El nuevo encargado de la cartera de Minas y Energía será Omar Andrés Camacho, que llegará en reemplazo de Irene Vélez.
Se trata de un ingeniero eléctrico con maestría en Energías Renovables de la Universidad de Monterrey y que ya se venía desempeñando como asesor del Ministerio. Además, estaba designado para ocupar la presidencia de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH).
Su hoja de vida está publicada en la página web de la Presidencia de la República, lo que indica que su nombramiento se haría oficial muy pronto. Allí se puede leer que fue miembro de la Unidad de Trabajo Legislativo (UTL) de la senadora María José Pizarro y también se desempeñó como profesor de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
En su perfil, consignado en Congreso Visible, se evidencia que fue secretario general de la Federación de Estudiantes Universitarios de Colombia, FEU, además de dirigente de Marcha Patriótica y candidato a la Cámara de Representantes en Bogotá por el Partido Comunes.
La salida de Irene Vélez
Filósofa, con un doctorado en geografía y geología de la Universidad Nacional, la saliente ministra de Minas y Energía, Irene Vélez Torres, a sus 40 años, fue designada por el presidente de la República, Gustavo Petro, como una funcionaria clave para liderar la transición energética en Colombia durante el cuatrienio de su Gobierno (2022-2026), enfocado a convertir al país en “Potencia mundial de la vida.”
Una transición que había empezado a gestarse desde el Gobierno de Iván Duque Márquez y que pretende continuar el actual mandatario, quien se ha mostrado preocupado por el cambio climático y ha adjudicado al uso de energías no renovables el impacto de fenómenos como el de El Niño.
Aunque su objetivo primario era reducir la dependencia del país en la economía extractivista y, a su turno, promover el uso de energías limpias que reemplacen en un futuro no muy lejano al petróleo y sus derivados, su gestión se caracterizó por múltiples escándalos tanto en su ejercicio profesional como personal, que finalmente la llevaron a renunciar luego de 341 días en el cargo.
Una decisión que, según se pudo saber, le pidió que tomara el mandatario antes del 20 de julio de 2023, y que terminó haciéndose efectiva, tras la tormenta mediática que desataron hechos ajenos a su gestión como, por ejemplo, el que involucró a su esposo: el ciudadano neerlandés Sjoerd Van Grootheest, beneficiado por un millonario contrato con el Estado: el Fondo Colombia Paz, por el orden de los 128 millones de pesos, para servicios audiovisuales. O el que la señala de haber utilizado su influencia como ministra para pedirle a un funcionario de Migración Colombia que facilitara la salida del país de su hijo menor de edad sin la documentación necesario debe en enero de 2023.
“Han buscado desmoralizarnos y deslegitimarnos para evitar que cambiemos las estructuras de poder dominante y rompamos los círculos excluyentes de acumulación que nos han sumido en la pobreza y la violencia”, señaló en la carta con la que oficializó su salida del Ministerio.
Los choques de Irene Vélez por su paso por el Ministerio de Minas
Desde el principio de su mandato en el Ministerio de Minas, Irene Vélez enfrentó dificultades internas que minaron su estancia en la cartera.
La primera de ellas se debió, principalmente, a la falta de experiencia en un sector que se caracteriza por su tecnicidad, la cual se hizo evidente cuando redujo, según denuncias, los estándares para contratar personal en el Ministerio, por lo que se rodeó de personas inexpertas y prescindió de otras con conocimientos en la materia.
Y es que históricamente esta dependencia había sido dirigida por personas con una amplia experiencia en la industria, por lo que este viraje causó controversia. Y la llevó a ganarse acérrimas opositoras, como la exviceministra de Energía, Belizza Ruiz, quien salió a menos de cuatro meses de haber tomado posesión de su cargo; por contradecir la visión de Vélez en temas cruciales como nombramientos y reportes del sector.
“Había situaciones que yo no comparto, que no voy a aceptar y mucho menos a pasar por encima de mi moral como profesional o los principios que establezco para mi vida. Aunque suene un poco fuerte, yo sentía que eran prácticas que venían de mi jefe inmediata, que era la ministra. Yo hablé con ella y le reporté directamente que no estaba de acuerdo”, dijo en su momento a la revista Cambio.
A las controversias se sumó el nombramiento de Álvaro Prado como presidente de la Agencia Nacional de Minería (ANM), reconocido como un férreo crítico a la actividad minera, lo que causó controversia y dudas sobre su capacidad para liderar la entidad encargada de avalar los permisos de extracción en el territorio nacional.
Asimismo, el nombramiento de Julio Fierro como director del Servicio Geológico Colombiano (SGC) generó otro escándalo. Poco después de asumir el cargo, el funcionario protagonizó una conversación polémica en la que defendió una postura ideológica en contra de los intereses empresariales, lo que aumentó la percepción de que Vélez estaba promoviendo una agenda con tintes ideológicos.
“A este Gobierno lo eligieron para un cambio, lo eligieron las comunidades afectadas por el extractivismo, lo eligieron las comunidades marginadas, lo eligieron fundamentalmente los afectados. Así que nosotros no vamos a seguir trabajando en función de lo que las empresas quieran y lo ratifico aquí”, se le escuchó a Ferro en declaraciones que replicó el diario El País de Cali.
Y, como si fuera poco, también causó polémica que le pidiera la renuncia a Clara Guatame, expresidenta de la Agencia Nacional de Hidrocarburos. Justo después de que un informe de su dependencia indicara la percepción de autosuficiencia del Gobierno en la exploración de petróleo y gas.