Andrea Quiroz Morales dejó San Juan de Nepomuceno (Bolívar) y se estableció en Bogotá para cumplir sus sueños, entre ellos, el de tener una Yamaha YZF-R15 para participar en rodadas de motos de alto cilindraje en la capital y sus alrededores.
Lo logró, a pesar de sus orígenes humildes, pero el sueño de una vida mejor se vería truncado en la noche del sábado 8 de julio, luego de un accidente de tránsito en el que la joven de 25 años salió disparada de su motocicleta, tras chocar en la vía.
Con mucho esfuerzo, logró adquirir su vehículo y rápidamente afinó su experiencia manejando de la casa al trabajo, visitando municipios cercanos y participando de rodadas junto a otros amantes de las motos.
Pero, un vehículo se habría atravesado en la vía y Andrea salió despedida a 10 metros de distancia y se golpeó en la cabeza, según la versión inicial de las autoridades, quedando tendida en el pavimento hasta que un equipo de emergencias se presentó en el lugar.
Sin embargo, era demasiado tarde y la joven terminó falleciendo en el lugar del accidente. Su cuerpo fue trasladado a San Juan de Nepomuceno para ser velada por sus amigos y familiares, mientras las autoridades investigan qué ocasionó el siniestro y si un vehículo estacionado en la zona es responsable de su caída.
Solo entre enero y mayo de 2023 se registraron 386 motociclistas lesionados, el 45,73% del total de heridos en accidentes de tránsito, con un incremento del 9,97% en comparación con 2022. Además, se reportaron 133 motociclistas fallecidos, 52,57% del total de fatalidades en accidentes de tránsito, con un incremento del 17,7% en comparación con el mismo período del año anterior, en Cundinamarca, según el Observatorio del Centro de Estudios e Investigaciones en Seguridad Vial (CEIS).
Él era Daniel Ibáñez, el motociclista que murió en Bucaramanga: planeaba viajar a Estados Unidos para reencontrarse con su mamá
El joven motociclista Daniel Felipe Ibáñez Martínez, quien además se desempeñaba como trabajador de una joyería en Bucaramanga, falleció en la mañana del miércoles 5 de julio en un importante corredor de la ciudad, al movilizarse por el carril exclusivo del Metrolínea (sistema de transporte masivo de Bucaramanga), luego de que intentara evadir un operativo de control por parte de la Dirección de Tránsito de la ciudad.
Ibáñez, quien el 28 de octubre cumpliría 22 años, era oriundo de Floridablanca (Santander) y, para el momento del siniestro, se encontraba trabajando con una joyería del sector de Los Pinos, al oriente de Bucaramanga.
Según testimonios de sus familiares, Daniel Felipe estudió en el Colegio Gabriela Mistral y había cursado algunos semestres de la carrera de Topografía en el Sena, con sede en su natal Floridablanca.
Era hijo de Isaura Ibáñez, una madre soltera, con quien se encontraba viviendo en el casco urbano de Floridablanca. También era el mayor de cuatro hermanos.
Daniel Felipe Ibáñez Martínez había adoptado el primer y segundo apellido de su madre y de su abuela, Marina Martínez. En la actualidad, se encontraba realizando un curso de inglés, pues sus aspiraciones a mediano plazo eran viajar a los Estados Unidos, para reencontrarse con su mamá.
Su muerte provocó protestas de motociclistas en masa que le exigían a la Dirección de Tránsito de Bucaramanga que respondiera por la muerte del joven. Al punto en el que los funcionarios de la Alcaldía municipal tuvieron que evacuar la sede gubernamental para evitar salir lastimados durante los actos de vandalismo. Y es que, según testigos, el accidente habría ocurrido luego de que un uniformado lanzara un cono en la vía para detener al motociclista, lo que ocasionó que chocara.