En días pasados, la ocurrencia de una masacre en Colombia se tomó nuevamente los titulares de la prensa nacional. El clan Vega, familia reconocida por dedicarse a labores delictivas en el país, fue víctima de tres bajas tras un ataque de sicarios. Con un fusil, los sujetos, que llegaron hasta el conjunto residencial North Frontier, en el sector de Villa Campestre, en Puerto Colombia, terminaron con la vida de tres personas de esa familia. En medio de los hechos, quedaron vivos otros integrantes de aquella colectividad, al parecer, luego de que el sicario les perdonara la vida. ¿Por qué?
De acuerdo con lo que explica el especialista en temas de seguridad, Arturo García Medrano, los Vega “pasaron de ser representantes de una familia de la región Caribe, concretamente de La Guajira -que evolucionó hacia el Atlántico hace ya 20 años y que iniciaron en unas actividades delincuenciales como se conoce en su región-, para posteriormente convertirse en un elemento fundamental de lo que es el accionar delincuencial (...) en Barranquilla y en el área metropolitana de esta ciudad. A estas alturas, surgen informaciones de numerosos acontecimientos delincuenciales de los que se acusaba a este llamado clan”.
Según hipótesis de las autoridades, el sicario dejó con vida a Roberto Carlos Vega Daza y a su madre, Maili Daza, porque quienes mandaron a asesinar a los demás integrantes de la familia pretenden recibir algo a cambio. Según comentó una fuente conocedora del caso al diario El Tiempo, “es posible que les estén exigiendo entrega de bienes y de dinero”. Aunque Roberto y su mamá quedaron vivos, él quedó con heridas en su pierna izquierda tras el ataque.
“Tenemos tres personas fallecidas, miembros de una familia, familia Vega, padre, dos hijos. Estas personas ya habían tenido un atentado contra su integridad en el 2018 aquí en Barranquilla. Los móviles son materia de investigación, ya están todas las capacidades institucionales en este momento lideradas por la Fiscalía General de la Nación y la Policía Judicial”, informó para el momento de los hechos el comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, el general Jorge Urquijo.
“La Policía Metropolitana de Barranquilla dispuso un equipo investigativo para esclarecer los hechos ocurridos en el sector de Villa Campestre, del municipio de Puerto Colombia, en los que tres personas perdieron la vida y una más resultó lesionada. La Gobernación del Atlántico y la Alcaldía de Puerto Colombia ofrecen una recompensa de hasta $100 millones por información que pueda servir para el pronto esclarecimiento de este caso”, añadió la autoridad.
La masacre ocurrió el pasado jueves 29 de junio sobre las 4:35 de la tarde. Los hechos fueron la materialización de amenazas que venían circulando con anterioridad, pues, en espacios públicos de sectores exclusivos de Barranquilla empezaron a aparecer carteles de ‘se busca’ con las imágenes de Rafael Vega Cuello y sus hijos Ray de Jesús, Ronald y Roberto Carlos. Aquellos hostigamientos terminaron convirtiéndose en una ráfaga de más de 30 disparos que terminó con la vida Rafael Julio Vega Cuello, Ronald y Raily Vega Daza.
La investigación de los hechos ahora está en manos de una fiscal especializada en Bogotá. Lo que se conoce hasta el momento es que las personas que están detrás del homicidio rentaron un local de comidas, por un valor de nueve millones de pesos, para usarlo durante 10 días. El establecimiento se encontraba ubicado cerca al lugar de los hechos, por lo que era un punto estratégico. Los sicarios habrían accedido al interior del conjunto residencial fingiendo ser obreros: se disfrazaron y portaron las armas como si fuera material de construcción.
“Encontramos en la bodega del local otros fusiles de largo alcance mimetizados en cavas de hielo. Además, se estableció que utilizaron un pequeño camión de carga para entrar las armas”, comentó al diario El Tiempo una fuente judicial.