El municipio de Manaure, en el departamento de La Guajira, se ha convertido en una región conocida como ‘triángulo de la muerte’ por la triste realidad en su ambiente. Allí una gran cantidad de niños menores de cinco años han muerto por el hambre que se vive en la zona.
Las familias wayús enfrentan con el paso de los días una lucha para obtener alimentos y a su vez hacerle frente a la dureza del desierto. Las madres indígenas caminan trayectos extensos -más de una hora- bajo un sol de 35° y en muchos casos descalzas para encontrar comida para sus hogares.
Y en vista de que el alimento es escaso muchos se ven en la necesidad de recurrir a una de las bebidas más dulces y tradicionales: la chicha, producto que se convierte en el último recurso para hacerle frente al hambre y calmar el llanto de los más pequeños. En estas comunidades usualmente solo se tiene acceso a una comida, y en muchos casos ni alcanza para el desayuno.
Muchas son las dificultades a las que se enfrentan los niños en el departamento, porque la comida que llega a la región es destinada a las instituciones educativas donde operan como internados, pero por la lejanía de estos colegios y las temperaturas, muchos menores no tienen acceso ni siquiera al desayuno escolar.
Los alimentos básicos de la canasta familiar, como huevos, plátanos o arroz, son un privilegio poco común en las comunidades wayús, por lo que urge la atención de esta población para hacerle frente al panorama.
Estado de emergencia para hacerle frente al hambre en la región
Con la dura realidad que enfrentan los niños y tras una visita del Presidente al territorio se hizo un anuncio que podría ser el inicio para mejorar la calidad de vida de los menores en La Guajira.
La creación de un instituto de aguas de La Guajira para garantizar el uso adecuado del recurso, la recuperación de mil pozos y la construcción de un tubo que transporte el agua potable del embalse del río Ranchería hasta el norte del departamento son algunas de las estrategias que se desarrollaría en la región con la declaratoria de la Emergencia Económica, Social y Ecológica decretada por Gustavo Petro.
“Es absolutamente pertinente decretar la emergencia económica y social, porque se avecina una calamidad pública, porque todas las probabilidades de los modelos climáticos nos están anunciando (...) la cercanía de una sequía que antes nunca se había visto en La Guajira, que agrava el fenómeno de El Niño y la crisis climática”, concluyó Petro desde Riohacha.
En el punto dos del acuerdo se habla de la necesidad de disponer recursos para priorizar la estructuración e implementación de agua y saneamiento básico en el departamento.
Para ello, la nación usará la Ley 142 de 1994 que permite la prestación eficiente de los servicios públicos de agua y saneamiento básico durante el tiempo que dure la emergencia o hasta que las entidades asuman una prestación eficiente del servicio.
Creación de las Ollas Comunitarias
En esta línea, el viernes 21 de julio la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo lanzó el programa Ollas Comunitarias, que pretende mitigar la desnutrición y promover la economía popular en el departamento de La Guajira.
La comunidad wayumatamana de Manaure fue el lugar escogido para iniciar con la estrategia, para mejorar la calidad de vida de los indígenas con una alimentación balanceada. La propuesta liderada por el Gobierno nacional pretende crear huertas wayuu para que la comunidad cultive la tierra y genere autosostenibilidad en los territorios rurales y rurales dispersos del departamento.
Javier Rojas, líder wayuu, señaló “que las ollas comunitarias están dirigidas para 100 personas de cada comunidad, sean niños, adolescentes, mujeres gestantes, madres lactantes y adultos mayores. Ellos son los más vulnerables”. Añadió: “Hoy en día los menores de edad no tienen los ojos amarillos con la mirada de hambre, los niños tienen otro rostro, han cambiado”.
Ahora la comunidad en la región y el país está a la espera de que la declaratoria y medidas se ponga en marcha y den resultados reales para hacerle frente a un dilema que ha cobrado la vida de varios niños y afectado a muchas familias en el territorio.