Es un hecho que la presidencia del Senado quedará en manos del Partido Verde. Sin embargo, no hay una mayoría consolidada al interior de la colectividad a pesar de que el nombre de Angélica Lozano fue el que sonó más fuerte para quedarse con la dignidad en el segundo periodo legislativo.
Ariel Ávila, Iván Name e Inti Asprilla son los otros postulados a ocupar la presidencia de la corporación. Todos ellos (al igual que Lozano) con una misión entendida también como un encargo del presidente Gustavo Petro: llegar a la mayor cantidad de consensos para aprobar las reformas y proyectos de ley en discusión y las que se van a presentar, como el cambio a la Ley 30 de educación y la ley de sometimiento a la justicia.
A pesar de la ventaja que tiene Lozano, pues ocho senadores de la coalición Alianza Verde y Centro Esperanza la postularon para esta dignidad, varios de los aspirantes tienen cuestionamientos por conflictos de interés, líos judiciales e irregularidades por presunta corrupción.
Justamente, una de ellas es la senadora que partió como candidata de los verdes. No solo llega a sus aspiraciones a la dignidad en medio de reparos por su esposa, Claudia López, que ocupa el cargo de alcaldesa Mayor de Bogotá. Sumado a eso, también habría un conflicto de interés por los negocios de su hermano, Oscar Julián Lozano.
De acuerdo con la plataforma Secop, La empresa Kyros Muebles y Diseños, de la que este es representante legal, firmó cerca de 20 contratos con el Estado (a entidades como el IDU, las Fuerzas Militares, la Registraduría, el Inpec y el Ministerio de Vivienda) entre 2017 y 2019 con un valor total que superó los 1.400 millones de pesos.
Inti Asprilla, otro de los cuestionados
La aparente ficha de Petro y el Ejecutivo para la presidencia del Senado es hijo del fallecido Guillermo Asprilla, que trabajó como secretario de Gobierno en la alcaldía de Gustavo Petro.
También figura con un supuesto conflicto de interés, pues su hermano, Alan Guillermo Asprilla, es el actual secretario de Vivienda, Ciudad y Territorio, cargo que desempeña desde noviembre de 2022.
Antes de su posesión, tenía un contrato con esa misma entidad por 54 millones de pesos para el apoyo de la dirección del sistema habitacional en la formulación y análisis de la política pública de vivienda urbana.
Ariel Ávila, la ‘carta escondida’
En su declaración, el senador ‘primíparo’ debido a que este es su primer periodo como congresista dijo que no tenía conflictos de interés propio ni de familiares. Actualmente es uno de los principales defensores de las iniciativas en el Legislativo relacionadas con temas de paz.
En ese orden, podría ser otra de las cartas de Casa de Nariño debido a que podría funcionar como enlace entre la bancada de Gobierno y los partidos tradicionales.
Por otra parte, Carlos Ardila, candidato a ocupar la presidencia de la Cámara de Representantes por el Partido Liberal (al que le corresponde esa dignidad) manifestó en su declaración de conflicto de intereses que su esposa, María Julieth Espinosa, es docente en una institución educativa oficial.
Además, su padre, Emiro Carlos Ardila, ejerce la actividad ganadera. Sin embargo, ninguno de los dos tiene contratos con el Estado de acuerdo con el Secop.
Tampoco registra conflictos Julián Peinado, que a última hora recibió la ‘bendición’ del expresidente César Gaviria, líder de la colectividad que aún hace parte de la coalición de Gobierno. Sin embargo, a pesar del aval esta dignidad podría quedar en manos de Ardila, también ficha clave en Casa de Nariño y el presidente Petro.