“Bogotá, del putas Bogotá” corearon cerca de 70 mil personas en el estadio Nemesio Camacho El Campín el 17 de septiembre de 1988. Esa noche, por primera vez el espacio que, hasta entonces, solo había sido ocupado por los fanáticos del fútbol, estaba a reventar de jóvenes rockeros que disfrutaban del primer concierto hecho en un estadio en la historia de Bogotá.
Un evento ambicioso en el cual el rock en español fue protagonista y marcó un antes y un después para los eventos en vivo en Colombia, el Concierto de Conciertos: Bogotá en armonía, una idea de los empresarios Armin Torres y Felipe Santos, en conjunto con 88.9 La Superestación y el apoyo del entonces recién elegido alcalde Andrés Pastrana.
El cartel era de lujo. Fue la primera vez que en Colombia se reunía los grandes artistas internacionales del momento en un mismo escenario: Miguel Mateos, Yordano, Timbiriche, Los toreros muertos, Los prisioneros, José Feliciano, Franco de Vita, Océano, Piero y las agrupaciones colombianas Pasaporte y Compañía Ilimitada, muchos de los cuales repetirán en el mismo escenario la noche de este viernes.
Infobae Colombia habló con algunos de los empresarios, artistas y asistentes al Concierto de Conciertos en 1988, poco antes de que se encuentren de nuevo en El Campín para vivir una nueva versión del evento con nuevas herramientas tecnológicas y los aprendizajes de ese primer gran concierto.
Los colombianos querían escuchar rock en su idioma
Fernando Pava, empresario y presidente de la emisora Superestación 88.9, señaló que para mediados de la década de los 80 el rock en español estaba tomando una fuerza importante entre el público juvenil colombiano, y la emisora había nacido con el objetivo de llevar la música a esos jóvenes. “La juventud estaba olvidada, decían que a los pelados de ese entonces no les interesaba ni comer y la publicidad estaba más enfocada en los adultos, que tenían poder adquisitivo”, señaló.
La música en inglés era la preferida entre las generaciones jóvenes, mientras las baladas románticas era lo que más sonaba en las emisoras, pero el rock en español, con buena producción, estaba llegando desde Argentina y México, mientras que en Colombia, con la dificultad de conseguir buenos equipos, surgían bandas y agrupaciones que hacían lo posible por tener rock en su idioma y que representara a los colombianos.
“En el 87, Felipe Santos me sugiere que hiciéramos un concierto de conciertos; es decir, un concierto con el show completo de muchos artistas y esa idea a mi me sonó”, señaló Pava en entrevista con Infobae. “Iba a ser un evento que iba a marcar la historia de la radio y los espectáculos en Colombia. Nunca se había hecho algo en El Campín, conseguimos que Andrés Pastrana, que era el nuevo alcalde de Bogotá, exonerara de impuestos el concierto y que hiciéramos algo cultural con la Alcaldía”.
La propuesta del Concierto de Conciertos era realmente ambiciosa en todo sentido. Los empresarios no sólo proponían montar un escenario que nunca antes se había visto en Colombia y traer a algunos de los artistas que más sonaban en la radio por ese entonces, también querían ocupar el espacio de los fanáticos del fútbol -lo que les trajo varias críticas de los periodistas deportivos de la época-, enfrentar la imagen cargada de violencia que tenía el país en el exterior y, por si fuera poco, transmitir todo el concierto en vivo a través de la emisora.
Además de las más de 70 mil personas que vibraron con la música en vivo en El Campín, otras miles vivieron el concierto desde la comodidad de sus casas, a través de la transmisión en vivo que hizo la 88.9. “Transmitimos todo el concierto, desde Compañía Ilimitada hasta Miguel Mateos, que cantó a las seis de la mañana del día siguiente”, recordó Fernando Pava.
Los retos técnicos, de infraestructura y de país
Sobre los retos de la infraestructura y técnica para el concierto, Fernando Pava y Julio Correal, quien por ese entonces era coordinador de camerinos, reconocieron algo de improvisación en el montaje y que se defendieron con lo que contaba en ese entonces la industria del espectáculo en el país.
“Lo que había aquí eran andamios de construcción. Eso realmente no tenía mucha base, fue un poco de riesgo porque cuando saltan en la gramilla se mueve todo el estadio entonces estas estructuras de andamios, uno sobre otro, corrían el peligro de que podían desplomarse. Hay videos en los que perfectamente se ve que la tarima se movía. La tarima se montó muy rústicamente, con tablones encima, era la experiencia que se tenía en ese entonces”, reconoció Pava.
Julio Correal coincidió con el locutor y señaló que “fue toda una odisea ... no había techo tampoco, había un plástico ahí templado. Sin embargo, pues dio la talla para las consolas de ese momento y las luces también fueron muy pobres porque no había mucho, en ese entonces las luces sólo se prendían y apagaban, no como las de ahora que tienen un montón de movimientos y programaciones, todos esos ‘tarros’ estaban colgados del techo”.
Cuando el tema de la infraestructura estuvo saldado, apareció el problema del sonido. A horas del concierto no había consolas ni nada que garantizara el desarrollo del evento que ya emocionaba a miles de jóvenes. “Sufrimos mucho por el sonido, nos tocó traerlo del Ecuador y de Venezuela para que sonara aceptables, no fue para nada como hoy en día”, recordó Pava.
El Concierto de Conciertos también recibió críticas al tener artistas como José Feliciano, Timbiriche o Franco de Vita y promocionarse como un evento de rock en español. Fernando Pava señaló que, en efecto, también se inclinaron por artistas románticos “porque dentro de las conversaciones que tuvimos para decidir los artistas el criterio era que fuera un concierto familiar, que fuera el adulto y el joven”.
La experiencia de los artistas
Compañía Ilimitada y Pasaporte eran las bandas encargadas de sacar la cara por el rock nacional en ese escenario, ambas con un panorama bastante diferente. Mientras ‘Juancho’ Pulido y Camilo ‘Piyo’ Jaramillo, de la primera, llevaban ocho años de trayectoria y eran referente del rock bogotano, los integrantes de Pasaporte (Elsa Riveros, Lila Jaramillo, Roberto Uricoechea y Pablo Tedeschi) estaban de promoción con su primer disco con Sonolux.
Piyo Jaramillo de Compañía Ilimitada recuerda que con su banda se presentaban en muchos bares de la ciudad y por ese entonces tenían una de las canciones más escuchadas en la radio, se trataba de La calle. “Teníamos un historial largo, con presencia especialmente en la capital, nos invitaron y era la primera vez que sucedía que un evento de música joven se hiciera en estas dimensiones, por eso fue importante”.
El cantante señaló que haber sido convocados para un evento de esta magnitud fue una “especie de premio, por toda esta cantidad de años pateando el balón del rock en español y que la gente nos parara bolas, que la gente pudiera escuchar una banda de rock de su país que sonaba igual a las de Argentina y México era importante, eso fue algo que dos años antes era impensable”.
No sólo no se hicieron las pruebas de sonido de cada artista, sino que se utilizó el mismo equipo para todos, lo que causó un efecto dominó que retrasó las presentaciones. Cada cambio de artistas empezó a tomar más tiempo, lo que llevó a que Miguel Mateos, quien cerraba el evento, terminara saliendo a las 6:00 a. m. del 18 de septiembre al escenario, y no en la noche anterior como se tenía planeado.
“El equipo que había no aguantaba para el estadio, entonces, la noche anterior llamaron a Ecuador y consiguieron un equipo que mandaron esa misma noche y llegó a Bogotá a eso de las tres de la tarde, nosotros arrancábamos a las cinco”, recordó el cantante bogotano.
Elsa Riveros, por ese entonces voz líder de Pasaporte, recordó que “nunca hubo prueba de sonido. Lila había conseguido una cita en una peluquería en el norte para que nos peinaran, pero, aunque supuestamente llegamos a El Campín temprano para la prueba de sonido, nos tuvieron ahí esperando y nada, después nos enteramos que las consolas llegaron en esa misma tarde desde Ecuador. El punto fue que perdimos nuestra cita en la peluquería y salimos del estadio a recorrer el barrio en busca de alguna peluquería cerca, nos lavaron y peinaron el cabello al lado del Campín”.
Sobre la demora, Fernando Pava manifestó que, además de los problemas técnicos, todo empezó debido a algunos problemas con José Feliciano. “Empezó a las 8 de la noche, cuando José Feliciano que tenía como 40 minutos se demoró hora y 20 minutos, no se quería bajar y siguió tocando, así se fue corriendo el tiempo hasta que finalmente Miguel Mateos, que estaba muy enojado, tocó a las seis de la mañana”.
Riveros coincidió con Pava. “Yo recuerdo que José Feliciano tocó eternidades, creo que ahí se alargó más, porque, a pesar de los problemas de sonido, el concierto empezó cumplido ... Todo iba muy bien hasta José Feliciano, él no se quería bajar y eso generó que los que siguieron también dijeran ‘vamos entonces a cantar más tiempo’”.
La situación enojó bastante a Miguel Mateos, que, según Riveros, “estaba encendido de la rabia”. Aún así, señaló, el artista argentino “lo negativo lo volvió positivo, la emoción de los que estaban ahí fue increíble, creo que por eso él quiere igualmente tanto a Colombia”.
“Para ese momento yo era una cantante desconocida que estaba promocionando el primer disco de la banda Pasaporte, que antes se llamaba Grafiti y tenía a un vocalista masculino, pero quedé yo cuando fui a hacer un reemplazo ... fue nuestro primer concierto”, recordó Elsa Riveros, quien tras el show en El Campín fue nombrada como La primera dama del rock colombiano, en diálogo con Infobae Colombia.
La agrupación se había dado a conocer en Colombia con su canción Igor y Penélope, que estaba ocupando los primeros puestos en los listados de la radio nacional. Con tan sólo un año de conformación, la banda bogotana había logrado sonar en las emisoras con una interesante táctica: “Nos presentaban como ‘la banda chilena, la banda argentina, los mexicanos’, eso evitó que las emisoras rechazaran nuestro disco por ser artistas nacionales. Obviamente, ya después se confirmó que éramos bogotanos”.
Elsa Riveros recuerda con felicidad que cuando los llamaron para el Concierto de Conciertos no pensaron tanto en el significado de la oportunidad, las puertas que les iban a abrir o el dinero que iban a ganar. Su emoción era saber que iban a estar en el mismo lugar que Miguel Mateos, Los toreros muertos y Los prisioneros.
Bogotá, del putas Bogotá
Pasaporte fue la tercera agrupación en presentarse. Justo antes de su show las miles de personas que estaban en El Campín empezaron a cantar el Himno nacional, un hecho que demostró que uno de los objetivos se estaba logrando: los jóvenes se sentían apropiados de su música, de sus bandas, de lo que salía de Colombia.
Riveros aseguró que la energía del público fue lo que generó en ella una emoción de tal grado como para gritar sin pena alguna esta icónica frase que quedó marcada en la mente de los asistentes al evento, “Bogotá, del putas Bogotá”.
“No me preguntes de dónde viene, sentir a las personas cantar nuestras canciones generó algo en mí y me tocaba terminar y presentar a Andrés Pastrana, entonces, yo dije ‘por favor, todos démosle las gracias al alcalde que prestó este estadio para este evento y Bogotá, del putas Bogotá', eso generó una gran controversia con críticas y aplausos”.
Efectivamente, por varios meses se habló de si la frase era necesaria en el momento, pero más allá de eso se convirtió en un mensaje repetitivo en los conciertos que vinieron después en la ciudad. Los bogotanos celebraban con ella la posibilidad de ver a sus artistas favoritos en vivo y de salir un poco de la rutina en la que estaba sumergido el país por ese entonces.
Ocupar El Campín por primera vez para un concierto
“Desde que se anunció el Concierto de Conciertos fue noticia porque obviamente los locutores deportivos, los fanáticos del fútbol protestaron y sacaron titulares de que ‘se fumaron la gramilla’ y un poco de prejuicios que tenían”, recordó Pava sobre las críticas que recibió junto a los empresarios Felipe Santos, Armin Torres y Julio Correal.
En efecto, cuando se anunció que el alcalde Andrés Pastrana había aceptado llevar un concierto al templo del fútbol, periodistas como Carlos Antonio Vélez, Iván Mejía y Esteban Jaramillo pusieron el grito en el cielo. Pero este sería el precedente que demostraría que en El Campín se podían realizar conciertos, abriendo una puerta que hasta el día de hoy sigue abierta.
Julio Correal, coordinador de camerinos del Concierto de Conciertos, señaló que “por lo menos un alcalde entendió que se necesitaba un recinto para conciertos y que tenía que ser el estadio, sorry”. Al día siguiente del evento, un titular de El Tiempo aseguraba que los rockeros “se fumaron hasta la gramilla” durante el evento. No se la fumaron, pero asistentes , artistas y empresarios reconocen que la gramilla de El Campín quedó destruida.
“A una cancha mal construida súmele eventos, la verdad es que quedó destrozada, eso hay que reconocerlo. Todavía no se habían desarrollado técnicas suficientes para la protección del césped y todo lo demás, eso era desastroso comparado con lo que sucede hoy”, reconoció Correal, quien recalcó que lo más importante de ese concierto en 1988 es que “quedó claro que Bogotá necesitaba un lugar para conciertos y quedó escrito que El Campín también sería escenario de conciertos con las consecuencias del momento”.
Al respecto, Elsa Riveros señaló que “la grama al otro día era horrible, ‘se cagaron en esto’. Yo creo que hoy en día hay más medidas para cuidarla, pero igual se siguen quejando. Finalmente, el Concierto de Conciertos abrió muchas puertas y seguirá habiendo fútbol y seguirán los conciertos en El Campín”.
La década de los 80 en Colombia, lamentablemente, también estuvo marcada por la violencia. El conflicto armado y el terror que infundían los narcotraficantes eran tema del día a día del que los organizadores del Concierto de Conciertos trataron de mantenerse alejados.
El panorama político y violento
Fernando Pava señaló que cuando se empezó a planear el evento se propuso de manera unánime que “nos alejáramos de la política”, a pesar de que era claro que el recién electo alcalde Andrés Pastrana encontró en este concierto la oportunidad de simpatizar con la generación más joven, al permitirle tener un espacio de disfrute de música en vivo en este escenario.
El presidente de la emisora Superestación 88.9 señaló que mantenerse alejados de la polítca “era difícil, pero había que hacerlo porque era un fastidio, era estar pendiente de qué iba a hacer cada partido, había tanta violencia y nosotros lo que queríamos era servirle a la gente de consuelo, compartamos música que eso no es violencia, es para compartir y no importa el idioma”.
Para Julio Correal el Concierto de Conciertos: Bogotá en armonía “demostró que la violencia no estaba en las ciudades, los actores de la violencia no era la juventud, eran actores externos manchados por el narcotráfico, la corrupción, la guerrilla y bueno, una cantidad de lacras que tenía la sociedad colombiana y que pues obviamente afectaban la imagen general del país en el sentido de la inseguridad”.
Piyo Jaramillo, de Compañía Ilimitada, asegura que el concierto “era una señal de esperanza e identidad, ese mismo año fue la primera Feria del Libro y el primer Festival de Teatro, era una muestra de que la cultura estaba luchado a viento y marea contra el panorama violento del país”.
Sobre el panorama del país Elsa Riveros señaló que para el momento del Concierto de Conciertos no se sentía en Bogotá el riesgo de que algo pasara, “para este concierto no hubo temor”, pero sí reconoce que apenas el año cambió notó lo que pasaba en las zonas más alejadas.
1989, el año después del Concierto de Conciertos, fue el más violento en la historia de Colombia. Elsa recordó que tras el éxito en El Campín, Pasaporte emprendió una gira nacional con muchas presentaciones, pero su reconocimiento la hizo blanco de los terroristas. “Nosotros nos íbamos a presentar en Barrancabermeja, estando allá me dijeron que ya no y que no saliéramos del hotel, en ese momento yo estaba recién ennoviaba con el guitarrista, entonces estuve feliz”.
Al día siguiente le explicaron los motivos. “El mánager me contó, cuando ya aterrizamos de regreso en Bogotá; me dijo, ‘mandaron un comunicado diciendo que la iban a secuestrar a usted para que le mandara un mensaje al Presidente’”. Tras el final de Pasaporte, años más tarde, Elsa Riveros intentó ser solista, pero reconoce que en ese momento “no tuve lo que se requería, sentía que si no era con ellos no era con nadie”.
Se fue y se alejó de la vida pública, hizo una vida en Estados Unidos y el año pasado decidió regresar a Colombia, volver a presentarse. “Lo que he recibido es una ola de amor, la gente me recuerda, tengo hasta club de fans, yo no lo puedo creer ... el Concierto de Conciertos me dio un título y una responsabilidad que asumo con total amor, el ser la dama del rock”.
Las anécdotas, los mitos y los disturbios que recuerdan de ese día
Fernando Pava recordó que a las afueras de El Campín se presentaron algunos disturbios, por parte de los jóvenes que no tenían dinero para la entrada, pero que querían tener la oportunidad de vivir el evento. “Había mucha gente en la 30, el comandante de la Policía mandó tanquetas para echar agua, pensando que era una manifestación, pero eran los rockeros que no tenían para la boleta. La Policía se confundió un poco y empezó dispersar la multitud y eso lo que hizo fue alborotarlos”.
Por su parte, Julio Correal señaló que la anécdota que más recuerda fue el final del concierto. Él estaba encargado de los fuegos artificiales que pretendían dar un gran espectáculo de cierre en el cielo nocturno, pero el final del espectáculo, debido a los retrasos, terminó siendo al amanecer. “Teniendo en cuenta que los conciertos terminan con un show de fuegos artificiales tremendo, pues aquí también los hubo‚ pero esos los encendí con un cigarrillo. Felipe Santos me dijo como a las cinco de la mañana ‘los fuegos artificiales, huevón’ eran tan solo unos voladores y unos volcanes, pues era lo que había, con el cigarrillo los prendí”.
La primera dama del rock colombiano tiene otra historia que se convirtió en mito urbano. “Contratamos una avioneta y mandamos a hacer no sé si mil o cinco mil pasaportes en los que estaban algunas fotos y las letras de nuestras canciones, para que las personas pudieran cantar con nosotros. Fue emocionante ver caer los pasaportes con pequeños paracaídas sobre el estadio, todavía hoy hay personas que me dicen que tienen el pasaporte”.
Las emociones del público
Fueron más de 70.000 personas las que se tomaron El Campín y disfrutaron de horas de música en vivo, hasta el amanecer del día siguiente. Entre ellos se revela otro importante significado del Concierto de Conciertos, además de los mencionados anteriormente, y es que este evento alentó a muchos adolescentes a cumplir el sueño de tener una banda de rock o simplemente iniciar su carrera en la música.
Unos de esos fueron Andrea Echeverry y Héctor Buitrago -hoy conocidos por integrar Aterciopelados-, así como César López, Gustavo Gordillo y Juan Gabriel Turbay -integrantes de Poligamia-. Ellos y Andrés Cepeda, quien fue uno de los otros miles que vivieron el evento a través de la radio desde su casa, reconocieron a Infobae Colombia que fue tal vez este concierto el que plantó esa ‘semillita’ de hacer música de manera profesional en sus cabezas.
Andrea Echeverry y Héctor Buitrago para ese entonces no se conocían, pero ambos hicieron presencia en El Campín. La cantante bogotana más por su admiración a Miguel Mateos y la curiosidad de ver a su compañera de clase, Elsa Riveros, sobre el escenario. “Recuerdo especialmente a Pasaporte porque Elsa era compañera mía, las dos estudiamos arte”.
La artista también señaló que en medio de los largos cambios entre artistas y la espera que se fue alargando hasta el día siguiente, se quedó dormida en la gramilla, hasta que despertó para ver a su querido Miguel Mateos. “También recuerdo que ir al baño era un camello, por la organización en general era difícil, era la primera vez que se hacía algo así, si había un enredo para hacer el paso de un artista al otro, la ida al baño era otro enredo”.
Héctor Buitrago señaló que asistió al concierto más motivado por la cantidad de personas que venían, “es que media Bogotá estaba ahí”. Sin embargo, en ese momento él estaba más interesado en géneros musicales más pesados. “Era muy joven, estaba cerca de formar La Pestilencia, me gustaban Los toreros muertos, pero no estaba muy motivado. Al final vine y fue tremenda experiencia”.
La historia con los integrantes de Poligamia cambia un poco. Gustavo Gordillo, Juan Gabriel Turbay y Andrés Cepeda se conocían, porque estaban en el mismo colegio, pero en 1988 todavía no tenían ninguna intención de conformar un grupo.
“Nos inspiró precisamente a hacer nuestra propia banda, estábamos en el mismo colegio Gustavo, Juan y yo, que empezamos el grupo y luego llegaron César (López) y Freddy (Camelo). Definitivamente este evento fue fundamental para que todos iniciáramos con la banda, hiciéramos nuestra primera grabación y diéramos nuestros primeros pasos en la música. Creo que eso lo pueden decir muchos músicos bogotanos”, señaló Andrés Cepeda a Infobae Colombia.
El artista bogotano sintió ese empuje de hacer música a través de la radio, mucho más lo sintieron aquellos a los que sus padres sí les habían dado permiso de ir, César López y Juan Gabriel Turbay, o los que como Gustavo Gordillo, “no me dieron permiso, pero me volé y estuve en El Campín”.
Para Turbay hubo dos momentos que no se le borran de la mente. “Cuando Los prisioneros estaban cantando ¿Por qué no se van? y se formó un coro tremendo de ‘por qué no se van del Campín’ ... y, obviamente, la frase que se convertiría en el eslogan del Concierto de Conciertos y de Bogotá básicamente, el ‘Bogotá, del putas Bogotá’ , una frase muy poderosa que surgió de la espontaneidad de Elsa Riveros de Pasaporte”.
Para César López, esperar la llegada de Miguel Mateos al escenario al día siguiente fue algo inolvidable. “Para nosotros él siempre ha sido un referente musical ... él abre el concierto con una canción que después nosotros en Poligamia logramos versionar que era la de No me dejes caer y entonces él sale y dice ‘¿Qué es lo que quieren carajo?’ y eso nos emocionó a todos”.
Añadió que también fue importante tener la oportunidad de “conocer artistas que no habíamos escuchado y ver a las dos bandas colombianas que durante esos años fueron las que nos marcaban el camino a los que íbamos detrás. Fue algo muy emocionante y fundacional en el rock en español colombiano”.
Julio Correal planteó que tras estas experiencias ”Bogotá se volvió un referente en ese momento, después de eso empezaron a llegar una cantidad de artistas internacionales que antes no llegaban a Colombia y los patrocinadores también empezaron a emerger e interesarse en promover eventos, eso fue muy positivo”.
El regreso del Concierto de Conciertos: varios artistas repiten
Este 28 de julio en el estadio El Campín se celebrarán los 35 años del Concierto de Conciertos con una nueva edición del evento. Detrás de este ya no están los mismos empresarios, ahora son Ricardo Leyva y Juan Velásquez los que pretenden recordar el gran evento de rock en español que cambió al país.
En este evento repetirán, luego de más de tres décadas artistas como Miguel Mateos, Compañía Ilimitada y Los toreros muertos. A ellos se unen nuevos artistas como Poligamia, Yordano, La Unión de Rafa Sanchez, Ekhymosis, Duncan Dhu, La Mosca, Amistades Peligrosas, El Cuarto Soda con un gran homenaje a Soda Stereo.
Piyo Jaramillo de Compañía Ilimitada señaló que “es muy importante y significativo. Este concierto es fundamentalmente para los que no pudieron ir hace 35 años, es un tema de reencontrarse con su historia y traerla al presente, muchos ya tienen hijos grandes y los pueden llevar ... ya hemos pasado por tantas cosas como banda que vamos a tener la oportunidad de disfrutarlo más porque somos grandes, ya uno es más consciente de lo que está haciendo, en ese momento la emoción no lo dejaba ni respirar”.
Agregó que en el evento la banda bogotana sorprenderá con la canción Del 88, su nueva canción “que es la reconstrucción de la historia de ese momento, es la radiografía de quienes crecieron en esa época, de cómo era oír el rock en español, crecer con Plaza Sésamo y MTV”.
Los que ahora son artistas, pero hace 35 años fueron público, como el caso de Héctor Buitrago de Aterciopelados, señalan que “cuando nos dijeron, ambos quisimos participar porque como los dos vinimos sabemos lo que significó para Bogotá y para nosotros ... Fue titánico, creo que para ese momento, en una ciudad como Bogotá fue un esfuerzo grandísimo traer a todos esos artistas y tener toda esa producción”.
Elsa Riveros se reconoce orgullosa de que sea Andrea Echeverry la que ocupa la representación del género femenino en esta nueva versión del Concierto de Conciertos. “Será muy emotivo si Miguel Mateos vuelve a cerrar el concierto, pero no sé si él querrá otra cosa para reponer la cagada del 88″. Sin embargo, señaló que le afectó no haber sido considerada como parte del cartel.
“No sabes cuánto me duele no haber estado invitada al Concierto de Conciertos, fueron días muy duros cuando me di cuenta que ya esos eran todos los artistas. Es que cuando se dé la celebración de los próximos 35 años yo ya no voy a estar, era esta, de pronto en los 40 si estoy viva, si quiero cantar y si me invitan”, confesó a Infobae Colombia.
Sin embargo, habría una pequeña oportunidad para la primera dama del rock colombiano, quien también es recordada por interpretar junto a Poligamia la canción Desvanecer. Precisamente, Andrés Cepeda reveló a este medio que “sería una falta gravísima no subirnos al escenario con nuestra querida Elsa Riveros, que sigue cantado como una diosa y que sigue teniendo esa misma energía con la que levantó los ánimos del estadio hace 35 años, si se alinean los planetas estaremos cantando con ella”.
Riveros señaló que si los artistas de Poligamia la invitan a cantar con ellos “iría, porque yo amo a esos muchachos, soy muy amiga de ellos ... Estar allá puede que me dé muy duro, cantando la balada más importante del rock colombiano”.