Cómo una de las mujeres más poderosas de Colombia ayuda a niñas vulnerables a llegar a la Nasa: “Debemos crear ideas para generar cambio en el mundo, pero hacerlas realidad”

Nadia Sánchez es la presidenta de She Is Foundation, organización de empoderamiento femenino

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Imagen: cortesía
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“Las mujeres siguen sin poder disfrutar los beneficios de aportar su talento y sin lograr mejores condiciones para hacer realidad su enorme potencial”, se afirma en el informe de Mujeres y hombres: brechas de género en Colombia de 2020.

A pesar de que en Colombia existen leyes que buscan promover la igualdad de género, como la Ley 1257 de 2008, que establece medidas para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, la desigualdad en áreas, como educación, empleo y representación política son considerables en el país.

Nadia Sánchez, presidenta ejecutiva de She Is Foundation, es una mujer que se arriesgó a realizar un proyecto de empoderamiento femenino en el que mujeres y niñas en estado de vulnerabilidad, de Colombia y otros países de Latinoamérica, tuvieran espacios de capacitación para generar emprendimiento y educación en ciencia y tecnología.

Actualmente, es considerada una de las 100 mujeres más poderosas de Colombia, y con sus cuatro líneas de acción sigue aportando para cumplir uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el ODS 5, sobre igualdad de género y empoderamiento de mujeres y niñas en el mundo.

Sánchez nos abre las puertas de su fundación y, con ese carisma y sencillez que la caracterizan, comparte más sobre la construcción y desarrollo de este proyecto. También, explica por qué las ideas sociales pueden ser constructoras de paz y reconoce la labor de todas las mujeres porque “Todas somos poderosas”.

Nadia Sánchez presidenta de She
Nadia Sánchez presidenta de She Is Foundation

— ¿De dónde surgió la iniciativa de fundar She Is para el empoderamiento femenino?

— Cuando creé la fundación trabajaba en el BID (Banco Interamericano de Desarrollo), en Washington, y expuse este programa como un proyecto social, pero fue rechazado. Sin embargo, decidí presentarlo, siendo solo una idea de negocio, a la Casa Blanca, al programa de emprendedores emergentes del presidente Barack Obama y conté con la fortuna de ganar el premio como una de las 10 mejores emprendedoras emergentes.

Viajé a Kenia, a la cumbre mundial de emprendimiento, donde presenté a She Is siendo solo un prototipo, con una línea de acción llamada She Is Esmeralda, en la que esperábamos generar un proceso económico para mujeres en extrema vulnerabilidad, con herramientas para que emprendan o se empleen y puedan salir de círculos de pobreza y violencia. Después de esto, decidí renunciar y me devolví a Colombia en diciembre de 2015. En enero de 2016 ya estaba fundando la organización.

— ¿Qué desafíos han tenido que enfrentar?

— ¿Desafíos?, muchos, pero ha sido un tema de resiliencia. Yo he estado en medio de un paro nacional armado, me han tirado una granada a los pies, he salido del territorio por seguridad, hemos tenido que enfrentarnos a diferentes grupos de acción para poder trabajar, pero el simple hecho de poder impactar a cientos de mujeres y niñas ha sido importante para forjar un camino y cambiar la perspectiva de lo que en realidad hace una fundación.

Al inicio nadie en Colombia nos ponía atención, nos reconocían más afuera que acá. Nos ganamos fondos internacionales. El Banco Mundial, al segundo año de operación, nos reconoció como uno de los modelos de mayor impacto y empoderamiento económico, y fuimos parte del libro ‘Ideas for action’, con los 10 modelos alrededor del mundo que impactan la vida. Solo hasta el año 2019, que trajimos a América Latina el primer foro de equidad de género, logramos que empresas, cooperación internacional, líderes y voceros de todo el mundo conocieran a She Is y difundieron lo que hacíamos, lo que nos permitió trabajar en más territorios con más líneas de acción.

— ¿Cuáles son esas líneas de acción?

— Son cuatro líneas de acción que han ido creciendo. La primera fue She Is Esmeralda, con cuatro centros de empoderamiento en Colombia (Arauquita, Orito Putumayo, Santiago Putumayo y El Espinal), donde se acogen a las mujeres y se capacitan en finanzas, construcción de paz, textiles, entre otras actividades. Después, She Is Gaviotas de Paz, está enfocada a formar en la construcción de paz, derechos humanos y resiliencia a las mujeres en territorios muy afectados por el conflicto armado.

De igual forma, está She Is Astronauta, con un enfoque de educación en las ciencias, con la apuesta de empoderar, motivar e inspirar a niñas en extrema vulnerabilidad a ser agentes de cambio en sus comunidades con la experiencia de viajar a la NASA, y finalmente, la cuarta línea de acción es el Global Forum donde unimos todo el esfuerzo y ecosistema de la fundación, con más de 40 países y líderes de todo el mundo, para el surgimiento de redes de apoyo en emprendimiento para las mujeres.

Nadia Sánchez en el foro
Nadia Sánchez en el foro de las 100 mujeres más poderosas de Colombia

— ¿Cómo fue el desarrollo de She Is Astronauta para que tuviera tal alcance?

— En el año 2019 se creó la línea de She Is Astronauta con el fin de beneficiar a niñas con una brecha gigante de desigualdad en acceso a educación STEM (ciencia, tecnología, matemáticas y artes). Dentro de esta apuesta, logramos el primer convenio histórico de una ONG con el Space Center de la NASA para crear un programa de línea social que beneficiaría a niñas en extrema vulnerabilidad.

A través de una metodología que utiliza la agencia con los astronautas, ellas pueden adquirir habilidades, no solo inspiracionales, sino también en áreas como robótica y programación. Además, con la fundación decidimos implementar información para la prevención del embarazo adolescente, ciberbullying, liderazgo, innovación y emprendimiento para que ellas pudieran replicarlo en sus comunidades.

Desafortunadamente, en el 2020 llegó la pandemia y ahí tuvimos que reestructurar el programa por más de 8 meses a la virtualidad. Solo hasta mediados de 2021 se hizo la primera misión en Colombia con 300 niñas beneficiarias, de manera virtual, 142 de manera presencial y 16 becas universitarias; ya en el 2022 ampliamos a cuatro países más, tuvimos un crecimiento exponencial de un año a otro, y este año estamos en seis países: Perú, Ecuador, República Dominicana, Costa Rica y Panamá.

— ¿Cómo ha sido el recibimiento de la fundación en los departamentos que ya han trabajado y el aporte en la memoria histórica del país?

— Acá en Colombia trabajar en las zonas de alto conflicto armado nos ha hecho mucho más empáticos a la realidad, más aterrizados en lo que queremos hacer, entender las dinámicas de un conflicto, entender el contexto de dónde estamos trabajando y saber qué podemos dar y qué no podemos negociar. Hemos llegado a 31 departamentos de Colombia, donde el abandono del Estado es gigante, y llegar con la apuesta de un programa de estos vuelve a generar esperanza. Vemos el cambio en las familias.

— ¿Cómo se ha dado la inmersión en los otros países de Latinoamérica?

— Al llegar a otros países lo primero que hay que entender es que se debe estar en constante adaptación intercultural. Negociar en otros países no es lo mismo que en Colombia. Se deben entenderse las dinámicas y el contexto. Por supuesto, hay algo que tenemos en común los países de América Latina, la extrema pobreza y falta de oportunidades, por lo que hemos llegado a cada rincón de cada país, conociendo historias de vida impresionantes, que nos ha permitido descubrir y saber que estoy impactando no solo la vida de una niña sino de un entorno, una región.

Cada niña que sale se vuelve ícono, y más niñas quieren seguirlas. Entonces lo que hacemos es crear nuevos referentes más cercanos para que más niñas vean que sí pueden lograrse los sueños y sus condiciones sociales no definen su futuro.

— ¿Cómo la fundación día tras día busca alcanzar el ODS número 5 sobre igualdad de género?

— Estamos trabajando de la mano con ONU Mujeres para lograr que la brecha de desigualdad sea de menos años. Estamos apostando muy fuerte a la educación STEM, pues un gran porcentaje de las mujeres no tienen acceso a la educación o empleos que se necesitan en el futuro (tecnología).

Tenemos una apuesta grande, pero desde la fundación logramos que ellas salgan de círculos de pobreza y puedan por lo menos ingresar a una formalidad laboral. Siempre que nos preguntan por las mujeres que nos inspiran decimos las mismas porque no tenemos más roles que se visibilicen. Entonces, tratamos de crear estos espacios para que existan más personas de inspiración y eso va aportando a la disminución de la brecha.

— ¿Cómo podría colaborar la fundación para alcanzar los objetivos que se ha propuesto el actual gobierno colombiano?

— Al ser una fundación, somos una organización apolítica, es decir, que no tomamos partido político de ningún bando. Independientemente del gobierno estamos a la expectativa de sumar y abonar esfuerzos. Lo importante es caminar hacia el mismo horizonte.

Con la vicepresidenta, Francia Márquez, hemos tenido varios diálogos sobre la importancia de apoyar las minorías étnicas, pero no abandonar las otras mayorías, algo que ya se ha venido implementando con las mujeres empresarias y emprendedoras. En la fundación tenemos una apuesta de diversidad e inclusión y hemos logrado llegar a territorios donde muchas veces el Estado no llega. Entonces, los hemos asesorado y guiado para que desde su agenda puedan tenerlo en cuenta e impulsarlo. También hemos hablado sobre la implementación de adecuadas políticas públicas para la mujer, y ha dado resultados por la medición de impacto serio y transparente.

Sabemos que este es un año de cambio, de una transición política llena de incertidumbre, pero a nosotros eso no nos frena, sino que seguimos actuando mientras que ellos toman acción en sus planes de desarrollo.

— Este año se realizará la quinta versión del She Is Global Forum. ¿Cuál será su enfoque?

— Este año viene con un enfoque personal y de la fundación. Se llama Resiliencia para la Transformación y lo realizaremos en Medellín porque, al ser una organización con Marca País, es un orgullo que Colombia sea el anfitrión de más de 40 países, 3000 asistentes y líderes de todo el mundo. Tres años después de una pandemia, queremos mostrar cómo las organizaciones, las personas, mujeres, sobre todo, logramos ser resilientes y transformamos esa crisis en oportunidades.

Este foro, con el tema de la resiliencia para la transformación, busca la construcción de paz, con un aliado espectacular, el Cantautor del Vaticano Odino Faccia, nominado al Nobel de Paz, quien hará un llamado a la acción para cumplir los objetivos de desarrollo sostenible con acciones inmediatas y dará un mensaje de equidad.

— ¿Cómo se siente al ver el alcance que ha logrado y la influencia que ha dejado?

— Creo que todas las mujeres somos poderosas en el momento que sabemos transmitir nuestro talento a otros, y eso es lo que he podido hacer como líder de la fundación.

Siempre le digo a mi equipo que los premios son alimento, mas no el objetivo de nuestra razón de ser; es el reconocimiento al esfuerzo y dedicación que ponemos cada uno de los miembros, y nos da motivación para seguir adelante.

Miro hacia atrás y veo todo el recorrido, cómo se inició, las anécdotas, los errores, y me hace feliz, porque ser líder no es nada fácil, es muy retador y se está en constante aprendizaje. Lo importante es guiarse por personas que han dejado huella y caminar con ética y principios propios.

— ¿Qué proyectos vienen para la fundación?

— Primero, voy a ser mamá. Entonces, no voy a estar al 100%, pero se viene para la fundación un crecimiento exponencial. Estamos pensando abrir una sucursal en México. Tenemos el Global Forum en su quinta versión, que busca la transformación para unir ideas, y queremos abrir más centros de empoderamiento y posicionarnos como una ONG de impacto en el mundo. Entonces hay mucho trabajo por hacer.

— ¿Qué invitación hace como mujer, emprendedora, ahora madre, a los jóvenes para que hagan parte de este proyecto y sean generadores de ideas de paz que construyen país?

— A los jóvenes les digo que ustedes ya no son el futuro. Son la generación del presente que debe elevar la conciencia y elevar el discurso con grandes hechos que transforman vidas. Están en un cambio maravilloso y deben elevar todas las ideas con acciones reales y mayor empatía. Todo el mundo nos dice: “Sigan, sigan sus sueños”, pero, más que seguir sus sueños y hacerlos realidad, la invitación es a que tomen en serio el cambio y la transformación de apostarle a una construcción de país. No nos midamos por un ego o un título; siempre midámonos en la manera en que ayudamos a más personas a brillar.

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