Agente de tránsito involucrado en la muerte del motociclista Daniel Ibáñez en Bucaramanga está siendo investigado: ya declaró ante la Fiscalía

La muerte de Daniel Ibáñez en Bucaramanga (Santander) el miércoles 5 de julio desató una oleada de protestas y disturbios en la ciudad. El joven, de 21 años, falleció en un accidente en que estaría presuntamente involucrado un agente de tránsito de la ciudad.

Varios fueron los interrogantes relacionados con las causas del accidente de tránsito que se presentó en uno de los carriles del sistema de transporte Metrolínea, y los reclamos de motociclistas y los familiares de Ibáñez.

Con todo ello, las autoridades determinaron en las primeras horas del jueves 6 de julio abrir una investigación para esclarecer lo ocurrido. Fue el mismo alcalde de la ciudad,, Juan Carlos Cárdenas, quien anunció que la investigación se adelantará en dos frentes: disciplinario y penal.

“Iniciamos investigación disciplinaria al agente de tránsito involucrado en los hechos lamentables de ayer que nos dejan un joven fallecido en la vía Floridablanca-Bucaramanga. Ya ha rendido declaraciones ante la Fiscalía. Solicité avanzar de manera URGENTE en la investigación para esclarecer los hechos”, aseguró el mandatario en su cuenta de Twitter.

Conforme al reporte de las autoridades, el motociclista Daniel Ibáñez supuestamente intentó evadir un control de la Dirección de Tránsito de Bucaramanga (DTB) en el sector del Diamante; el joven habría omitido la señal de pare y justo cuando aceleró, para presuntamente escapar, perdió el control de la moto y cayó abruptamente sobre la vía. El fuerte golpe que recibió en la cabeza le quitó la vida de manera inmediata.

Por su parte, Carlos Bueno, director de Tránsito de Bucaramanga, comentó al respecto: “Testigos en el lugar afirman que el hecho se presentó cuando el motociclista transitaba por el carril exclusivo y se percató de un puesto de control. Al intentar salirse y evadir a la autoridad, perdió el control de su motocicleta y chocó violentamente contra el pavimento, por lo cual lamentamos el suceso y hacemos llegar nuestras condolencias a la familia del motociclista”.

Varios de los transeúntes en el lugar reaccionaron de inmediato, por lo que un grupo de personas intentó auxiliar al motociclista, aunque estas actuaciones no tuvieron respuesta. Además, otro grupo de ciudadanos intentó hacer justicia por mano propia y linchar a los agentes de tránsito que estaban adelantando el operativo, pues aseguraron que el accidente fue provocado por ellos.

Tras el fatal hecho, el director de Tránsito de la ciudad, Carlos Bueno, desmintió un supuesto ataque por parte de un agente adscrito a esa entidad, y aseguró que el fallecimiento del motociclista Daniel Ibáñez fue producto de un accidente.

Bueno explicó que el hecho ocurrió cuando la víctima fatal transitaba por el carril exclusivo de Metroplus. Al ver el control que adelantaban las autoridades correspondientes muy cerca de la estación del Diamante, intentó huir y en esa acción perdió el control de la moto.

En esa misma línea, el funcionario aseguró que la entidad solicitó el apoyo de la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación para adelantar todas las diligencias pertinentes en este caso y así esclarecer lo ocurrido sobre las 7:30 a. m. del miércoles 5 de julio.

Además, pidió apoyo de la Policía de Bucaramanga para hacerle frente a la situación de orden público que se desató por la muerte del joven, especialmente ante los ataques contra las instalaciones de la Dirección de Tránsito, a donde tuvo que acudir el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad).

El joven motociclista Daniel Felipe Ibáñez Martínez, de 21 años de edad, se desempeñaba como trabajador de una joyería del sector de Los Pinos, al oriente de la meseta de Bucaramanga. La víctima, quien además era oriundo de Floridablanca, estudió en el Colegio Gabriela Mistral y había cursado algunos semestres de la carrera de Topografía en el Sena.

Conocido por ser un joven amable y simpático, Daniel Ibáñez era el mayor de cuatro hermanos, con quienes vivía junto a su madre, Isaura Ibáñez, en zona urbana de Floridablanca, Santander. Según contaron sus familiares, el joven había adoptado su primer y segundo apellido de su madre y de su abuela, Marina Martínez, respectivamente.

Dentro de sus aspiraciones estaba viajar a los Estados Unidos, donde se encuentra su madre actualmente, razón por la cual se encontraba haciendo un curso de inglés alterno. Daniel también fue un amante de los gimnasios y mantenía una relación estable con una joven.