El 8 de julio, el presidente Gustavo Petro salió a respaldar a su ministro de Defensa, Iván Velásquez —que ha sido criticado por la ola de violencia que vive el país en los últimos meses— con una indirecta a Diego Molano, ministro de Defensa de Iván Duque, quien fue cuestionado por asegurar, tras el bombardeo al campamento de alias Gentil Duarte en 2021 y en el que murieron menores de edad, que estos eran “máquinas de guerra”.
En Twitter y con una indirecta, el presidente Petro escribió que hay quienes en el país:
“Quieren ministros de defensa que dejen fusilar jóvenes, bombardeen niños y dejen pasar la cocaína. Para estas personas esos sí son los buenos ministros”
Y es que, a tres meses de las elecciones regionales, Colombia atraviesa una ola de violencia que ha traído consigo el asesinato de líderes sociales, atentados contra las comunidades y la Fuerza Pública, masacres, desplazamientos forzados y secuestros.
Otro que salió a defender al ministro Velásquez, fue el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, que, en Twitter, agradeció a su colega y al Gobierno nacional por los resultados de la incautación de insumos de cocaína y destrucción de laboratorios:
“Magnitud de incautaciones redujo precio de hojas de coca, oportunidad para cultivar café y cacao, gracias @mindefensa @Ivan_Velasquez_@petrogustavo. Los traficantes patalean desde @RevistaSemana, por algo será!! Gobierno del cambio avanza y la paz verdadera llegará. Adelante”
Hay que señalar que Semana reveló que existen contradicciones entre las cifras de la cartera y las de la Fiscalía y otros organismos internaciones, que dan cuenta que el panorama no es tan favorable como lo muestra el Ministerio de Defensa.
Según los informes de la Fiscalía, para febrero de 2023, solo se incautaron siete toneladas de cocaína, una cifra tres veces inferior al mismo periodo del año anterior; mientras que se destruyeron 45 laboratorios, 82 menos de los que se habían intercedido en el mismo mes de 2022.
Estas cifras, según Semana no coinciden con las presentadas por el Observatorio de Derechos Humanos del Ministerio, que registró que, entre 7 de agosto de 2022 y el 7 de febrero de 2023, se incautaron un 45% más de insumos de cocaína con respecto al mismo periodo, pero de la etapa 2021-2022.
La indirecta del presidente Petro a Diego Molano
Para volver al trino del presidente, hay que recordar que el 10 de marzo de 2021, el entonces ministro de Defensa, Diego Molano, antes de recibir el informe del Instituto de Medicina Legal, aseguró, para justificar la muerte de los menores de edad producto del bombardeo al campamento de alias Gentil Duarte, que las disidencias de las Farc, al reclutarlos los habían transformado en “máquinas de guerra”.
“Los entrenan durante mucho tiempo, los deshumanizan. Por eso, lo que tiene que hacer nuestra fuerza es desmantelar esas estructuras”, detalló en W Radio.
Molano, reculando, salió aclarar que se refería a que los hoy comandantes de las estructuras criminales fueron reclutados siendo niños y hoy son una amenaza contra la seguridad del país: “Estas son máquinas de guerra: Alias Gentil Duarte: reclutado por las FARC a los 17 años; alias Gabino: reclutado a los 14 años por el ELN. Hoy, estos dos son criminales, reclutadores, asesinos, secuestradores y extorsionistas”.
Sobre el bombardeo, que fue calificado por distintas ONG, grupos de defensores de derechos humanos, así como políticos de distintas orillas y periodistas, como un acto ilegítimo, Molano después explicó por qué este sí fue legítimo, así como las razones de sus señalamientos hacia los menores de edad y los argumentos de decidir bombardear.
Molano advirtió entonces que el bombardeo se dio por dos razones: la primera, porque hay una ley de orden público en Colombia que así lo permite y, la segunda, con la aplicación del Derecho Internacional Humanitario se establece que, cuando hay un campamento terrorista de estas características se permite el bombardeo de estas organizaciones.
También dijo que sus “expresiones se deben a la realidad de la guerra. Entiendo claramente que cuando hay reclutamiento forzado los menores de edad son víctimas. El tema es que, después de ser víctimas, ellos, las organizaciones ilegales, buscan convertirlos en menores combatientes para limitar a la fuerza pública y se convierten también en un riesgo para la sociedad cuando se vuelven adultos”.