El 14 de julio, el embajador en Nicaragua, León Fredy Muñoz, se reunió con el ministerio de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva, en el Palacio de San Carlos, sede de la Cancillería. Allí, el funcionario diplomático tendrá que entregar explicaciones por haber participado en una marcha el 7 de julio portando símbolos del Frente Sandinista de Revolución Nacional en la conmemoración de la Revolución Sandinista de julio de 1979.
La participación del embajador Muñoz en dicha manifestación va en contra de lo dispuesto en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, que advierte que los jefes de misión diplomática están obligados a no interferir en los asuntos internos de otro Estado.
Según se ha conocido, el embajador Muñoz deberá tomar un curso de reinducción —que deben tomar todas las personas, que sin pertenecer a la carrera diplomática, llegan a estos cargos— y solo hasta que lo concluya podría regresar a Managua, capital de Nicaragua. También se ha dicho que en la Cancillería se le redactó un memorando con copia a la hoja de vida.
En la mañana del 14 de julio, el canciller Leyva se refirió al embajador Muñoz en entrevista con Blu Radio:
“Vamos a ver, fusilarlo no puedo, pero por lo menos conversar, sí. Usted sabe que aquí a veces la gente quiere que se tome medidas inmediatas. Lo primero que hay que hacer en este caso es oírlo y después se toma la decisión. Yo creo que incurrió en una garrafal equivocación y eso tiene consecuencias”
También dijo que la actuación del embajador Muñoz fue una “gran equivocación”, más en vísperas de que la Corte Internacional de Justicia de La Haya tomara la decisión sobre el litigio marítimo entre Colombia y Nicaragua —que llegó el 13 de julio con la negación de las pretenciones nicaragüenses—:
“Ahí se incurrió en una gran equivocación y sobre todo en un mal momento, estábamos, imagínese usted, recibiendo la decisión de la corte alrededor de un tema que precisamente estaba pendiente con Nicaragua, pero ahora que salgo de mi casa y voy al despacho, me voy a encontrar con el señor embajador”
“Esto es admirable, lo que yo he sentido desde el 30 de septiembre que llegué a Nicaragua, aquí estoy de embajador. Es un pueblo alegre, bonito, amable y sobre todo un pueblo que está convencido de su revolución”, se le escuchó al embajador en un video difundido por LA PRENSA Nicaragua
Producto de estas declaraciones, que además provocaron el rechazo de distintos sectores, la Procuraduría Delegada Disciplinaria de Instrucción Segunda para la Vigilancia Administrativa anunció que se abrirá investigación para determinar si cometió alguna falta disciplinaria o no.
El embajador Muñoz, luego del incidente, salió a dar explicaciones por medio de una carta que publicó en Twitter. En esta dijo que su presencia en la marcha sandinista hizo parte del cumplimiento de su función diplomática.
“Ante las gestiones propias de la Embajada y los relacionamientos propios del protocolo entre gobiernos, es mi obligación como Embajador, participar en reuniones y/o actividades importantes para el Gobierno Sandinista, ya que debo hacer presencia estratégica para cuidar los intereses nacionales de Colombia en Nicaragua. Esto más allá de las estrategias jurídicas en la Haya o en los organismos multilaterales”
El embajador también defendió su participación y dijo que fue una forma de simpatizar con el otro para cumplir sus objetivos. “De esta forma, el relacionamiento del Embajador, con el Gobierno de Nicaragua, debe ser estratégica para poder llevar a cabo la mejor representación de Colombia, la cual tiene que dejar de ser vista únicamente como un símbolo o una figura decorativa. Como lo ha dicho nuestro presidente, Gustavo Petro, la Diplomacia del Gobierno del cambio debe ser una Diplomacia franca, mirando directamente al otro, simpatizando con el otro para lograr los objetivos que como Embajador es mi obligación cumplir”.