A pesar de haber sido uno de los narcotraficantes más importantes de la historia, los últimos meses de vida de Pablo Escobar fueron desde las sombras, tras escapar de la catedral, el capo fue perdiendo de a poco a sus hombres de confianza, los cuales fueron dados de baja o se entregaron a la justicia, por lo que mientras se escondía en una casa en el barrio Olivos de Medellín, intentó negociar en repetidas ocasiones su entrega.
Uno de los principales factores que preocupaba al narco antes de su muerte era la estabilidad de su familia, por lo que el temor de que sus enemigos repitieran un atentado como el registrado el 13 de enero de 1988 en el edificio Mónaco, hizo que Escobar intentará llegar a un acuerdo con el gobierno colombiano, en el que su entrega sería el premio que recibiría el Estado por permitir que su esposa y dos hijos salieran del país.
A punto de cumplirse 30 años de la muerte de Pablo Escobar, fueron revelados los archivos que habrían sido enviados desde el gobierno colombiano para solicitar que los familiares del capo recibieran asilo político en el Reino Unido, lo que era la única petición del narcotraficante para entregarse a la justicia.
Los documentos que hacen parte de los Archivos Nacionales en Kew, Londres, evidencian que el fiscal general de Colombia en ese entonces, Gustafo de Greiff, visitó la embajada británica en septiembre de 1993 con la intención de hacer una propuesta, que se permitiera que 14 de los familiares de Pablo Escobar fueran recibidos en este país.
“Dijo que Pablo Escobar estaba listo para entregarse siempre que su familia pudiera irse al exterior por un tiempo hasta que las cosas se calmaran. Gran Bretaña había sido indicada como el destino preferido. De Grieff dijo que los miembros de la familia involucrados eran su esposa, hijo, hija, dos hermanas, un hermano y ocho sobrinos y sobrinas”, es parte del memorándum enviado a Londres, según la publicación The Times.
Sin embargo, esta solicitud se habría realizado con la intención de que los medios no supieran del papel del gobierno colombiano en la negociación, por lo que la ministra de Relaciones Exteriores, Noemí Sanín de Rubio, se habría acercado al representante de Gran Bretaña ante la ONU, David Hannay, para que el acuerdo fuera tratado con máxima confidencialidad.
“Si el Reino Unido aceptara admitir a la familia, el gobierno colombiano no querría que se supiera que jugó algún papel”.
La respuesta fue negativa
La petición del gobierno colombiano generó rechazo en el Reino Unido; las muertes, atentados y múltiples crímenes protagonizados por el líder del Cartel de Medellín fueron la principal razón por la que no se permitió el ingreso de su familia al país europeo, por lo que el 7 de octubre de 1993 fue notificada la respuesta respecto al posible asilo político para los Escobar.
“Escobar es un narcotraficante y terrorista despiadado. Él es responsable del asesinato de cientos y quizás miles de personas. Su familia vive de [sus] ganancias del tráfico de drogas”, señalando que la posible entrada de la familia de Pablo Escobar podría hacer que la violencia se trasladara de Colombia hasta Gran Bretaña.
Debido a esto el ministro del interior, Michael Howard, ordenó la exclusión de ingresar al Reino Unido para la familia del narco, lo que fue cumplido cuando Nicolás Escobar, primo del capo llegó al aeropuerto de Heathrow en noviembre de 1993, mientras el resto de los familiares de Escobar permanecieron en Frankfurt para después ser enviados de regreso a Bogotá.
Luego del rechazo por parte de Alemania y Mozambique, los Escobar retornaron a Colombia el 29 de noviembre y se hospedaron en el Hotel Tequendama en Bogotá; desde allí tuvieron las últimas conversaciones con el capo, las cuales fueron claves para que el 2 de diciembre, un día después de su cumpleaños, el narcotraficante fuera dado de baja cuando intentaba escapar por el tejado de una casa vecina de la vivienda en la que se escondía.