Así fue como Bogotá se convirtió en el escenario del primer Congreso Mundial de Brujería: hasta el presidente y la primera dama se dejaron ‘hechizar’

Hasta en el popular programa de televisión de comedia mexicana El chavo del 8 hicieron referencia al evento

Guardar

Nuevo

Hacer un encuentro mundial de brujería en la capital colombiana hace casi 50 años, entonces, no solo sonaba imposible, sino también ridículo, pero para Simón González, no lo era, y no lo fue

Foto tomada de Señal Colombia
Hacer un encuentro mundial de brujería en la capital colombiana hace casi 50 años, entonces, no solo sonaba imposible, sino también ridículo, pero para Simón González, no lo era, y no lo fue Foto tomada de Señal Colombia

No por nada a Colombia se le conoce popularmente como el país del sagrado corazón. La religión, durante décadas, ha sido el principal argumento para calificar un comportamiento como positivo o negativo, incluso, ha sido parte de debates políticos. Colombia es uno de los países con más días festivos al año del mundo, de hecho, justifica la existencia de varios de ellos con la conmemoración de la memoria de algún santo.

Hacer un encuentro mundial de brujería en la capital colombiana hace casi 50 años, entonces, no solo sonaba imposible, sino también ridículo, pero para Simón González, no lo era, y no lo fue.

¿Un aquelarre en Bogotá? No. La idea en sí misma sonaba un tanto improbable de suceder, pero así lo fuera, medios de comunicación advertían que, para la semana del 24 al 28 de agosto de ese año, el 1975, brujos y brujas de diferentes partes del mundo, como Brasil, Venezuela y Haití, estarían pisando territorio nacional para mostrar e impartir conocimiento de aquello paranormal que sabían hacer o conocían.

“A la sombra de lo diferente con amor y asombro” era el eslogan de aquel evento que la comunidad más conservadora del país calificaba como descabellado y blasfemo. Para González, político y escritor colombiano encargado de impulsar el encuentro, en aquel espacio las personas podrían “encontrar su verdadero poder y saber, científicamente, explotando sus condiciones humanas como no ha ocurrido”. Así lo dijo ante la prensa nacional.

La religión, durante décadas, ha sido el principal argumento para calificar un comportamiento como positivo o negativo, incluso, ha sido parte de debates políticos
 
Foto tomada de Señal Colombia
La religión, durante décadas, ha sido el principal argumento para calificar un comportamiento como positivo o negativo, incluso, ha sido parte de debates políticos Foto tomada de Señal Colombia

Y es que sí, fue tanta la relevancia de aquel evento que su planteamiento hizo eco en la prensa nacional e internacional. Hasta en el popular programa de televisión de comedia mexicana El chavo del 8 hicieron referencia a él.

- El chavo: No está en su casa la Clotilde del 71 (la bruja)

- Don Ramón: ¿No ha regresado de Bogotá?

- El chavo: ¿De dónde?

- Don Ramón: De Bogotá, chavo. Oye, pues que… ¿en la escuela no te enseñan lo que es la botánica?

- El chavo: No

- Don Ramón: Bogotá es un país.

Así fue como Bogotá se convirtió en el escenario del primer Congreso de Brujería: hasta el presidente y la primera dama se dejaron ‘hechizar’

El historiador de arte Julián Sánchez González, que ha estado detrás de la investigación de estos hechos, entregó varios datos de su indagación al podcast Radio Ambulante, aquel que tituló la historia como El diablo no está invitado.

Claudia Restrepo, fuente consultada por parte del historiador, trabajaba, hacia los años setenta, como asesora de comunicaciones de la presidencia de la nación. Por aquel entonces conoció a Simón González, de quien se enamoró, con quien inició una relación y decidió casarse.

Según relató ella, hacia el año 1974, Klaus Vollert, amigo colombo alemán de Simón, le contó que empresarios alemanes estaban cerca de aterrizar a Bogotá, y que el interés que tenían era invertir en la capital colombiana. Sin embargo, cuenta Restrepo, Vollert no tenía claro que podía ofrecerles a los inversionistas europeos a su llegada a territorio nacional.

Claudia propuso llevarlos a donde Beatriz Cano, una clarividente, para que ella les leyera las cartas. Eso parecía sonar divertido, y lo fue. Los alemanes no pararon de hablar de ello desde que salieron de la casa de Cano. Fue ahí, entonces, que la luz de una nueva idea se iluminó.

¿Por qué no hacer un evento con una temática de ese tipo? Sí, para los alemanes fue un rotundo sí, por lo que se encendieron los motores de un nuevo proyecto: el Primer Congreso Mundial de Brujería.

Hasta en el popular programa de televisión de comedia mexicana El chavo del 8 hicieron referencia al evento
Hasta en el popular programa de televisión de comedia mexicana El chavo del 8 hicieron referencia al evento

Con ayuda financiera de los alemanes y de otros inversionistas, Simón González, rápidamente, pudo conseguir el apoyo suficiente para garantizar el viaje a Colombia de expertos de todo el mundo, entre ellos, la escritora brasilera Clarice Lispector y el ilusionista israelí Uri Geller.

Eran más de 20 especialistas y conferencias con títulos como Hipnosis y autohipnosis y Medicina y brujería. Todo esto empezaba a darle forma al objetivo de Simón González, aquel de mostrar que había más corrientes espirituales y religiosas en el país y en el mundo.

Llegó el día, por fin, y según datos recopilados por la prensa, más de 2.500 personas asistieron al evento, a pesar de la oposición de la iglesia e incluso algunos sectores del Gobierno. En aquel momento, tal y como lo reseñó Radio Ambulante, la Conferencia Episcopal de Colombia manifestó que se oponía a la hechicería y que el evento no era más que un retroceso en lo que respectaba a “la vida religiosa y civilizada”.

Ante la prensa nacional, Simón González aseguró, por el contrario, que un brujo era ‘un enamorado’, “la imagen de la fuerza de todo aquello que no es materialista sino del espíritu”. Hasta el evento llegaron cerca de 160 corresponsales de medios de comunicación colombianos y alrededor de 138 de medios de otros países.

De acuerdo con lo que recuerda Señal Colombia, hicieron presencia en Bogotá “desde homeópatas hasta cultores haitianos del vudú”.

“A instancias del primer Congreso Mundial de Brujería se desarrolló un nada despreciable mercado de pócimas, pomadas, naipes mágicos, talismanes, frascos milagrosos o servicios que prometían milagros, mientras que la ciudad se colmaba de periodistas de diversos países del mundo y de manifestantes católicos que se oponían a su desarrollo”, recuerda Señal Colombia.

Dentro de los curiosos hechos que ocurrieron aquel día y que quedaron registrados en la historia nacional estuvo la visita que hizo Simón González, acompañado de una delegación del evento, al entonces presidente Alfonso López Michelsen y a su esposa Cecilia Caballero Blanco.

Se acercaron al Palacio para tomarle una fotografía Kirlian a la primera dama. La cámara Kirlian, es de recordar, fue inventada en 1939 por los esposos Semyon Davidovich Kirlian y Valentina Kirlian. El artefacto llama la atención por, supuestamente, permitir ver el alma o el aura de las personas. Según la revista Cromos, la prueba evidenció que la primera dama tenía problemas circulatorios y gastrointestinales.

Eran más de 20 especialistas y conferencias con títulos como Hipnosis y autohipnosis y Medicina y brujería
Eran más de 20 especialistas y conferencias con títulos como Hipnosis y autohipnosis y Medicina y brujería

Además de ello, para el fotógrafo de El Espectador, Fernando Cano, ocurrió uno de los hechos más importantes de reconciliación cuando monseñor Rafael Gómez Hoyos apareció en el Congreso y saludó cordialmente a Simón. Según le dijo a Radio Ambulante, era el chance para que “la gente ampliara un poquito los espectros de su mente y de ver otras posibilidades de entender la vida”.

El evento terminó, para el historiador Julián González, dejando a su paso varias enseñanzas. “Hippies. Obreros. Empresarios. Afrodescendientes. Señoras burguesas. Indígenas. Adolescentes. Campesinos. El Congreso fue un experimento que unió bajo un mismo techo a un caleidoscopio de culturas. Y para mí, el solo hecho de que se juntara gente tan diversa, en un evento que sucedió hace casi cincuenta años y en Colombia, un país tan conservador que ha sido hasta llamado el país del Sagrado corazón, eso ya fue un logro”, dijo en el podcast.

Simón González falleció en el año 2003. “Murió con la frustración de ver que se tenía que morir, después de haberle ganado la batalla al cáncer de la muerte por más de veinte años, y con la alegría de dejar organizada para sus íntimos la fiesta de su muerte. Que será el 10 de octubre, cuando esparciremos sus cenizas desde el Puente de los Enamorados, que une a Providencia con Santa Catalina, donde viviremos una especie de saturnales, respetando su última voluntad”, escribió sobre su deceso Jota Mario Arbeláez, su amigo, en un texto publicado en el diario El Tiempo.

Guardar

Nuevo