Fuertes fueron las afirmaciones de José Félix Lafaurie, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), sobre la situación por la que atraviesan hoy cerca de 18.000 productores de leche en el Cauca.
Según el funcionario, los altos costos de manutención y las pocas ofertas para la compra de sus productos, están haciendo inviable sostenerse en un departamento que se mantiene en alerta ante los constantes hostigamientos de grupos armados en la zona.
Lafaurie dijo en una columna de opinión que empresas como Alpina, una de las líderes en la comercialización del lácteo en el país, suspendió la recolección de leche en Cauca, al parecer, por una ola de violencia de “indígenas ideologizados y de grupos ilegales por control territorial del narcotráfico”. Lo que dejaría con menos opciones de venta a campesinos y ganaderos.
Sin embargo, la apreciación sobre el cese de actividades de Alpina no sería una novedad. De hecho, en el mes de abril de 2023, la presidenta de la Cámara de Comercio del Cauca, Ana Fernanda Muñoz, causó revuelo por las declaraciones dadas en medio de una reunión por la crisis de seguridad del departamento, al informar que la compañía había cerrado su planta de procesamiento lácteo en Caloto y despedido a cientos de sus empleados.
“Nos informan que se queda solo con la planta de jugos. Y es una situación muy compleja y muy grave, porque son 218 empleados, 218 familias, que hoy se quedan sin ingresos”, dijo en su momento la funcionaria.
Así mismo, la funcionaria fue contundente en decir que “Alpina ya venía bajando la compra hace varias semanas al departamento, por lo que considero que fue una decisión que tuvo mucho estudio”, palabras que fueron respaldadas en su momento por el director del Comité de Ganaderos del Cauca, Hernán Garcés, quien aseguró que la empresa de lácteos eliminó ciertas bonificaciones que daba a los productores.
“Alpina quitó las bonificaciones voluntarias a las personas que le venden a dicha empresa. Esto generó una disminución en el precio de entre $200 y $650 por litro para los ganaderos”, dijo el funcionario
Dichas afirmaciones generaron revuelo entre los productores que, según el presidente de Fedegán, tendrían al menos 228.000 animales a su cargo, por lo que no dudaron en hacer reclamos a Alpina en aquella época, ante la decisión repentina y sin previo aviso. Las declaraciones de Muñoz hicieron que la empresa saliera a desmentirla y dar un parte de tranquilidad a la comunidad caucana.
“Alpina no cerrará su planta en Cauca y mantendrá la recolección de leche en el departamento. Hubo ajuste en la operación y traslado de líneas por lo que a los colaboradores de estas líneas que se trasladan se les ofreció la reubicación en otras plantas y sedes, permanecer en la línea que continuará operando en la planta y acuerdos económicos según lo previsto en la ley”, informó la empresa por medio de un comunicado.
Aunque la compañía no se refirió específicamente a las bonificaciones, sí fue enfática en aclarar que sus decisiones estaban basadas en las circunstancias del país. “Estas decisiones tienen como fin adaptarse a las nuevas condiciones del mercado, la empresa continúa sus operaciones del día a día con normalidad, garantizando su promesa de valor a consumidores de seguir llevando diferentes opciones alimenticias a todos los rincones del país”.
Ahora, que vuelven a reavivarse las afirmaciones del cese de operaciones de Alpina en el departamento del Cauca, crece la incertidumbre entre los productores y campesinos por las graves situaciones de violencia por las que atraviesan, sumado a las bajas garantías para mantener sus animales y seguir vendiendo el lácteo.
Y es que los comentarios del presidente de Fedegán serían más graves aún, ahora que se sabe que Alpina es una de las 3 compañías responsables de la compra de la leche de todo el departamento, por lo que su retirada del Cauca genera estragos para la economía ganadera.
De momento la compañía láctea no se ha pronunciado al respecto, por lo que crece la incertidumbre sobre la veracidad de las palabras de José Félix Lafaurie que pondría en jaque la producción lechera de una parte del país.