Los Char se preparan para una nueva elección en Barranquilla y, como en cada jornada electoral, su apellido vuelve a ser centro de la polémica. Esta vez por un libro sobre su grupo político, escrito por la periodista Laura Ardila -quien les siguió el paso por más de dos años-, pero que habría resultado censurado por la editorial Planeta.
Ardila fue la reportera de La Silla Vacía en el Caribe, tiempo el que se dedicó a investigar el que considera el clan político más poderoso del país: la familia Char. En el 2020, le propuso a la editorial Planeta la redacción de un libro sobre el tema, a partir de un borrador de cinco páginas en el que exponía lo que iba a investigar.
“Yo les envié un perfil mío sobre mi trayectoria cubriendo el poder, los clanes de la región Caribe a la editorial, con lo cual para mí había suficiente ilustración sobre cuál era la idea y el contenido del proyecto”, señaló Ardila en el programa Huevos Revueltos con Política.
La editorial compró la idea y firmaron un contrato para la producción del libro, con un editor que siguió paso a paso los adelantos que iba produciendo Ardila. En agosto de 2022, la periodista entregó la mitad del libro y en abril de 2023 culminó su trabajo. Desde la editorial le tomaron la foto a la autora para ponerla en la contraportada, diagramaron la tapa, editaron el estilo del texto y fijaron fecha de impresión.
Según Ardila, a principios de junio le dijeron que su libro entraba en cola de impresión, pero la fila se cortó. El 4 de julio, cuando esperaba tener el libro en sus manos, la citaron a una reunión extraordinaria en las oficinas de Planeta en Bogotá, en la que Mariana Marczuk le dijo que no iban a publicar el texto.
“En una conversación que no duró más de media hora me informaron simplemente que me iban a rescindir el contrato, que la corporación había decidido no publicar el libro, porque existía un riesgo alto de demanda que los podría afectar a ellos”, señaló Ardila al programa de podcast de su casa periodística.
El libro había pasado por revisiones editoriales y jurídicas de Juanita León, directora de La Silla Vacía, y la abogada Ana Bejarano, quienes dieron fe de la calidad periodística del texto. El libro llevaba varias semanas en fila de impresión, por lo que se detuvo cuando ya iba a ser publicado bajo el título de La Costa Nostra.
“¿Por qué decidieron no publicarlo? Porque les dio miedo [...] En otras palabras, no publicaron el libro por cobardes. Pero muy probablemente no por temor a una eventual demanda, pues no han mostrado esa cautela para publicar otros libros que también se refieren a grupos o personas con capacidad de entablar litigios”, señaló León en una columna acerca de la decisión.
La editora de La Silla Vacía señaló que los periodistas que han trabajado para el portal en la Costa han sufrido de hechos que tendrían el interés de censurar su labor. La misma Laura Ardila fue víctima de un hurto en Valledupar por parte de hombres armados que la abordaron al bajarse de un taxi.
Le quitaron todas sus pertenencias en lo que parecía ser un hecho de delincuencia común. Pero tiempo después la llamaron y le devolvieron el teléfono con toda la información borrada, sus documentos, pero no la libreta de apuntes. Ardila señala que hay varias intimidaciones que han sido registradas por la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP).
Ella describe la gravedad de los hechos que ha denunciado por su libro La Costa Nostra, así: “Los poderosos siempre quieren controlar el mensaje de lo que de ellos se dice. Eso de entrada implica un gran riesgo para cualquier periodista. Por eso es tan grave, no solo por mí y por tratarse de información de interés, sino porque manda un muy mal mensaje a otros colegas que quisieran hacer este tipo de investigaciones”, señaló.