Tremendo susto se llevaron los pasajeros de un bus de servicio público que cubría la ruta Bogotá - Mocoa, cuando en un retén del Ejército, los uniformados descubrieron que en su interior iban encaletadas al menos 50 armas traumáticas que habían sido modificadas.
Pero eso no es todo: en el puesto de control, ubicado a la altura del municipio de Pitalito, también encontraron cartuchos y proveedores que serían entregados a miembros de la organización armada Comandos de Frontera, en el departamento de Putumayo.
“En un bus, que se desplazaba desde la ciudad de Bogotá y que se dirigía hacia Mocoa, soldados adscritos al Batallón Magdalena hallaron una caleta que había sido acondicionada en la parte de atrás, en el motor. En esta fueron halladas 50 armas de fuego tipo pistola, 3.900 cartuchos para las mismas y 100 proveedores”, detalló el comandante de la Novena Brigada del Ejército, el coronel Pedro Pablo León Silva.
En la parte inferior del vehículo lograron adecuar un espacio en el que además de las armas, para el momento del operativo, encontraron 60 auriculares, 120 cables auxiliares y casi 1.600 protectores de pantalla. Ninguno de los accesorios tenían permiso de transporte o comercialización, por lo que también fueron incautados, al igual que el bus y las armas.
“El vehículo de servicio público fue inmovilizado y puesto a disposición de la autoridad competente, por lo que los pasajeros que se transportaban en el bus debieron ser acondicionados en otro vehículo para ser llevados a su destino final, la ciudad de Mocoa”, indicó el coronel León.
El conductor y su ayudante fueron capturados y puestos bajo a disposición de la Fiscalía para responder por los delitos de fabricación, porte, tenencia y tráfico de armas y municiones.
20 mil armas se trasformarán en material para adelantar proyectos educativos en Colombia
Para dar un buen uso a las armas confiscadas durante operaciones militares en fuertes y carreteras, las Fuerzas Armadas, la Fiscalía General de la Nación y el sector empresarial, llevarán a cabo la fundición de al menos 20 mil ejemplares.
“Esta iniciativa, que se llevará a cabo a finales de este año, se basa en el cumplimiento del Decreto 2535 de 1993, el cual establece la obligación legal del Estado de destruir el material decomisado que esté inservible, obsoleto o fuera de uso, y que no pueda ser reconvertido o utilizado por las fuerzas de seguridad”, señalaron las Fuerzas Militares.
Dichas armas, entre las que se incluyen revólveres, pistolas, fusiles, carabinas, ametralladoras, subametralladoras, morteros y lanzagranadas de diferentes calibres, fueron confiscadas principalmente durante operaciones militares contra grupos armados organizados y de delincuencia común, evitando así su empleo en acciones que amenacen la vida, seguridad o bienestar de los ciudadanos colombianos.
“Actualmente, las Fuerzas Militares están en proceso de gestionar y establecer contactos con empresas privadas para que, a través de proyectos de colaboración público-privada, estas armas fundidas se conviertan en materia prima para iniciativas de memoria histórica, educativas e incluso para la construcción de viviendas de interés social”.
Desde 1992, se han destruido aproximadamente 700 mil armas, varias de las cuales se utilizaron para atentar contra la dignidad humana y llevar a cabo actividades criminales. Los materiales obtenidos de estas fundiciones se han utilizado en la construcción de monumentos históricos, obras civiles y viviendas de interés social.
En enero pasado, por ejemplo, se destruyeron alrededor de 30 mil armas, las cuales se utilizaron para construir viviendas de interés social en Boyacá. Con las 20 mil armas que se fundirán en diciembre del 2023, se alcanzará una cifra histórica de 50 mil armas, convirtiéndose en el año con la mayor cantidad de fundiciones desde el principio de esta iniciativa, en los años 90.