Desde el municipio de Albania, en La Guajira, el presidente Gustavo Petro sentenció que no debe haber explotación de carbón a cielo abierto en el país, hecho que, según el mandatario, es una determinación para luchar en contra de cambio climático y potencializar la transición energética.
“La posición del Gobierno nacional es que no debe haber expansiones de explotaciones de carbón a cielo abierto porque eso ya no tiene ningún sentido económico”, dijo.
Además, el mandatario señaló que no está de acuerdo con una posible expansión de la mina Cerrejón, la cual se dedica al carbón en el departamento de La Guajira. El mandatario ha dejado ver lo que piensa del carbón sin tapujos, lo ha calificado como un “veneno”.
Añadió que, “ahora, si esta es la realidad, plantear una expansión del Cerrejón es un absurdo. Un absurdo económico. Y si eso se está planteando en el territorio, que estoy viendo los papelitos, que sí (...) pues el Gobierno de una vez les va a decir que no”, puntualizó.
De igual forma, aseguró que los empresarios que están en este negocio tienen que ir cambiando el modelo que existe. De hecho, resaltó que lo que actualmente se espera es que se cierre el negocio del carbón.
“Incluso desde el punto de vista empresarial pensar en una ampliación de explotación de carbón, hoy realmente sería un suicidio con los accionistas de la empresa, a menos que quieran es sacarnos el dinero a partir de demandas jurídicas (...) hoy nadie que esté metido en el negocio del carbón en el mundo, planea ampliar el negocio del carbón”, agregó.
En varios discursos, Petro ya había dejado clara su posición frente al proyecto del Cerrejón, asegurando que es un modelo que no funciona porque “le va a quitar sostenibilidad real, no económica, sino vital” y añadió que no ha habido un acuerdo con la comunidad wayuu, una de las más afectadas.
“(...) Si se quiere que los proyectos sean sostenibles en el tiempo, duren décadas, dos décadas, lo que sea calculado, tiene que haber un pacto con las comunidades wayuu, permanente, no esporádico al inicio”.
Agregó que las comunidades terminan afectadas de alguna forma: “Sobre el pacto yo sería crítico de ello. Con el sistema tradicional de proyectos en Colombia, se hace un proyecto, le dan permiso en unas instancias, invitan a la comunidad a que diga qué quiere y ahí viene una pelea, una compensación, sea dinero, sea especie, viene una pelea entre la comunidad”, manifestó Petro.
Así, insistió en un acuerdo real que permita a las comunidades beneficiarse de las actividades económicas: “Un pacto wayuu permanente, que aquí se le denomina pacto energético, implica una asociatividad, es decir, la comunidad wayuu, las asociaciones wayuu, etcétera, deben ser socias de los proyectos; al ser socias, parte de la utilidad pasa a las comunidades y entonces durante 10, 15 o 20 años, lo que dure, va a haber un flujo permanente para que esas comunidades vayan resolviendo problemas de los más agudos a los menos”.
Finalmente, el presidente señaló que en el negocio del carbón también hay corrupción y se priorizan beneficios a particulares y no a la sociedad:
“Ese modelo es por una sola vez. Llega el proyecto X, 100, 200, 500 millones de dólares, logra sus consultas para la autorización, empieza a construir y nunca más vuelve a ver a las comunidades. Las comunidades se gastan lo que les dieron y de pronto empiezan a ver al cabo de los años, cuando los niños crecen, que la empresa está ahí, que está ganando y que la comunidad cedió sus derechos y que ya no la voltean ni a ver”.