Laura Rodríguez se aguantó un correazo para no tener que repetir la escena

Aunque habían practicado varias veces junto con el actor Víctor Hugo Trespalacios, en el momento de grabación la almohada que la protegía se corrió y nadie en el set se dio cuenta que el grito de dolor fue real

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A través de sus redes sociales, la actriz compartió la anécdota que vivió mientras se encontraba grabando la producción Diomedes, el cacique de la junta, donde se aguantó un correazo para no dañar la escena. Crédito: laurarodriguezactriz / Instagram

Laura Rodríguez es una de las actrices que se ha ganado a pulso un espacio en la televisión colombiana, gracias a sus actuaciones en producciones como El Cartel de los Sapos: el origen, Un bandido honrado o Garzón, Rodríguez es una de las caras reconocidas de los actores jóvenes en Colombia. Pero, fue la misma actriz que reveló un secreto de una de las producciones en las que tuvo un papel principal, pues sin que nadie se diera cuenta en el momento, tuvo que aguantar el dolor de un correazo para no dañar la escena y que no la repitieran.

Así lo confesó en un storytime que compartió en sus redes sociales en donde dio detalles de una de las escenas más famosas de la actriz que se ha vuelto viral en Internet. Según Laura Rodríguez, la anécdota sucedió mientras se encontraban grabando Diomedes, el cacique de la junta, en donde compartió set con Víctor Hugo Trespalacios y en la que el actor debía castigarla.

“Hay una parte de la escena, yo estoy diciendo: ‘No, no me pegues’, él se me acerqué y de pronto. Digo: ‘Ay’. La historia cuenta que nosotros ensayamos la escena una, dos, muchas veces porque no queríamos tener errores”.

Laura Rodríguez agregó que ensayaron varias veces la escena, y aseguró que Víctor Hugo Trespalacios siempre fue muy respetuoso y que su intención nunca fue hacerle dañó con la correa, pero la actriz también fue consciente que Trespalacios iba a disfrutar de grabar la escena, por lo que no quería que saliera mal.

“Uno normalmente lo primero que haces proteger a su compañero, Víctor Hugo es súper respetuoso, pero como yo sabía que el mono iba a estar en su yeré yo le dije, bueno, ensayamos, él súper cuidadoso con el tema de la correa”.

El problema llegó cuando, sin que Rodríguez se diera cuenta, la almohada que tenía para que la protegiera se corrió por lo que sus piernas quedaron desprotegidas, pero como nadie en el set cayó en cuenta de lo que podía suceder la escena siguió, lo que dio como resultado que en el audio se escuchara un “ay” que no fue nada más ni nada menos que el lamento de la actriz.

A través de sus redes
A través de sus redes sociales, la actriz compartió la anécdota que vivió mientras se encontraba grabando la producción Diomedes, el cacique de la junta, donde se aguantó un correazo para no dañar la escena. Crédito: laurarodriguezactriz / Instagram
“Yo tenía una almohada que me protegía y listo cinco, cuatro, tres, empezamos a grabar, no sé a mí se me fueron los tarros, arrojé la almohada que me estaba protegiendo y justo cuando rodó la almohada se oye en el audio ay, ese ay, devuélvanse y mírenla en el video, ese ay no fue ninguna actuación, ese fue un mamonazo que me gané de Víctor Hugo, me pegó un correazo que en la vida”.

Aunque en su momento fue doloroso, Laura Rodríguez demostró su profesionalismo y no detuvo la escena, pues entendió que si la cortaba se iba a perder el trabajo de su compañero, por lo que decidió aguantar el dolor y seguir en personaje, lo que la llevó a la conclusión de que la escena, a pesar del impase, quedó bacanísima.

“Pero en ese segundo yo dije: ‘No me voy a tirar la escena’, me lo aguante y la escena quedó bacanísima”.

No es la primera vez que la actriz ha revelado infidencias de su trabajo, pues en 2022 dio detalles de una parálisis facial que sufrió luego de acumular trabajo y mientras se encontraba preparando un papel para teatro, por lo que tuvo que asistir a terapias personalizadas para recuperar la movilidad de su rostro.

“Comencé a sentir cosas extrañas, estaba trabajando, con un emprendimiento, un papel para teatro, estaba como con setenta mil cosas creyéndome la mujer maravilla y comencé a sentir dolores de cabeza, malestar general, una picada debajo de la oreja y yo decía ‘no pasa nada’. Un día me tomé un café y le dije a mi esposo que me había quemado, pero en realidad había perdido la sensibilidad de la mitad de la lengua. El dos de septiembre me levanté y tuve la parálisis facial”.
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