Durante las últimas semanas se han conocido varios casos de agresiones sufridas por los conductores de los buses zonales del Sistema Integrado de Transporte de Bogotá, SITP. El 15 julio, un conductor fue apuñalado en el sector de La Castellana por reclamarle a un grupo de barristas que pagaran su pasaje; lo mismo pasó con otro conductor en la noche del 11 de julio, pero entre los sectores de Molino y Diana Turbay.
Pero estos son solo algunos casos de los muchos otros que ocurren diariamente en la capital colombiana. De acuerdo con la empresa Transmilenio, entre el 1 de enero y el 1 de junio los conductores han sufrido 203 ataques en su contra, aunque los operadores sostienen que han sido 600 en seis concesiones de las 20 que tiene el sistema.
Particularmente en Ciudad Bolívar los conductores del sistema han padecido agresiones en su contra de forma reiterativa. Por eso Suma, la empresa que opera los buses en esa localidad, advirtió que se está evaluando la posibilidad de dejar de prestar el servicio, al menos en las rutas donde se presenten este tipo de casos.
“En las rutas donde nuestros conductores sean agredidos o en donde tengamos estos niveles de evasión, retiraremos los buses. Para que las personas entiendan, a las buenas o a malas, que hay que tener un comportamiento adecuado”, le dijo a CityTv Milena Martínez, presidenta de la junta directiva del consorcio Suma.
El motivo por el cual el consorcio no descarta esta medida es que constantemente pierden muchos colaboradores por incapacidades debido a las agresiones que sufren. Además, muchos conductores afirman tener miedo de trabajar en esa zona de la ciudad.
“En la semana tenemos cuanto menos 10 conductores incapacitados, con la otra consecuencia muy grave, que ya muchos de ellos no quieren regresar a esta labor porque es muy intimidante salir a trabajar y estar exponiendo toda su integridad”, agregó Martínez para el medio mencionado.
Otra de las alternativas que está considerando esa empresa para proteger a sus colaboradores es modificar las cabinas de los vehículos, aunque como ese rubro se sale del presupuesto, piden ayuda de Transmilenio o de la Alcaldía. Por su parte, los conductores indicaron que la única alternativa que en muchas ocasiones les ha quedado para salvaguardar sus vidas es recurrir a algún objeto que tengan cerca para defenderse.
“Algunos compañeros me han manifestado que prefieren hacer lo mismo que anteriormente, andar con sus varillitas, porque estén haciendo o no estén haciendo, la gente los están agrediendo”, dijo para el noticiero mencionado Edwin Barragán, representante sindical de conductores del SITP.
La respuesta de Transmilenio a la situación
Por lo pronto, Suma está a la espera de reunirse con Transmilenio y con el Distrito para buscar soluciones a los dos problemas que la aquejan: los colados en sus buses y las agresiones a sus conductores.
La respuesta de Transmilenio fue, en primer lugar, que comparte las preocupaciones del consorcio por las agresiones sufridas por parte de varios conductores. No obstante, manifestó que no ha recibido ninguna propuesta de Suma u otro concesionario para modificar las cabinas de los buses.
De todas maneras, aseguró que seguirá trabajando de la mano de las autoridades para buscar alternativas con el fin de proteger la integridad de todos los conductores del sistema.
Conductores de Sitp protestaron contra Claudia López por exigirles que eviten los colados: “Nos coloca la lápida”
La agresión con arma blanca en contra de un conductor del Sitp desató la inconformidad de varios trabajadores del sistema en contra de la alcaldesa Claudia López. La señalan ponerlos en riesgo al exigirles que se encarguen de controlar la evasión en los buses, pese a que no es su función.
Al hacerse viral un video de un bus zonal del sistema en Bogotá en el que la mayoría de los pasajeros salta el torniquete para ingresar sin pagar al transporte, la alcaldesa recriminó la actitud “de me importa cero del conductor y del operador privado”. Al día siguiente un conductor fue apuñalado en el sector de Molinos por un pasajero.
Aunque, inicialmente se dijo que el conductor había sido agredido por tratar de impedir que una persona se colara, el empleado señaló que se trató de un hecho de intolerancia. Por negarse a abrir la puerta en un paradero debido a que ya no cabía más gente en el bus, una persona atacó al conductor y le produjo una herida con arma blanca en un brazo.
La cadena de hechos produjo la inconformidad de los conductores del sistema, quienes protestaron frente a la Alcaldía de Bogotá para plantear una serie de peticiones a la alcaldesa. Además, para manifestar su rechazo a las declaraciones de la mandataria que, consideran, aumenta el riesgo al que ya están expuestos por su labor.