El 29 de junio, un grupo de hombres armados con fusiles de asalto masacró a Rafael Julio Vega Cuello y a sus hijos Ray Jesús y Ronald Iván Vega Daza. Pese a la muerte de los tres hombres, la misión de los sicarios no se completó ya que objetivo era erradicar a la familia y al ataque sobrevivió un integrante, Roberto Carlos Vega Daza, quien burló a la muerte por tercera vez en cinco años.
El elaborado plan para acabar con la familia Vega Daza inició un mes antes de los hechos, cuando los sicarios profesionales alquilaron un local comercial en un centro comercial aledaño al conjunto residencial North Frontier, en el sector de Villa Campestre de Barranquilla. Desde ahí los delincuentes hicieron inteligencia con drones para verificar los puntos de acceso a la vivienda de los Vega Daza y armar una rutina de las víctimas.
Los delincuentes hicieron un hueco en el techo del local que arrendaron y desde ahí saltaron al conjunto residencial, para acabar con la vida de Rafael ‘Kike’ Vega, Ray y Ronald Vega Daza. Milagrosamente, Roberto Carlos Vega Daza solo resultó con heridas en su pierna izquierda y según dio a conocer el general Jorge Urquijo, comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, está fuera de peligro.
“Esta persona ya se encuentra fuera de peligro, en recuperación y por supuesto se le tomarán las entrevistas, los testimonios que correspondan de acuerdo a lo ordenado por los fiscales del caso”, afirmó el oficial de la Policía en una rueda de prensa en la que confirmó la captura de cinco presuntos integrantes de la red delincuencial ‘Los Costeños’, quienes se atribuyeron la masacre de los Vega Daza.
Se había salvado en dos oportunidades
Parece que la suerte está del lado de Roberto Carlos Vega Daza, quien burló a la muerte por primera vez en 2018, cuando grupos criminales contrataron a un sicario para que acabara con su vida y la de uno de sus hermanos; sin embargo, su sagacidad y buena puntería le permitieron salir con vida del atentado.
Cerca de las 8:30 p. m. del 14 de junio del 2018 los hermanos Ronald y Roberto Carlos Vega Daza bajaron de su carro y se sentaron en un parque ubicado sobre la calle 99 con carrera 59, hasta donde llegó un sicario de nacionalidad venezolana que intentó asesinarlos.
Los hermanos sacaron sus armas, respondieron al fuego del sicario y le quitaron la vida en el acto. El occiso fue identificado como Roberto José Rivera Parra, de 28 años, quien tenía experiencia en el sicariato pues presumía de sus armas a través de redes sociales, además tenía entre sus pertenencias la oración al santo juez, conocida popularmente como la oración del sicario; sin embargo, no pudo con los hermanos del clan de ascendencia guajira.
Pese a salir con vida del ataque, los hermanos Vega Daza no se libraron de las balas, Ronald fue impactado en ambas rodillas con proyectiles y Roberto recibió un tiro en el abdomen e, incluso, llegó a estar 35 segundos sin vida, según contó.
“No recuerdo cuando llegamos a la clínica. Los médicos le dijeron a mi mamá que estuve prácticamente muerto, sin signos vitales, cerca de 35 segundos. Le doy gracias a Dios por salvarme de la muerte”, dijo Roberto Vega Daza al diario Al Día Barranquilla.
El segundo episodio cercano a la muerte que vivió Roberto Carlos fue el 24 de octubre del 2022, cuando su familia hizo parte de otro enfrentamiento armado, pero en esa oportunidad con los clanes Escorcia y Ospino, relacionados con el narcotráfico en Colombia y Venezuela.
Los hechos se registraron en la fiesta del cumpleaños 23 de Jonathan Ospino Illera, a la que asistieron los Vega Daza, incluido Roberto Carlos. Según algunas versiones, cerca de las 7:00 a. m., el anfitrión de la fiesta intentó propasarse con unas mujeres que estaba acompañando a uno de los peligrosos clanes, lo que originó un intercambio de disparos entre los Escorcia, los Ospino y los Daza.
En la balacera, uno de los escoltas de los Vega Daza hirió de muerte a Jonathan Ospino Illera, lo que empeoró la situación y produjo que sus familiares se fueran en contra de la familia de ascendencia guajira. Los anfitriones acribillaron al homicida con seis tiros e intentaron matar a los Vega Daza, que huyeron ilesos del lugar de la fiesta, pero su camioneta recibió por lo menos 42 impactos de bala.