En una emotiva ceremonia militar, el Batallón de Ingenieros de Combate N°8 Francisco Javier Cisneros de la Octava Brigada del Ejército Nacional despidió con honores a cuatro caninos antiexplosivos que sirvieron por más de cinco años en el Eje Cafetero y otras zonas del país.
Axxel, Susi, Tasha y Kana, dos labradores y dos belga malinois, fueron reconocidos por su valentía y destreza en la detección de minas antipersonales y artefactos explosivos. Estos valerosos perros participaron en numerosas operaciones militares, donde su olfato agudo y entrenamiento impecable resultaron fundamentales para el hallazgo y neutralización de artefactos explosivos.
“Quiero informarle a la comunidad que nuestro Batallón de Cisneros tiene para bien terminar el servicio de cuatro ejemplares caninos que sirvieron para salvar vidas. Cuatro caninos que ya cumplen su ciclo de vida y que van ahora a ser adoptados por los mismos soldados que los tuvieron”, informó el coronel Carlos Eduardo Vanegas, comandante de la Octava Brigada, a través de un video publicado en redes sociales.
Durante su destacada carrera, estos binomios caninos llevaron a cabo misiones en áreas de alto riesgo, incluyendo zonas con presencia de Artefactos Explosivos Improvisados (AEI) y tareas de erradicación de cultivos ilícitos. Su desempeño fue vital para garantizar la seguridad de los pelotones militares y proteger a la población civil en lugares como el departamento del Caquetá y Putumayo.
“Desde cachorros, estos ejemplares fueron entrenados por sus guías, para las tareas de identificación de explosivos, creando así, una relación de respeto, amistad, confianza y camaradería y por ello cada equipo es llamado: binomio canino, una cohesión clave para obtener el éxito de las operaciones”, explicaron las Fuerzas Militares en un comunicado.
“Le agradezco mucho a las alcaldías de La Tebaida y Montenegro por haber condecorado a nuestros caninos, darles las máximas distinciones a estos ejemplares que después de años de servicio pasan al buen uso del retiro. Hoy con esta ceremonia queremos agradecer a los guías caninos que permitieron salvar las vidas a lo largo y ancho de la jurisdicción, decirle a la comunidad que nosotros somos los principales protectores de nuestros animales. Al término de este servicio les damos una adopción, una familia, para que sigan teniendo el cariño de nuestros soldados”, indicó el coronel Vanegas.
Fuerzas Militares: “Todos tenemos un perro Wilson dentro de nuestro corazón”
Wilson, uno de los perros que acompañaba la Operación Esperanza, se perdió. Y así como los niños se volvieron un símbolo para todo un país, el perro lo hizo con los amantes de los animales. Este pastor belga malinois de tan solo dos años de edad, nació en Chiquinquirá, Boyacá, en el centro de reproducción canina del Ejército Nacional.
Su madre, Drugia, dio a luz a cinco cachorros, Wilson era el más fuerte de la “Camada W”- llamada así porque todos los cachorros fueron bautizados con nombres que inician con esa letra- y se formó durante 14 meses en la Escuela de Ingenieros Militares.
“Era el perro que estábamos buscando: fuerte, que no tuviera miedo, que fuese muy curioso”, recuerda Edgar Fontecha, instructor del centro de entrenamiento canino. Tal vez por eso fue elegido para esta misión junto a su guía, Cristian Lara. “Se dice que el perro rompió la cuerda que lo ataba a Lara y arrancó a hacer lo suyo, a seguir el rastro de los menores hasta que se perdió”, indicó Fontecha.
Y cumplió su misión. La condecoración a Drugia es “el punto final de la historia”. Incluso, para los uniformados, las esperanzas para encontrar al canino son muy escasas debido a las condiciones de la selva.
“Todo tiene un fin y hay que ser sensatos con esto. Nuestro Wilson hizo un gran trabajo, pero también hay que ser conscientes del lugar en el que está. Hemos hecho absolutamente todo lo posible. Hemos puesto comida en puntos claves, lo que pone en alto riesgo a nuestras tropas”, destacó el general Pedro Sánchez, comandante de las Fuerzas Especiales de la Operación Esperanza.