La novela Yo soy Betty, la fea se convirtió en uno de los estandartes de la televisión colombiana, pues sus personajes fueros íconos de la cultura nacional e, incluso, la telenovela fue reconocida como una de las más exitosas a nivel mundial. Tanta era la importancia de esta producción, que incluso un presidente de la República habría interferido para cambiar el guion original, argumentando el poder de influencia que tenía Beatriz Pinzón Solano en el país.
La actriz Natalia Ramírez, quien interpretó a Marcela Valencia en la novela, habló sobre una de las anécdotas más recordadas por el elenco de Yo soy Betty, la fea. Según la artista, todo se dio en medio de una importante coyuntura que vivía el país y la misma telenovela, en donde la empresa Ecomoda estaba en riesgo de recibir un soborno.
En su canal de YouTube, Natalia Ramírez narró:
“Colombia estaba pasando por un momento complicado de política, de corrupción, pero digamos que estaba pasando por un momento difícil. El presidente de la república era Andrés Pastrana, y en ese tiempo se estaba haciendo una negociación muy importante en Ecomoda con una compañía que se llamaba Ragtela, en esa compañía para que el negocio se pudiera dar, aplicaba la parte de los sobornos o pagos por debajo de la mesa”.
Sobre el tema del soborno a Ecomoda, la actriz explicó que esto se hacía con el propósito de que un contrato entre Ragtela y la empresa de Betty, se lograra finiquitar. “Todo se hacía sobre comisiones para que se tomen decisiones y que las juntas directivas terminen escogiendo a un proveedor en vez de otros proveedores, y de esa manera, poder adquirir el contrato del negocio”, añadió Ramírez.
Aunque Betty siempre demostró ser una persona correcta en la novela, el guion que escribió Fernando Gaitán inicialmente, comprometía al personaje a recibir el soborno con el fin de aceptar el proyecto con Ragtela. El ingreso de dicha suma de dinero le permitió a Betty soñar con un mundo ideal, alejado de las limitaciones y viviendo en plenitud de la riqueza.
Natalia Ramírez aseguró: “Fernando Gaitán había escrito que los de Ragtela habían propuesto un soborno por debajo de la mesa a Betty, para que luego la junta directiva escogiera esa compañía y eso se grabó; Betty aceptaba el soborno, porque además empezaba a soñar que iba a hacer con ese dinero”.
El impacto de dicha producción no limitaba que cada detalle se mantuviera en secreto, situación que habría llevado al expresidente Andrés Pastrana a comunicarse con Fernando Gaitán e informarle que se había enterado de algunas escenas que consideraba que no eran apropiadas, como en el caso del soborno.
“Oh sorpresa, Fernando recibe una llamada de Andrés Pastrana diciéndole que necesitaba que Betty no fuera a aceptar el soborno, que él ya había visto el capítulo en donde se enteraba de la posibilidad de que Betty aceptara el soborno”.
El argumento del entonces mandatario tenía que ver con la imagen que estaba teniendo Colombia en ese momento y la misma influencia que tenía el papel de Betty para la cultura nacional, que por el momento fungía como la heroína o ejemplo a seguir de muchas mujeres, teniendo en cuenta que sentarse frente al televisión en familia se estaba convirtiendo en una tradición.
“Según Pastrana, para la imagen de Colombia era importante que una heroína como se denominaba a Betty en ese momento fuera a aceptar un soborno, que no era un buen ejemplo ni para el país, ni para la ciudadanía, ni para los niños y tampoco para toda la gente que estaba viendo la novela en ese momento”, explicó Ramírez.
“Me imagino que la labia tuvo que ser muy grande para que Fernando cambiara su historia”.
Ante la compleja situación a la que se habría visto sometido el director Fernando Gaitán, el guion tuvo modificaciones y finalmente se regrabaron las escenas, en donde Betty cambió su parecer y prefirió contarle a Armando Mendoza las anomalías que estaba presenciando.
La intérprete de Marcela Valencia dijo: “Terminamos regrabando las escenas para que Betty más bien lo que hiciera, sería contarle Armando Mendoza que le habían hecho la propuesta de un soborno y que sale la gente con la que se estaban haciendo las negociaciones y que llenó de aceptado”.