El antropólogo y documentalista neerlandés Sjoerd van Grootheest fue contratado por el Fondo Colombia en Paz para dirigir la estrategia de comunicación de la Dirección de Sustitución de Cultivos Ilícitos (DSCI). El productor se radicó en Cali desde hace años, donde habría conocido a Irene Vélez, con quien sostuvo una relación, al menos, hasta el 2022.
El contrato de prestación de servicios 796-2023 fue firmado el 7 de julio y publicado por el Departamento Administrativo de la Presidencia de la República tres días después, por una solicitud de la DCSI porque señalaron que no contaban con personal suficiente para cumplir con la labor de comunicación del programa de sustitución Pnis.
Van Grootheest tendrá como función, según dice el contrato, formular las estrategias de comunicación de la Dirección de Sustitución, gestionar los canales oficiales, supervisar los contratos, elaborar las piezas comunicativas que se le soliciten, entre otras actividades.
El valor del contrato es de $128.770.332 que se le pagarán al contratista en pagos mensuales de $10.730.861, debido a que el contrato tiene un periodo de ejecución de 12 meses.
Van Grootheest es antropólogo y magíster en estudios culturales con estudios (mínor) en etnografía visual. Su actividad profesional se ha desarrollado en ese último campo, principalmente con tres documentales que ha producido sobre el conflicto en Colombia Voces de la guerrilla (2018) y Un plan de vida (2022) en los que Irene Vélez fue productora; además de Bajo fuego (2020).
En el 2018 también produjo un video a Francia Márquez, actual vicepresidenta de Colombia, para la campaña de entonces lideresa social al Congreso de la República. También ha realizado videoclips para el Observatorio de Realidades Sociales Arquidiócesis de Cali.
En agosto de 2022, como parte del requisito de posesión en el cargo de ministra de Minas y Energía, Irene Vélez publicó en su declaración de intereses que van Grootheest era su cónyuge, pero no específico las potenciales inhabilidades que le generaba su pareja sentimental para el ejercicio de las funciones públicas.
Sin embargo, en la declaración de 2023 publicada el 22 de junio, unas semanas antes de que se firmara el contrato, la ministra Vélez manifestó estar soltera y no tener ningún conflicto de interés por pareja o familiares.
Vélez habría llegado al Gobierno nacional por recomendación de la vicepresidenta Márquez. Su posición se ha mantenido sin titubeos, pese a ser una de las funcionarias más cuestionadas en los primeros meses de la administración Petro, sus salidas en falso y de ser la primera citada a una moción de censura.
En el primer cambio de gabinete de abril, el presidente reafirmó a Vélez en su posición y en cambio sí sacó de la cartera a quienes habían tenido conflicto con su gestión en la transición energética, como Cecilia López y José Antonio Ocampo.
Tres de sus viceministros también tuvieron que abandonar el cargo por no estar de acuerdo con la gestión de Vélez. Ni siquiera las denuncias de Belizza Ruiz ni del director de Hidrocarburos Camilo Rincón sobre la alteración de cifras Balance de contratos de hidrocarburos y recursos disponibles para la Transición Energética Justa hicieron tambalear a la ministra.
Ahora, al conocerse el contrato de quien fuera su pareja, surgen nuevas críticas en contra de Vélez Torres por parte de sectores de la oposición. “En 11 meses de improvisación estas actuaciones de nepotismo se vuelven recurrentes, en eso que llamaron el “cambio””, señaló la senadora María Fernanda Cabal.
“El Pacto Histórico ha sido desempleo histórico para Colombia. Pero eso no aplica a sus altas esferas”, señaló el partido Cambio Radical en su cuenta oficial de Twitter. Así mismo, otros sectores reclaman que no se hubiera abierto la posibilidad de ese contrato a un profesional colombiano.