Luego de ser retado por un tiktoker, Juan Daniel Oviedo pasó de vivir en el centro de Bogotá para trasladarse a la localidad de Bosa; por lo que desde el 12 de mayo se ha establecido como arrendatario de un apartamento en el barrio Brasilia.
Infobae Colombia visitó al candidato a la Alcaldía de Bogotá para conocer detalles de la convivencia con los vecinos, las conclusiones de la “inmersión urbanística” y las percepciones del tiempo que lleva viviendo en Bosa.
A pesar de los comentarios negativos respecto a su mudanza a Bosa, para Oviedo, la decisión de trasladarse a esta localidad se convirtió en un reto personal por fuera de la política, y por ello ha vivido en Brasilia junto a su pareja y su mascota, Mora.
¿Cómo le dijo a su pareja que se iban a vivir a Bosa?
Fue muy sencillo, yo le dije “yo quiero ir allá”. Esto salió porque me provocaron, pero al mismo tiempo esa provocación confirmó lo que a mí me ayuda a construir dentro de mis propósitos que es compartir realidades. Yo le dije “pasó esto y vamos a vivir en Bosa”.
Un día salimos de la oficina y nos vinimos en TransMilenio a buscar casa, teníamos el exceso de trabajo mío, lo de las firmas, pero yo tenía que cumplir mi palabra, eso es una enseñanza de mi abuelo, uno tiene que cumplir su palabra.
¿Qué ha aprendido de Bosa?
Yo estoy aprendiendo muchas cosas, la gente piensa que yo estoy haciendo turismo de pobreza, pero no. Yo estoy convencido de que no, estoy simplemente viviendo y compartiendo también cosas que decimos con Sebastián. Venir acá es liberarnos de muchas cosas de la rutina, explorar nuevos sitios de comida, de rumba, de ropa, entonces no fue difícil. Atrás de esto también está mi mamá, ella se consiguió unos muebles, nos ayudó consiguiendo varias cosas, de resto, con Sebastián, de a poco hemos decorado con los cuadros y eso.
¿Qué es lo primero que se acuerda de su llegada a Bosa?
De los vecinos, me marca muchísimo el tema de las redes de colaboración, me gusta mucho porque es una prueba de que sí se puede, que, en vez de estar pensando, como lo ponen en los memes, que en Bosa se huele bóxer, pues en Bosa también hay cosas que aprender, y es eso, el sentido de comunidad.
¿Cómo ha sido su relación con los vecinos?
Bien, ya estuvimos de rumba, nos fuimos de rumba con los vecinos del frente, obviamente también es desde el privilegio, porque claro, mi condición de figura pública ayuda a que pueda estar en los dos extremos, de simpatizar o de odiar.
Yo aquí he encontrado que por más de que lo saben, están interesados en observar quién soy yo, cuando salgo a fumarme un cigarrillo, cuando salgo a comprar la arepa, una cerveza, quieren es conversar con la persona, no con la figura pública.
¿Qué desconocía de Bosa?
A mí no me da pena decirlo, yo no conocía nada, por eso lo que me gusta es el sentimiento de decir “estoy aprendiendo verdaderamente cómo se vive en otras partes de la ciudad”.
¿Qué es lo que más le sorprendió de Bosa?
Yo vivo en el centro en una condición acomodada, no lo voy a negar. Estamos en el medio, hay zonas en Bosa donde la gente está mejor acomodada y hay lugares donde la gente está viviendo, digamos la palabra, en la mierda, donde no hay alcantarillado, entonces eso es lo que me sorprende, que no son capaces de reconocer las inequidades, me parece un desperdicio muy grande que la política pública no esté partiendo de esas inequidades que se ven para resolver cosas.
El candidato aprovechó para afirmar que uno de los puntos que tuvo que sorprender a la opinión pública es que no ha tenido ningún inconveniente desde su llegada a Bosa, y afirmó que, contra todo pronóstico, sus vecinos lo han respetado en todo momento.
“Yo sé que toda la gente soñaba, toda Bogotá esperaba ver la noticia de que me habían chiflado, que me habían escupido, pero una señal de respeto es que yo puse el escudo de nuestra campaña en la puerta y nadie lo ha tocado”, Juan Daniel Oviedo
¿Qué le dice a la gente que piensa que a Juan Daniel Oviedo le falta calle?
Calle le falta a todo mundo, lo que pasa es que la gente piensa que solo la calle de Bogotá sirve, y yo también soy callejero, tanto así que Sebastián es un amor de calle, nos conocimos en la calle. La verdad hasta me alegra que la gente critique eso, porque yo tengo la tranquilidad de que a mí sí me gustan las cosas de la calle y estar en la calle.
Por ejemplo, en mis momentos de estrés la solución es salir a caminar, cuando estoy en el centro recorro la Trece, la Caracas, no creo que podamos decir que me falta calle, creo que aprendo mucho de lo que veo en la calle.
Si hablamos de Bosa, pensamos en el vecino que es Soacha, ¿cómo debería ser la relación con el municipio?
Debe ser buena, pienso que siempre ha sido una batalla, tanto es así que la mayor crítica que recibí fue del registrador por el censo de población, las transmitió desde Soacha, diciendo que en Soacha había más habitantes de los que se registraban en el Dane. Yo creo que es clave, porque la relación con Soacha mal llevada es la que ha generado que tengamos entre Bogotá y Soacha barrios de lata, sin acueducto, sin seguridad, sin iluminación, por los que nadie responde, no decimos que Soacha debe ser parte de Bogotá, pero están en el mismo territorio, no puede ser que una calle se pavimente hasta un punto porque finaliza Bogotá.
¿Cuál es el balance de lo que usted llamó “inmersión urbanística”?
El balance es positivo, porque para mí esa inmersión urbanística es un proyecto personal, no político, estoy aprendiendo un resto de cosas, estoy aprendiendo que necesitamos líderes que tengan los pies en la tierra, lo que no significa que uno tenga que comer del plato de otra gente, yo no digo que sea eso, tengo muchos contendientes por la alcaldía que dicen que me falta conocer Bogotá, y cada quien aprende de los elementos que le parecen más útiles; yo estoy aprendiendo de esta experiencia.
¿Qué significa ahora Bosa para Juan Daniel Oviedo?
Todo el mundo piensa que Bosa es pobreza, es delincuencia, inseguridad, problemas de movilidad, pero hay una vía y hay una comunidad que se está manifestando en cuadras, en lugares y, por consiguiente, debemos apartarnos de esa polarización, lo que tenemos es que reconocer realidades.