Tras el hundimiento en el Congreso del proyecto de ley que buscaba regular el uso del cannabis recreativo en adultos, el presidente Gustavo Petro anunció que se tomarán medidas desde el Gobierno nacional para avanzar en la consolidación de la nueva política antidrogas.
Sobre esto, no solo indicó que el Ejecutivo buscará los mecanismos que permitan la construcción de esa política, sino que ‘rajó’ al Legislativo al no aprobar esa iniciativa.
“Lamentablemente, el Congreso de la República no estuvo a la altura para esta vez”, sostuvo el jefe de Estado durante el martes 4 de julio. También recordó que es justamente esta rama del poder la que, según su concepto, debe liderar las transformaciones a la política de drogas actual, la cual ha sido considerada por él mismo como un “fracaso”.
“Colombia debe liderar, si no es en el Congreso a partir del Gobierno, las posibilidades de un cambio que permita más realismo de tener los procesos nefastos que se están desarrollando en el consumo de Estados Unidos a partir del fentanilo”, sentenció el primer mandatario.
Esta crítica al Congreso fue mencionada por Petro durante la posesión de Laura Gil y Alejandro Peláez como embajadores de Colombia en Austria y Corea del Sur, respectivamente. En la ceremonia adelantada en Casa de Nariño, el presidente insistió en que estos funcionarios deben gestionar avances que permitan a Colombia consolidar la política contra las drogas, cuya principal medida está centrada en la interdicción y la sustitución de cultivos de uso ilícito.
“Es la Convención de Viena lo que tiene que ser modificado para que no siga produciéndose tanta violencia ni en Colombia ni en América Latina, tema del que hemos hablado ya bastante”, sostuvo Petro sobre el cambio que debe estar liderado por Laura Gil desde su cargo.
Durante el primer trimestre del año, el Comité de Relaciones Exteriores del Congreso de Estados Unidos emitió varios reparos sobre la propuesta de la administración Petro de transformar la política actual contra las drogas. En marzo, el Departamento de Estado había emitido su informe anual sobre lucha contra las drogas en el mundo.
En el documento quedó expresa la recomendación a Colombia de mantener un “robustecido” programa de erradicación de cultivos de coca, ahondar en las iniciativas de erradicación voluntaria y desplegar a más zonas las operaciones de interdicción lideradas por las Fuerzas Militares y de Policía tanto de cocaína como de insumos para la fabricación de estupefacientes.
“La Policía y el Ejército colombianos han impedido que cientos de toneladas métricas de drogas lleguen a los Estados Unidos anualmente a un gran costo financiero y humano, tanto en sus fuerzas como para erradicadores”, reseñó el informe. Sin embargo, congresistas como el republicano James Risch cuestionó por qué no fueron erradicados cultivos de uso ilícito durante enero.
En respuesta, Brian Nichols, subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, dijo que el presidente Petro había expresado a la Casa Blanca sus intenciones de “reevaluar” la política antinarcóticos impuestas en gobiernos anteriores.
“Esas discusiones de cómo se haría se mantienen, pero creemos que es muy difícil tener éxito si no hay presión frente a los cultivos, especialmente antes de que un programa de erradicación voluntaria esté funcionado”, agregó el funcionario de la administración Biden.
Sumado a estas preocupaciones, en el Congreso de la República hundió (por cuarta vez) el proyecto de ley que buscaba regular el cannabis de uso adulto. Sin embargo, Juan Carlos Losada, congresista autor de la iniciativa, indicó que en la segunda legislatura será presentada nuevamente la ponencia para que sea aprobada por Cámara y Senado. “El fracaso de la guerra contra las drogas es evidente y el planeta entero va en la dirección que estamos planteando”, sostuvo sobre esa ‘derrota’ política en diálogo con El Espectador.