El exescolta de Carlos Pizarro fue dejado en libertad: era señalado de participar en el magnicidio

Jaime Ernesto Gómez Muñoz recibió el beneplácito de la justicia nacional por vencimiento de términos

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Carlos Pizarro Leongómez y Gustavo Petro | FOTO: @delmarpizarro
Carlos Pizarro Leongómez y Gustavo Petro | FOTO: @delmarpizarro

En las últimas horas, fue dejado en libertad Jaime Ernesto Gómez Muñoz, quien en su momento fungía como escolta del excandidato presidencial Carlos Pizarro. Gómez fue señalado de presuntamente participar en el magnicidio de Pizarro en 1990, en este caso, el vencimiento de términos fue fundamental para que la justicia nacional tomara la decisión a pocos meses de que se emitiera un juicio oficial sobre la culpabilidad del exescolta.

Preliminarmente, Gómez Muñoz era señalado de participar en un estratégico plan para avanzar en el crimen del también exmiembro del M-19. Sin embargo, este caso fue dilatado en reiteradas ocasiones por parte de los órganos judiciales e incluso, el fiscal del caso también fue cambiado muchas veces, es decir, no había una constancia notable que pudiera dar un avance del proceso.

Jaime Ernesto Gómez Muñoz fue uno de los escoltas designado por el DAS para custodiar a Pizarro en el marco de su campaña a la presidencia, pues se temía por su vida tras la desmovilización del M-19, teniendo en cuenta que, para ese entonces también se estaba viviendo el exterminio de la Unión Patriótica.

Sobre el señalado, la investigación indica que fue el encargado de abatir a alias ‘Jerry’, quien previamente acabó con la vida de Pizarro. Supuestamente, Gómez Muñoz ejecutó al criminal con el fin de que este evitara hablar sobre su presunta participación en un plan estratégico que buscaba vigilar a detalle al candidato presidencial, en donde se habrían usado dineros del DAS.

Cómo murió Carlos Pizarro

Pizarro fue uno de los líderes del Movimiento 19 de abril (M-19), grupo guerrillero que bajo los conceptos de revolucionarios buscó tomar el poder, empero, nuevamente, el diálogo fue la solución y permitió habilitar un camino político para los militantes de dicha organización. El mencionado líder abanderó al ‘M’ y se convirtió en candidato presidencial de dicha colectividad.

La campaña seguía su curso y el 26 de abril de 1990, Pizarro tuvo que viajar a Barranquilla, abordó un avión comercial y despegó. La turbulencia no la provocaría el avión, pues la muerte tripulaba en el lugar; un hombre entró al baño sigilosamente y de un momento a otro salió, desenfundó una metralleta y encaró al candidato presidencial, acribillándolo en el aire.

Otros candidatos de izquierda asesinados

Bernardo Jaramillo Ossa

La esperanza de la UP era Jaramillo Ossa, pues se convirtió en el remplazo de Jaime Pardo Leal en dicho partido; situación que nuevamente generaba enemistades en algunos sectores sociales y político. Para el 22 de marzo de 1990, en medio de la vertiginosa carrera política y campaña presidencial, el candidato decidió dar un respiro en la costa atlántica colombiana, pues viajaría a Santa Marta para replantear ideas de cara al máximo cargo política en el país.

Jaramillo arribó al Puente Aéreo, adjunto al Aeropuerto El Dorado; mientras compraba algunos productos en un local comercial del mencionado centro de transporte. Un menor de edad se acercó y desenfundó una sub ametralladora, halando el gatillo y descargando parte del proveedor en la humanidad del candidato, quien intentó ser llevado a un centro asistencial y murió en el camino.

Jaime Pardo Leal

Los ánimos de conseguir la paz en Colombia han estado marcados por diferentes intentos de diálogo, en su momento, los Acuerdos del gobierno del expresidente Belisario Betancourt, dejaron como producto la Unión Patriótica (UP), partido político fundado por grupos armados que operaban previo a la década de los 80. Pardo Leal era líder de dicho movimiento bajo una doctrina comunista, y además, candidato presidencial, razón que lo llevó a ser objetivo militar de algunos sectores.

El 11 de octubre de 1987, Pardo compartió el último almuerzo con su familia, hablaron de la vida y cuestionaron las intenciones oscuras de algunos colombianos, pues querían ver muerto al candidato presidencial. El político estaba con los suyos en La Mesa, municipio cercano a Bogotá, y ese día regresaba a la capital; ya en carretera fue interceptado por otro vehículo, del cual bajaron hombres armados y dispararon en reiteradas ocasiones en contra de Pardo, en medio de improperios.

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