual proyecto de ley que declare a estos animales como sujetos de derechos y no ocurran barbaridades como la de Pancho y Chita.
Entretanto, las investigaciones por la muerte de los dos primates aún no arroja resultados. “La investigación ya está andando en cabeza de las entidades competentes para el esclarecimiento de los hechos y la adopción de las medidas a que haya lugar”, señaló Hernández