La designación de Alexander Farfán, más conocido con el alias de Gafas, como gestor de paz en la mesa de diálogos que lleva a cabo el Gobierno nacional con las disidencias de las Farc, generó controversia. En especial, entre quienes fueron víctimas de su accionar, cuando hizo parte de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
El subversivo, que es recordado por ser uno de los carceleros de la excandidata presidencial Ingrid Betancourt, los tres contratistas norteamericanos y un total de 11 militares y policías, y que cayó engañado en la Operación Jaque, junto a su cómplice, alias César, fue escogido por el presidente de la República, Gustavo Petro, para hacer parte de este proceso: como integrante del Estado Mayor Central (EMC) de las tropas de Iván Mordisco.
Como era de esperarse, el nombramiento generó indignación entre quienes fueron sus rehenes. Al duro pronunciamiento de Betancourt, que cuestionó en entrevista con Caracol Radio este anuncio, se sumó el del contratista Marc Gonsalves, que desde su perfil de Twitter arremetió no solo contra esta decisión, sino con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) que según él tuvo que ver en este caso.
“La JEP es un desastre. Otra vez liberaron a un asesino que volvió a delinquir. Gafas es un terrorista de los peores. Demasiado cruel y demente, un sanguinario. Eso yo lo viví con mis propios ojos”, expresó Gonsalves en su perfil, @marc_gonsalves.
Y se preguntó, tras esta decisión, que se le endilgue al exguerillero y disidente la responsabilidad de hacer parte de un proceso que busca poner fin al conflicto del Estado con las estructuras armadas residuales. “¿Cómo puede ser un tipo así un vocero para la paz?”, afirmó el ciudadano norteamericano.
Cabe destacar que Farfán se encuentra recluido en la cárcel La Picota de Bogotá desde diciembre de 2022, por haber cometido delitos luego de la firma del acuerdo de paz entre el Estado y las Farc.
Y es que aunque había recuperado su libertad en 2017, fue capturado, por los delitos de fabricación, tráfico y porte de armas y municiones de uso privativo de las Fuerzas Armadas, además de fabricación, tráfico y porte de armas de fuego o municiones.
El secuestro de Gonsalves y los otros contratistas
Marc Gonsalves era contratista de la firma estadounidense California Microwave Systems, del Northrop Grumman, cuando fue secuestrado el 13 de febrero de 2003 junto a Keith Stansell y Thomas Howes, luego de que la aeronave en la que se desplazaban fue derribada por miembros de la columna móvil Teófilo Forero de las Farc, en un hecho que se produjo en las selvas del Guaviare.
Los tres hacían parte del programa de cooperación antidrogas y cumplían funciones específicas en la implementación del llamado Plan Colombia. Gonsalves era procesador de imágenes, mientras que Stansell oficiaba como analista de sistemas y Howes era quien manejaba la avioneta; en un hecho en el que murió el norteamericano Tom Janis y el colombiano Luis Cruz.
Solo hasta el 9 de octubre de 2003, casi ocho meses después de su secuestro, se conocieron las primeras pruebas de supervivencia de estos hombres, quienes luego compartieron sitio de cautiverio con Betancourt; el exgobernador de Nariño Luis Eladio Pérez, la política Clara Rojas y el policía John Frank Pinchao; este último libre tras fugarse del campamento de la guerrilla.
Duró en cautiverio cinco años, hasta que el 2 de julio de 2008, miembros de las Fuerzas Militares que se hicieron pasar por integrantes de una misión humanitaria, y que incluso engañaron a los captores fingiendo la voz del comandante guerrillero Jorge Briceño Suárez, alias El Mono Jojoy, lograron su objetivo: rescatar a los secuestrados en una de las operaciones de inteligencia más recordadas en la historia de Colombia.