La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) hizo la entrega digna del cuerpo de Leonardo Flórez Tapasco en Riosucio (Caldas), quien desapareció en 2003; fue asesinado y enterrado como una persona sin identificar en una fosa individual del cementerio El Carmen, en Riosucio.
El pueblo indígena Emberá Chamí recibió los restos del joven con una armonización liderada por el médico ancestral Aníbal Largo. La guardia indígena y autoridades de los resguardos de San Lorenzo, Cañamomo y Lomaprieta estuvieron presentes en la ceremonia.
“La búsqueda de Leonardo Flórez Tapasco finalizó. Hoy la JEP lo entrega a ustedes, su familia, esperando que en algo se pueda mitigar el dolor de su desaparición, así como dar paso a una vida llena de derechos, unidad familiar y unidad con su comunidad”, explicó la magistrada Reinere Jaramillo, de la Sección de Ausencia de Reconocimiento de Verdad en la entrega digna.
La entrega digna de Leonardo Flórez es la primera que hace la JEP a un pueblo indígena en Colombia, llevada a cabo con enfoque étnico y territorial.
Su familia duró dos décadas buscándolo, pero su madre, Esperanza Tapasco, no pudo recibir la noticia del hallazgo del cuerpo de su hijo. Falleció en 2021 por complicaciones en su salud relacionadas con el covid-19. Sin embargo, sus hijas continuaron con la tarea de encontrar a su hermano, quien fue sepultado dignamente en el cementerio San Sebastián, de Riosucio.
Dicho camposanto está ubicado cerca al cementerio El Carmen, donde el joven indígena estuvo enterrado por 20 años como “NN” y donde ahora reposa el cuerpo de su madre.
“Mi mamá, una semana antes de fallecer, me entregó unas carpetas sobre la mano, que eran las carpetas y los documentos de todo el proceso que había adelantado con mi hermano. (...) Me dijo: ‘Luisa, sigan ustedes con esto, que yo ya no puedo más’. (...) Mi mamá falleció y yo sí me sentía como en el deber, el mío y de mi familia, de continuar con lo que ella había dejado”, relató Luisa Flórez Tapasco para la JEP.
Leonardo Flórez desapareció cuando salió hacia la vereda Bonafont a trabajar, en marzo de 2003. Una semana después, un vecino de la familia les aseguró que había visto el cuerpo del joven indígena en la morgue del pueblo. Aunque solicitaron a las autoridades municipales y judiciales que entregaran el cuerpo de su ser querido, solo obtuvieron respuesta una década después.
Un sepulturero del cementerio El Carmen tuvo acceso a las actas de defunción de las personas que reposan en el camposanto como “NN” y, por medio de una fotografía, la familia del joven pudo confirmar que había sido asesinado.
Su madre pidió que se hiciera la exhumación del cuerpo de su hijo. Sin embargo, solo hasta marzo de 2020 Medicina Legal adelantó ese proceso y tomó muestras biológicas para analizarlas. En junio de 2021 se confirmó que se trataba de Leonardo y en 2023 fue posible hacer la entrega digna a su familia.
“Fueron 20 años en los que nosotros estuvimos esperando para poder hacer esto, para poder tener los restos de mi hermano en un cofre, poder hacer cristiana sepultura. (...) Hoy es 18 de julio, y hoy se están cumpliendo dos años del fallecimiento de mi mamá”, expresó Luisa Tapasco para la JEP.
De acuerdo con la Jurisdicción, aproximadamente 200 personas reportadas como desaparecidas podrían estar sepultadas en los resguardos de San Lorenzo y Cañamomo y Lomaprieta.
“La entrega del cuerpo del joven de 18 años es la primera que se da en el marco de las medidas cautelares ordenadas por la Sección de Ausencia de Reconocimiento de Verdad para proteger 15 áreas de interés forense, ubicadas en los territorios ancestrales del pueblo Emberá Chamí, en Caldas, y en los cementerios El Carmen, San Nicolás y Supía, lugares donde se podrían hallar víctimas de desaparición forzada por el conflicto armado”, señaló la JEP.