Casi tres meses después del paro minero y tras un mes del atentado que dejó dos muertos y 14 heridos en la mina Zijín Continental Gold, ubicada en Buriticá (Antioquia), la Procuraduría General de la Nación y la Fiscalía, junto con la Policía y el Ejército, se internaron en los socavones de la minera internacional.
Las autoridades dieron a conocer un balance de los hallazgos de la visita, en la que evidenciaron la fuerte presencia armada del clan del Golfo en los túneles de la montaña, donde se encontraron algunos cilindros que iban a ser cargados con explosivos, mechas explosivas y escopetas, las cuales usan los delincuentes para atentar contra las autoridades y los trabajadores legales de la Zijín Continental Gold.
Entre el armamento encontrado fueron identificadas algunas rampas de lanzamiento, desde donde los ilegales arrojan los artefactos explosivos para hacer los túneles y atacar a los integrantes de la minera internacional.
“Durante el último mes, se han multiplicado los ataques con armas largas y explosivos de uso privativo de las Fuerzas Militares contra trabajadores y vehículos de la empresa multinacional Zijín Continental Gold e integrantes de la Policía”, dijo la Procuraduría General de la Nación.
El ente regulador estableció que los criminales han cavado túneles artesanales de al menos 400 metros desde el casco urbano del municipio hasta los socavones de la empresa, para tomárselos a la fuerza y realizar la extracción ilegal de oro, que es aproximadamente de 2 toneladas anuales, generando pérdidas cercanas al billón de pesos y que deja de recibir el Estado por parte de la multinacional minera.
“Acá la problemática social hace que muchas personas de todo el país lleguen y en el parque (de Buriticá) los incorporan y los meten con los ojos cerrados, y los meten como en las películas para que no sepan dónde está el ingreso”, establecieron las autoridades en diálogo con El Colombiano.
De acuerdo con el relato, los ilegales se ubican en casas del casco urbano y desde los baños o comedores empiezan a cavar túneles artesanales para llegar hasta los socavones de la mina, donde permanecen entre 20 y 40 días extrayendo oro, llegando a conseguir entre 8 y 10 millones de pesos en material; sin embargo, deben pagarle una alta cuota al clan del Golfo y no pueden salir sin permiso de los paramilitares.
Según dio a conocer el coronel Andrés Ossa Muñoz, comandante del batallón Pedro Nel Gómez, dentro de las minas hay hasta cocineras que se encargan de alimentar a los trabajadores del clan del Golfo. “Las cocineras, que además de preparar alimentos, satisfacen los deseos sexuales de los mineros atrincherados por días, las armas usadas en el control bajo tierra y los insumos que sus hombres no logran detectar y terminan en un viaje directo al centro de las minas”, dijo el oficial en entrevista con El Colombiano.
Es tal el control del clan del Golfo sobre los mineros ilegales, que tienen registro con números de cédula de quienes están en las minas, los días que llevan dentro, la cantidad de oro que extraen, los permisos de trabajo de los mineros y hasta las multas o castigos que les imponen a quienes no pagan la cuota exigida por trabajar en las entrañas de la montaña.
Las autoridades indicaron que cerca del 60% de los túneles de la mina están bajo el control del Clan, que solo en el 2023 ha perpetrado 5 mil ataques contra los trabajadores de la Zijín Continental Gold y la Fuerza Pública.
La Procuraduría estableció que con la información recaudada, se hará una reunión con funcionarios de Estado para definir soluciones urgentes a la ‘fiebre del oro ilegal’ que está pone en riesgo la vida y los derechos de al menos 5000 empleados de la minera y 22 mil entre habitantes y población flotante de este municipio.