Una organización criminal con nexos en varios departamentos del país y un origen en el paramilitarismo estaría detrás de una masacre en el municipio de Soacha, Cundinamarca. Se trata de la banda Los Paisas, la cual ha ganado notoriedad por sus crímenes, como el homicidio de un padre y sus dos hijos, uno de ellos de 15 años, por aparentemente no pagar una extorsión.
El hecho ocurrió el primero de julio en el barrio Rincón del Lago en un montallantas de una de las víctimas. Dos de los presuntos asesinos de origen cartagenero y que pertenecían a la banda Los Paisas fueron capturados, según el reporte del coronel Diego Fernando Vásquez, comandante de la Policía Metropolitana de Soacha.
Esta banda tiene su origen en los grupos remanentes que se conformaron tras la desmovilización paramilitar de las AUC en el 2006. Se cree que habría entrado a formar parte de las organizaciones que le servían a la Oficina de Envigado para actividades de sicariato y tráfico de drogas. Pero durante las disputas y golpes de las autoridades, se fueron dispersando.
Las autoridades le habían atribuido hechos a esta estructura desde hace décadas, principalmente en 2012 cuando se estableció que había llegado a Suba para disputar a Los Boyacos el control del tráfico de drogas. Pero su actuar en la capital era poco conocido hasta los años siguientes.
Hacían parte de la organización El Mesa, pero fueron conocidos en el centro del país como Los Paisas. A ellos se les atribuyó el asalto a un carro de valores en Bogotá en el 2003. También se caracterizaron por prácticas como abandonar cuerpos en zonas públicas e incluso dirigir centros de formación delincuencial durante sus planes de expansión.
Desde el 2018, las autoridades evidenciaron la presencia de esta estructura en la frontera entre Bogotá y Soacha, la localidad de Ciudad Bolívar y el sector de Cazucá. La Defensoría del Pueblo les hizo seguimiento por dinámicas de control territorial y la captura de sicarios de Medellín en el municipio cundinamarqués. Así mismo, se tenía registro de su presencia en Kennedy y Bosa, esta última como zona de tránsito.
Para ese momento, Los Paisas estaban extendiendo su control en Cazucá hacia otros sectores de Bogotá para hacerse con el tráfico de estupefacientes. “Se ha identificado que este control ha generado enfrentamientos con bandas delincuenciales como los Costeños y los Sayayines del antiguo Bronx de Bogotá en las zonas limítrofes señaladas, así como la amenaza a líderes juveniles y miembros de Juntas de Acción Comunal, por parte de esta estructura armada ilegal”, señaló la Defensoría.
Para el 2019 ya habían logrado su presencia en territorios de frontera de la capital y alcanzaban a llegar a Suba. En ese propósito, habían dejado en evidencia la sevicia de sus crímenes, que tenían el propósito de ser “ejemplarizantes” para sus enemigos y rivales, con desmembramientos, desapariciones, amenazas entre otros. Incluso se identificó una casa de pique en Altos de Cazucá.
En ese año se logró la captura de Luis Rodrigo Rodríguez, alias El Montañero, quien era el encargado del suministro de drogas a la organización, lo que llevó a un reacomodamiento de la estructura, pero que logró consolidarse el año siguiente en medio de la pandemia. Esta operaría por medio de varias banda delincuenciales locales desmanteladas y reemplazadas periódicamente.
Para el 2021, Los Paisas continuaron con su expansión y llegaron a la esquina norte. Según la Defensoría esta estructura habría llegado a disputar el control de ese sector con otras bandas, lo que podría ser la causa de un significativo aumento del número de homicidios en Usaquén para el año anterior.
El interés de estas estructuras era controlar los nodos noroccidental y suroccidental que son claves para el narcotráfico hacia ese sector del país y la capital. Estos delincuentes también habrían emprendido el control de economías ilícitas como el sometimiento de mujeres y niñas a esclavitud sexual, las extorsiones, el sicariato, entre otros.