Durante la audiencia de reconocimiento de verdad adelantada por la Jurisdicción Especial para la Paz –JEP– en Dabeiba –Antioquia–, el ministro de Justicia,, Néstor Osuna, lanzó un duro cuestionamiento a los integrantes de la fuerza pública involucrados en la comisión de ‘falsos positivos’ durante el conflicto armado.
En la diligencia, la cual estuvo centrada en la comparecencia de ocho exintegrantes del Ejército Nacional involucrados en esos crímenes de guerra, el alto funcionario reprochó esa dinámica de la guerra interna y aseguró que el objetivo de tribunales como la JEP y políticas gubernamentales actuales es que esos hechos no se repitan.
Osuna Patiño mencionó que el municipio antioqueño tiene un pasado oscuro por cuenta de actores armados ilegales, paramilitares y estatales, pero que con iniciativas de las comunidades y el propio tribunal de paz fueron implementados mecanismos de justicia y reivindicación en esa zona.
“Dabeiba tiene, por tanto, las radiografías de las guerras de nuestro país, pero también la potencia de la paz y la reconciliación. En este municipio se han sufrido todos los horrores de la guerra: tomas guerrilleras, paramilitares, torturas, asesinatos selectivos, desapariciones forzadas, amenazas, persecuciones, señalamientos, afectaciones socioambientales y desapariciones forzadas presentadas ilegítimamente como bajas en combate”, señaló el ministro.
En ese sentido, recordó que esa violencia perpetrada en el municipio y la inhumación de las víctimas en el cementerio Las Mercedes, las cuales previamente fueron expuestas como guerrilleros abatidos en falsas operaciones militares. Por ello, manifestó que “aquí se ofendió en lo más hondo el derecho a la vida”.
“¿Cómo fue posible que decenas, tal vez cientos de jóvenes humildes fueran asesinados por agentes del Estado fueran presentados como bajas, inhumados en el cementerio y posteriormente desplegado una estrategia de ocultamiento e impunidad?” Reprochó el ministro Osuna durante su intervención en la audiencia.
Incluso, cuestionó la normalización de esos crímenes de lesa humanidad dentro de una política pública de seguridad. El ministro de Defensa, Iván Velásquez, criticó en encubrimiento de la verdad, pero confesó que cree en las muestras de arrepentimiento de los comparecientes presentados ante la Jurisdicción. De paso, indicó que el Gobierno nacional mantiene su compromiso con la verdad, la justicia y la defensa de los derechos humanos. “La verdad es la garantía suprema de la no repetición”, añadió.
“Me convertí en un asesino (…). Vinimos a quitarle la vida a otro ser humano sin importar”: el crudo testimonio de los comparecientes
El mayor (r) Yair Leandro Rodríguez Giraldo, exintegrante del Batallón de Contraguerrilla No. 26 ‘Arhuacos’, aceptó su responsabilidad en la audiencia por los crímenes cometidos y que aún recuerda. Ante la magistratura y víctimas acreditadas, recordó uno de los hechos perpetrados en Dabeiba.
“Recuerdo la persona en que me convertí, un asesino. ¿Por qué? Porque la fuerza pública vinimos a hacer cosas que no debimos, a quitarle la vida a otro ser humano sin importar lo vil que era en el término de lo que iba a suceder con esa persona. Han pasado más de dos décadas de este hecho y ha sido imposible borrarlo de mi mente”, mencionó en su testimonio el exmilitar.
Además, reconoció la estigmatización ejercida contra Edison Alexander Lezcano Hurtado y que él mismo dio la orden de asesinarlo. “Irrumpí en la casa vilmente, dejándola invivible solo por pensar en mí y que iba a hacer una baja correcta, sabiendo que no lo era”, dijo ante los asistentes a la audiencia llevada a cabo en el coliseo municipal.
El sargento (r) William Andrés Capera, exintegrante del Batallón de Contraguerrilla No. 79 ‘Hernando Cómbita Salazar’ y primer compareciente que confesó esos crímenes ante la JEP que derivó en toda la investigación judicial contemplada en el macrocaso 05 del tribunal de justicia transicional, reiteró cuáles fueron sus funciones dentro de los ‘falsos positivos’ cometidos e inhumados en Dabeiba.
Dijo que su trabajo consistía en maquillar la escena del crimen; “hacer parecer que todo era un combate real y lograr que si se llegara a presentar una investigación, no hubiera un motivo por el cual se llegara a generar esa investigación en contra de la unidad o el batallón”.