Sostener una relación sólida entre Colombia y Estados Unidos ha sido una de las prioridades del embajador nacional en Washington, Luis Gilberto Murillo. De acuerdo con lo que reveló en una entrevista con la revista Cambio, se ha logrado construir una enorme confianza con el país norteamericano. El experto, oriundo en Andagoya, Chocó, comentó que ambos territorios tienen coincidencias en temas de valores, específicamente, en temas de “derechos humanos, la profundización de la democracia y la inclusión”.
De acuerdo con lo que mencionó al medio de comunicación reseñado, también hay similitudes en lo que respecta a retos y objetivos por cumplir. Con el Gobierno del presidente Gustavo Petro, dice, se ha ‘consolidado’ la relación. “Entendemos que ambos países han tenido cambios importantes que deben reflejarse en un nuevo momento de la relación. Y eso ha llevado a que se construya confianza. Hay mucha cercanía”, reveló.
Según relató, las rápidas acciones realizadas tras la posesión del Gustavo Petro como presidente de Colombia respecto al país norteamericano hizo que el proceso avanzara de la manera deseada. “Lo primero que se hizo luego de la elección del presidente Petro fue la llamada del secretario Blinken, la llamada del presidente Biden, la visita al más alto nivel con Jonathan Finer del Consejo de Seguridad, con Juan González y Bryan Nichols, con el representante de la vicepresidente Harris, para entablar un diálogo muy sincero, muy horizontal entre ambas naciones. Y eso ha dado sus frutos”, detalló.
Tal y como lo mencionó hay algunos temas que todavía son cuestionados por las autoridades extranjeras, por ejemplo, aquello que tiene que ver con el control de una de las problemáticas graves de Colombia: el narcotráfico. “Esto hace parte de las discusiones que se tienen en términos de la definición de políticas. Nosotros hemos planteado unas áreas estratégicas en este nuevo momento de la relación con Estados Unidos”, inició diciendo al respecto.
“En el área de defensa, seguridad y control del tráfico de narcóticos, sobre todo cocaína, hay coincidencia en los Estados Unidos con lo que se ha planteado en Colombia, de que la política de control de drogas no ha funcionado. Y ahí están los resultados: se sigue con una alta demanda, que mueve la oferta, y esa oferta se mide por el aumento de cultivos de coca en el país y el procesamiento de pasta de coca y cocaína. En ese sentido se requiere una nueva política”, argumentó.
La política nueva en la que se está trabajando, destaca, debe estar lista para finales de julio. La normativa, dice, no tiene precedentes “porque se está definiendo en diálogo con las comunidades”. Desde esa política, revela, se derivarán programas destinados a intervenir municipios en los que se concentra más del 70% de la coca que hay en territorio nacional.
Esta política tendrá particular énfasis en la erradicación manual. “A los cultivos que se consideran industriales, que son grandes cultivos de coca, se les va a aplicar erradicación forzosa. Y también se va a tener un mecanismo especial para cultivos que están en zonas sensibles ambientalmente o en zonas de comunidades. Eso quiere decir que se continúa con la erradicación, pero con un nuevo planteamiento en el que no se criminaliza a las comunidades que han sido obligadas a dedicarse a esta actividad porque no tienen otra oportunidad”, aclaró.
El tema de la paz en Colombia también es relevante para la política estadounidense. Según comentó Luis Gilberto Murillo, el país norteamericano apoya el trabajo que se adelanta desde el Gobierno de Petro para cumplir con ese cometido.
“(Estados Unidos) ha sido coherente, consistente en este apoyo que es bipartidista, y que se consolidó con el apoyo a la negociación en su etapa final y a la firma e implementación del acuerdo de paz con las antiguas Farc. Estados Unidos ha ratificado el apoyo a la implementación del acuerdo (...) en la visita del secretario Blinken a Bogotá, en su reunión con el presidente Petro y con la vicepresidenta Francia Márquez, con el acompañamiento del canciller Álvaro Leyva, se estableció que Estados Unidos asumía para Colombia un acompañamiento especial, un madrinazgo o padrinazgo del capítulo étnico del acuerdo de paz con las Farc. Allí se ratifica el apoyo a los esfuerzos de paz”, enfatizó.