Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, reconocidos nombres en el mundo del narcotráfico, dieron inicio a su trasegar en esta peligrosa industria en la década de los años 70 en Colombia. Criados en una familia de seis hijos, llegaron a Cali a principios de los años 40, bajo el techo de un pintor autodidacta y una ama de casa, para luego convertirse en parte de los autores que sembraron el temor en el territorio colombiano.
Lo que ahora sorprende es el pronunciamiento de William Rodríguez Abadía, hijo de Gilberto Rodríguez Orejuela, que se proclamó como el ‘hijo del cartel de Cali’ en un libro en el que aborda el tema de las elecciones de Andrés Pastrana y en el que señala que su padre estuvo involucrado en estrategias políticas para respaldar a ciertos candidatos.
En una entrevista con la revista Cambio, William contó que tiene un capítulo en su libro titulado “La prueba reina” en el que dice tener la carta firmada por Miguel y Gilberto Rodríguez que implica a Samper y Serpa en el ingreso de dinero del proceso 8.000. Además, considera que en ese capítulo se encuentra “la verdad completa”.
Según indicó William, cuando Pastrana llevó esta carta ante la Comisión de la Verdad, él escribió una columna crítica titulada “Pastrana se pegó un tiro en el pie”.
En ella, explicó que la entrega de esa carta planteaba serias interrogantes sobre el expresidente Andrés Pastrana, ya que, supuestamente, su tío Gilberto le había dicho en una llamada desde la prisión en Estados Unidos, que fueron presionados para escribirla a cambio de ser trasladados a una cárcel de Palmira.
“Yo siempre he creído que Samper le hizo mucho daño a Colombia, pero Pastrana también le hizo demasiado. Porque siempre se la jugó como la víctima de esto. En la política oscura de este país no ha habido víctimas, sino cómplices”, dijo el hijo del cartel de Cali para Cambio.
Ante esta declaración, el periodista del medio expresó que “hay una parte de los narcocasetes que no se ha investigado cabalmente, que tiene que ver con las menciones que existen en una conversación entre su padre y Alberto Giraldo, en donde dicen que hay aportes a la campaña de Andrés Pastrana. ¿Usted qué sabe de esa financiación?”.
A lo que el hijo del cartel de Cali contestó: “Lo único que tú tienes que pensar es de qué casa era Alberto Giraldo, cuáles eran sus fines políticos. Él era conservador. Conservador, amigo de la casa Pastrana. Entonces, con eso, te respondo la pregunta”.
William Rodríguez evidentemente evitó directamente abordar el tema de la financiación mencionada en los narcocasetes y no proporcionó una respuesta concreta sobre los aportes del cartel de Cali con la elección del entonces candidato presidencial Andrés Pastrana. De esta forma, continua la incógnita acerca de la existencia de fondos que supuestamente suministraron los hermanos Rodríguez Orejuela para las elecciones presidenciales de 1998.
¿Quiénes eran los temidos hermanos Rodríguez Orejuela?
Gilberto Rodríguez Orejuela, nacido en Mariquita, Tolima, en 1939, fue el primero en involucrarse en el narcotráfico. Tras completar su bachillerato en la capital del Valle del Cauca, comenzó a trabajar como auxiliar en una droguería y en tan solo cinco años, había creado un verdadero imperio farmacéutico.
Su astucia para mover las piezas en el negocio de las drogas le valió el apodo de El Ajedrecista, ya que siempre lograba mantenerse un paso adelante de sus competidores y establecer relaciones con autoridades políticas a nivel nacional. Sin embargo, su historial delictivo se remonta a 1969, cuando fue acusado de secuestrar a dos extranjeros. A partir de ese momento, enfrentó numerosos procesos relacionados con el delito de narcotráfico.
Por otro lado, Miguel Ángel Rodríguez Orejuela, conocido como El Señor y nacido en Cali el 15 de agosto de 1943, se hizo conocido en el mundo de la mafia a mediados de 1975. Para ese entonces, los hermanos Rodríguez habían formado una peligrosa banda criminal conocida como Los Chemas, que sembraba el terror en el Valle del Cauca a través de secuestros.
Pronto, sus nombres figuraron en una lista de la aduana de Estados Unidos que incluía a los 113 narcotraficantes más temidos del mundo. Durante los años 80, su organización controlaba una cadena de farmacias en todo el país (Drogas La Rebaja), una red de emisoras de radio (El Grupo Radial Colombiano), un laboratorio farmacéutico y dos bancos en Panamá y Colombia, donde tenían influencia política.
Bajo su liderazgo, el cartel de Cali se fortaleció, siendo considerado el segundo más fuerte en el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos durante las décadas de los 80 y 90. Se estima que fueron responsables del 80% de la droga que llegaba a ese país.