Ocho años deberá permanecer en prisión el sacerdote colombiano Carlos Arcos Pérez, condenado por abusar de al menos dos menores en la comunidad de Carpineto Romano, al sur de la provincia de Roma.
Quienes lo llegaron a conocer se rehúsan a creer que pudo hacer algo semejante, pero las pruebas de la Fiscalía en su contra son certeras. En su teléfono no solo encontraron material pornográfico, sino también fotos de sus victimas, a quienes habría accedido luego de entregarles poco más de 100 euros para que caminaran junto a él en el bosque.
Estuvo de “misión”, durante tres años en Carpineto, pero ambas denuncias son de septiembre y noviembre del 2021, momento en el que las autoridades italianas iniciaron una investigación formal en su contra.
Sin embargo, Florina, una de las creyentes de la comunidad, lo recordó en una entrevista concedida para Noticias Caracol como “una buena persona con la que se podía hablar libremente. Quiso mucho a los chicos y les compartió muchas de sus cosas. Tenía una bicicleta que los niños se la llevaron y le dije: ‘Padre Carlos, ¿pero se llevan tu bicicleta y no dices nada?’... ‘Pero déjalos, es justo que se diviertan’. Ese era el padre Carlos para mí”.
Testimonio similar fue entregado por Filippo Urpi, vecino de la parroquia al mismo medio “Un sacerdote excepcional, porque en suma era muy sensato, muy atento a los problemas, me he confesado con él tantas veces y me parece que ha sido acusado injustamente, porque es un santo sacerdote”.
E, incluso, feligreses como Renzo Sangiorgi ponen en duda a los denunciantes: “Un gran tipo. No puedo entender si estaba todo montado o algo. El hecho es que nos sentimos fatal por ello”.
Lo cierto es que las de Carpineto no son las únicas denuncias por comportamientos indebidos en su contra. En 2018, durante una misión en África, el Instituto Misionero San Juan Eudes (congregación a la que pertenece) canceló su viaje.
Aunque meses después iría a “servir” en Italia, a pesar de las dudas de monseñor Humberto Lugo Arguelles sobre Arcos y otros cuatro sacerdotes de la compañía.
“Enviado con el padre Albeiro a la misión de Príncipe. En comunicación con monseñor Antonio do Santos, obispo de Sao Tomé y Príncipe, cuando supe la situación, me respondió que fue un pesar haber cerrado la misión, porque usted concretamente le había dado mal manejo. Posteriormente por comentarios, supe que podría tratarse por parte del padre Carlos Alberto Arcos Pérez, de presunto delito con menores de edad. Lo insólito es que lo tienen en Carpineto Romano. ¿Le habrán comunicado a monseñor Loppa, obispo de Anagni-Alatri? (…) Padre Jesús, en estos asuntos, el Santo Padre pide cero tolerancia”, se lee en una carta que envió al fundador de San Juan Eudes, padre Jesús Amaya León.
Pero, aun así, Arcos pudo seguir haciendo de las suyas hasta que fue detenido en abril del 2022, en un caso que escandalizó a la prensa italiana y puso de nuevo en ojo del huracán a la iglesia católica.
“Desgraciadamente, se trata de una situación tristemente típica porque la Iglesia hace investigaciones que permanecen internas, por lo que el mundo exterior no sabe nada y estas personas son trasladadas de país en país y, como en el caso de Pérez, desgraciadamente vuelven a cometer abusos sexuales”, lamentó en declaraciones para el medio citado Francesco Zanardi, fundador de Rete (asociación de supervivientes de abuso sexual del clero).
Ahora, Carlos Arcos Pérez, espera el final de su condena en ‘Comunidad en Diálogo’, un centro de rehabilitación que más bien parece un edificio de apartamentos, de donde saldrá con apenas una multa de 40 mil euros y una “restricción” para no acercarse a lugares en los que, a simple vista, podría encontrarse con su presa.