En medio de cantos celestiales y demás protocolos se han escondido miles de oscuros casos de pederastia, hechos que vinculan a algunos sacerdotes que continúan ejerciendo sus labores regidas al clero. En los últimos días, se conoció un presunto caso de violación que involucraba a una mujer y a un cura que aún estaría ejerciendo en el departamento de Antioquia. Este habría accedido carnalmente a la denunciante, la mujer asegura que tuvo que abortar.
A través de BBC Mundo, Natalia Restrepo expuso su caso que data de casi 20 años, pues el supuesto delito se cometió en 2004 según Restrepo. Todo este revuelo se da tras el proceso investigativo que adelantó el periodista Juan Pablo Barrientos, con relación a una importante serie de casos de violación dentro de la iglesia en 2022, año en el que la Arquidiócesis de Medellín expuso una lista de curas cuestionados por este tipo de delitos.
Respecto a lo expuesto por el medio citado anteriormente, Juan Pablo Barrientos aseguró que el sacerdote del que se habla en esta denuncia sería Iván Darío Restrepo Salazar. Infobae consultó sobre el paradero del sacerdote señalado por Barrientos y los últimos registros lo vinculan con la parroquia Nuestra Señora de La Asunción en Medellín.
En su testimonio, Natalia Restrepo detalla que desde niña siempre admiró el servicio al clero, anhelando algún día ser acompañante en el altar de los sacerdotes, sírvele a los mismos con las necesidades de la eucaristía y llegó a decirle a su abuela que se quería vincularse como acólita, alcanzando dicha designación a los 11 años.
Luego de ingresar como monaguilla a la parroquia Santa Gertrudis de Envigado, Natalia logró conocer a un carismático seminarista, quien animaba las misas de los domingos con su guitarra y le cambiaba la armonía a las mismas. En medio de su proceso, este fue designado como sacerdote y empezó a oficiar en la misma iglesia, desde el año 2002.
Pasados los meses, el sacerdote habría invitado a Natalia Restrepo a una reunión de jóvenes vinculados con la parroquia, esto ya era habitual, teniendo en cuenta que la entonces menor de edad acompañaba al cura a otros espacios de sanación y promulgación de la palabra. Según ella, todo se dio un sábado, cuando salieron de la reunión, estuvieron en una misa y posteriormente fueron al municipio de Sabaneta.
Sobre dicho momento, BBC citó el relato de la mujer:
“Un sábado después de la reunión del grupo juvenil, el padre me pidió que lo acompañara a una eucaristía en un club de un barrio de clase alta de Medellín, y de ahí me llevó a Sabaneta, un municipio cerca de Envigado, a una especie de restaurante al aire libre en el que vendían carne asada”.
Luego del haber comido, subieron al carro y Natalia Restrepo pensó que el sacerdote la llevaría a su casa; sin embargo, la ruta cambio. Así lo explicó en su relato.
“Estuvimos como una hora, comiendo y tomando algo. Luego nos subimos al carro, pero esta vez no me llevó a mi casa, sino a un motel, que todavía existe”.
Si bien, todo parecía normal en un principio, la supuesta estancia en un motel hizo reflexionar a Natalia, quien le preguntó al cura por qué estaban ahí. “Padre, por qué me trae acá'’, le habría preguntado. La respuesta del sacerdote llamó su atención, pues este habría asegurado que no estaba bien visto que un cura ingiriera alcohol: “Un sacerdote bebiendo es feo”, le dijo.
Ya en el lugar, el señalado sacerdote habría empezado a beber y con el paso de los minutos su actitud cambió, acercándose a Natalia Restrepo e intentando despojarla de sus prendas, en donde según ella, le aseguró que estaba enamorado y quería besarla, que simplemente se dejara. A pesar de que ella se resistió e intentó evitar la situación, golpeando la puerta y pidiendo ayuda, el cuestionado padre le dijo que nadie la iba a escuchar, afirmó.
El llanto en la víctima fue desconsolado en medio de esa situación, describe, pues a pesar de las súplicas, el cura habría procedido con el acto carnal, según lo que menciona Natalia Restrepo. Este tipo de situaciones fueron recurrentes, pues semanas después, supuestamente el hombre llevó a Natalia a un cuarto de la casa cural e hizo que ella lo viera masturbándose, descrito en las palabras de la mujer y versión.
Con el paso de los días, Natalia Restrepo se dio cuenta de que algo estaba mal en su cuerpo, procedió a hacerse una prueba de embarazo y el resultado fue positivo. La entonces adolescente habría procedido a contarle al sacerdote y, según ella, el hombre le aseguró que lo único que ella pretendía era “dañarle la vocación”. Con la excusa de ayudar a Restrepo a recuperar la menstruación, describe que fueron la a una farmacia y este compró unas pastillas, cuyo efecto era desconocido para la denunciante.
Luego de tomar las misteriosas pastillas en medio de lo que serían gritos y regaños por parte del cura, los efectos fueron visibles y Restrepo tuvo que recurrir a una clínica para que le practicaran un legrado, pues los residuos del aborto aún estaban dentro de ella. La familia de la menor se enteró y ella buscó negar a toda costa el caso que actualmente denuncia, pero con los días, pasó al olvido.
Con el paso de los años, la víctima se armó de valor y denunció el caso ante la oficina de la Curia de la Arquidiócesis de Medellín, en donde fue atendida, pero la respuesta no fue la que esperaba, aclaró:
“Además, en ese tiempo me sentía culpable por haber abortado. Estaba confundida y pensaba que lo que había hecho era un pecado muy grave. Recuerdo que me atendió un sacerdote que tomó nota en un libro, a mano. Cuando terminé, me dio una palmadita en el hombro y me dijo que tenía que perdonar, “que ellos son hombres y que también cometen errores”, citó BBC sobre el relato de Natalia Restrepo.
La desesperanza se apoderó de Natalia Restrepo, que finalmente busco refugio en otros espacios y al alcanzar la adultez viajó a Chile para hacer una nueva vida. En 2022 decidió viajar a Colombia para visitar a los suyos y afrontó nuevamente dicha realidad, decidió ir a la iglesia y denunciar el caso, en donde le respondieron que era una situación grave y tenía que ser asumida con pleno rigor, pero había que tener en cuenta el tiempo, ya que habían pasado más de 10 años.
Para Natalia Restrepo, el único anhelo que tiene por ahora es que se haga justicia, simplemente que el cura pague por sus delitos y asuma su responsabilidad, afirmando que no es justo que este siga profesando palabras de santidad en medio del pecado.