Llegada la mitad de año las ventanas de fichaje alrededor del mundo poco a poco comienzan abrirse, y con los préstamos expirando, los clubes preparan el regreso de sus jugadores para determinar su nuevo futuro.
Este es el caso del colombiano Jorman Campuzano, quien dejó de vestir la casaca del Giresunspor de Turquía, luego de que su contrato en condición de préstamo venciese a mitad de este año. El conjunto turco no hizo efectiva la opción de compra que tenía dentro de la documentación contractual y el volante de marca alistó las maletas y regresó a Boca Juniors, club dueño de sus derechos deportivos.
El cafetero aterrizó en el aeropuerto de Ezeiza y dentro de sus primeras declaraciones tras su retorno a Argentina afirmó que lo primero que hará es encontrarse con el director técnico del xeneize Jorge Almirón para conversar y tener claros los objetivos que busca el timonel con él:
“Gracias a Dios fui a hacer un lindo trabajo en Turquía, que era sumar minutos, el profe Jorge me conoce, habló conmigo, me voy a encontrar con ellos ahora y tomarán la mejor decisión”.
Posteriormente, afirmó que el hecho de que Almirón haya sido quien pidió su regreso no representa una ventaja sobre el resto de sus compañeros para tener minutos de juego; todo lo contrario, precisó que para encontrar un puesto en el equipo titular deberá dejar su mejor esfuerzo y juego en el campo, mejor dicho, “volver a ganarse todo a pulso”:
“Más que motivación extra que esté Jorge, es lo que hagas tu en cada partido y en cada entrenamiento, por más que conozcas al profe tienes que entregar el 100% de ti, y eso es lo que vengo a hacer. Hay jugadores en esa posición que lo hacen bien y los respeto mucho entonces hay que hacer las cosas adentro de la cancha. Por más que yo conozca a Jorge trato de dar lo mejor de mí donde me toque”
Luego habló de lo que fue su capítulo más duro de su vida, que lo obligó a ponerle pausa a su carrera en Boca: la pérdida de su hijo. El volante de marca dejó claro que su salida no se dio por culpa de las directivas o el club, sino que fue una situación que no le dejó mostrar su mejor cara en el césped, lo cual es humano y entendible:
“No somos una máquina, no somos perfectos. Sé que pasaron cosas por mi cabeza que influyeron, no fue culpa de Boca. Yo nunca culpo al club, a los directivos ni a mis compañeros. Hubo algo que sí puedo decir que me afectó mucho, que fue la pérdida de mi hijo...”
Campuzano salió de Boca en septiembre del año pasado, pero aun así con la camiseta azul y oro ha acumulado buenos números, incluso ha podido llenar sus vitrinas personales. El oriundo de Tamalameque ha jugado más de 90 partidos oficiales con Boca y acumula 6 títulos con el equipo.
A pesar de tener encima la dura carga emocional que conlleva este tipo de situaciones, el mediocampista intentó sacarle el mejor provecho a su paso por Europa, siendo su rendimiento suficiente para ser convocado a la selección Colombia.
En su paso por el viejo continente, Campuzano estuvo presente en un total de 27 partidos con el Giresunspor, en los que anotó dos goles y sumó más de 2.100 minutos de juego. Esto lo llevó a ser convocado por el seleccionador Néstor Lorenzo para defender la casaca de la tricolor en el amistoso internacional ante Estados Unidos, encuentro en el que jugó los 90 minutos completos.