Para nadie es un secreto que no es difícil encontrar colombianos en diferentes partes del mundo, pero hallar uno de ellos liderar el sector del turismo en un país extranjero no es nada habitual. Este es el caso de Sergio Álvarez Cárdenas, un antioqueño que llegó a Brasil a mediados del 2013 y que actualmente es uno de los guías turísticos más reconocidos en Río de Janeiro.
El protagonista de la historia, que fue compartida por El Colombiano, llegó a Río de Janeiro con el objetivo de disfrutar del Mundial de Fútbol Brasil 2014, certamen al que clasificó la Selección Colombia luego de 16 años de mantenerse ausente. Su llegada a territorio brasileño se registró luego de que realizara una travesía atravesando Bolivia, Chile y Perú.
Tras más de 20 días intentando entrar a Brasil por tierra, finalmente ingresó por la zona de Mato Grosso, en Bolivia, radicándose inicialmente en San Pablo. Fue después de conocer a otro par de colombianos en dicha ciudad que decidió partir hacia Río de Janeiro, pues sus compatriotas le habían manifestado que tenían familia en aquella zona y le podrían brindar algo de ayuda.
Los familiares de aquellas personas tenían un negocio de motos en la favela de Rocinha, una de las más populares y grandes de Río, con más de 800 mil metros cuadrados. Con un poco de susto, emprendió su aventura en esta zona de la ciudad en donde, según relata, lo recibieron muy bien, brindándole un trato muy ameno que hasta hoy en día conserva.
La favela es muy similar a un barrio popular de Medellín, de donde Álvarez es oriundo. Sus habitantes han intentado sacar el estigma que existe sobre la zona, a la cual se le ha tildado de insegura. Allí, Álvarez inició limpiando motos en el negocio de sus conocidos colombianos hasta el momento en el que logró legalizar su estadía en el vecino país, según relata el medio citado.
Una vez sacó la documentación brasileña, logró conseguir su primer empleo formal en un restaurante de Copacabana, trabajando como mesero y cumpliendo con algunas tareas extras. Su actitud lo hizo ganarse rápidamente a los clientes del establecimiento, quienes le entregaban buenas propinas a diario.
Con un trabajo estable, logró conseguir entradas para los partidos de la Selección Colombia contra Grecia y Uruguay, en el Mundial del 2014, cumpliendo así su objetivo inicial en territorio brasileño. Sin embargo, esa no fue lo único positivo que vivió en medio del campeonato que se disputó en el país sudamericano.
Con grandes cantidades de hinchas que viajaron para presencial la cita orbital, Álvarez se convirtió en un guía turístico para quienes visitaban el restaurante, ofreciendo paquetes turísticos, así como boletas revendidas para los partidos del certamen. Con ese tipo de ventas, el colombiano empezó a relacionarse con diferentes compañías turísticas que le pagaban comisiones por vender sus planes de turismo.
Al ver que su situación económica mejoraba, el antioqueño decidió abandonar el restaurante y crear su propia empresa de turismo junto a su esposa brasileña. Con ahorros que mantenía, así como con la liquidación de su más reciente trabajo, Álvarez fundó Rio Day Tours, compañía que se especializó inicialmente en dar a conocer la favela de Rocinha, lugar del que se considera “un hijo más”, según el medio de la ciudad de Medellín.
Pocos meses después, la empresa comenzó a ofrecer planes turísticos para los sitios más famosos de Río de Janeiro, tales como el Cristo Redentor, Pan de Azúcar, estadio Maracaná, entre otros. A pesar del rápido crecimiento de la empresa, a la cual le sumó personal, él mismo realiza el recorrido para decenas de turistas en la favela, tour que frecuenta de la mano con su prometida brasileña Dayana y su hija de nueve años.